10 alimentos que no pueden faltar en una dieta anticáncer

Una dieta variada y equilibrada es una herramienta eficaz para luchar contra la enfermedad, pero algunos alimentos resultan especialmente útiles

Isidre Estévez
7 min
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BarcelonaHace unos meses la OMS publicó un exhaustivo informe en el que se vinculaba el consumo de carne con el cáncer y que causó una enorme controversia. Pero desde hace años la preocupación por el cáncer se ha traducido no sólo en una serie de consejos sobre alimentos que deben evitarse sino también en consejos sobre alimentos que hay que tomar.

¿Puede una dieta concreta prevenir el cáncer? ¿Es posible evitar la enfermedad en función de los alimentos que ingerimos? La respuesta parece afirmativa, hasta cierto punto. Diferentes estudios científicos apuntan a la existencia de alimentos que son doblemente útiles en la lucha contra el cáncer. En primer lugar, porque ayudan a evitar que la enfermedad aparezca. Y, en segundo lugar, porque ayudan a combatirla una vez ya se ha manifestado.

Sobre el cáncer se ha escrito mucho, y a menudo con argumentos contradictorios. El año 2015 se abrió con un estudio que apuntaba que la genética tenía más peso que el estilo de vida a la hora de desencadenar un cáncer... y se cerró con otro que decía exactamente lo contrario, que el estilo de vida es el primer condicionante.

Sea como sea, y más allá de la discusión sobre cómo se origina el cáncer, hay un amplio consenso sobre los pasos a seguir para limitar al máximo la incidencia de la enfermedad: hacer ejercicio físico y mantenerse activo, limitar la ingesta de alcohol, no fumar, proteger la piel del sol... Pero, de manera crucial, uno de los consejos que se repite más a menudo tiene relación con la alimentación.

La dieta que debe seguir una persona que quiera disminuir el riesgo de tener cáncer no varía mucho de la que debe seguir cualquier persona interesada en tener una buena salud. No se trata tanto de obsesionarse con el consumo de alimentos concretos sino de seguir una dieta variada y equilibrada.

Dicho de otro modo, una dieta saludable es la mejor garantía contra muchas enfermedades, como el cáncer. Así, por ejemplo, entre los alimentos más citados para mantener el cáncer a raya están la fruta y las verduras. Pero fruta y verdura hay que comer cada día no sólo para evitar el cáncer, sino también porque son una fuente de antioxidantes, como la vitamina C o el betacaroteno. Ahora bien, médicos y expertos en nutrición apuntan a algunos alimentos específicos para luchar contra el cáncer.

Estos son algunos:

1. Ajo

Su hedor es desagradable para muchos, y es persistente: tanto el aliento como la piel nos delatan cuando hemos comido ajo. Pero, a pesar de todo, los expertos apuntan que es justamente el sulfuro que contiene -y que es lo que provoca el olor- el responsable de su eficacia contra el cáncer: limpia el organismo de sustancias tóxicas, acelera la renovación del ADN, mata las células cancerígenas, mata bacterias como la H. pylori (presente en algunos cánceres de estómago) y reduce el riesgo de cáncer de colon. Si, a pesar de sus múltiples beneficios, no soportas su olor o su sabor, hay otras alternativas razonables, como la cebolla y el puerro.

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2. Brócoli

Y quien dice brócoli dice col o coliflor. No es ciertamente la comida más glamurosa, ni la más popular, ni la más fácil de poner en la mesa cuando hay niños en casa. Pero todas estas verduras generan unas enzimas que juegan un papel protector. Pero no sólo crean enzimas, sino que también estimulan a las que tenemos en el estómago. Son enzimas que purifican las toxinas y funcionan, en la práctica, como agentes que matan a los microbios. Algunos estudios afirman que tienen un papel muy importante para evitar el cáncer de boca, esófago y estómago.

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3. Zanahoria

Más popular que el brócoli pero igualmente útil gracias al betacaroteno, que protege las células contra algunas toxinas y para el crecimiento de las células cancerígenas. Como el brócoli, en pruebas realizadas en laboratorio se ha demostrado eficaz contra el cáncer de estómago, boca y esófago, pero también contra el cáncer de útero. En estudios realizados con ratas se ha descubierto que el falcarinol, presente en las zanahorias, ayuda a prevenir el desarrollo de los tumores.

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4. Tomate

Los tomates son ricos en licopeno, un poderoso antioxidante que, en algunas pruebas realizadas en laboratorio, ha demostrado su eficacia a la hora de combatir algunos cánceres, como el de mama, pulmones, útero y, en especial, próstata. Algunos estudios sugieren que la eficacia del licopeno es doble: por una parte, estimula el sistema inmunológico del cuerpo; por la otra, ralentiza el crecimiento anómalo de las células, lo que permite detener los tumores.

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5. Espinacas

Las espinacas y otras verduras de hoja verde ayudan a limpiar el cuerpo de radicales libres, unas moléculas que envejecen a nuestro organismo. Diferentes estudios han apuntado que las personas que comen espinacas de manera regular tienen menos tendencia a desarrollar cáncer de esófago. Otros trabajos también apuntan a una reducción en el caso de cánceres como el de ovarios, pulmones y colorrectal. Las espinacas ayudan al cuerpo a renovar las células y a reparar el ADN.

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6. Fresas

Y frambuesas, arándanos... todos los frutos rojos son ricos en antioxidantes, y los antioxidantes son los mejores aliados contra el cáncer. Llenos de flavonoides, consiguen detener el daño en el ADN y, además, reducen la inflamación. Hay muchos estudios que afirman que los frutos rojos son una herramienta muy eficaz para luchar contra el cáncer de boca, esófago y estómago.

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7. Manzanas

Una manzana nos proporciona el 10% de la fibra y la vitamina C que debemos tomar cada día. Además, son ricas en antioxidantes. En pruebas realizadas en laboratorio, se ha comprobado que los flavonoides, presentes en las manzanas, ralentizan el desarrollo de determinados tipos de cáncer, como el de colon, pulmón y mama. Además, la fibra que contiene ayuda a controlar el peso, y hay que tener presente que tener demasiada grasa incrementa de forma notable la posibilidad de tener cáncer.

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8. Soja

Hace unos años era una desconocida en nuestro país pero hoy está en todas partes, incluso en cafeterías humildes. En brotes, en leche, en yogures, en salsa, en tofu... la soja se ha incorporado con fuerza en nuestra dieta. Una incorporación tardía pero providencial, porque la soja es una excelente fuente de fibra, magnesio, potasio y hierro. Al ser rica en proteínas, y contener estrógenos, algunos científicos temían que la soja incrementara el riesgo de padecer cáncer de mama. Pero ningún estudio ha podido vincular la soja al cáncer de mama y, en cambio, sí que los hay que afirman que disminuye el crecimiento de ciertos tumores e incluso llega a destruir células cancerígenas. Es el caso, por ejemplo, del cáncer de próstata.

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9. Te

El consumo de té se ha vinculado a la salud desde tiempos inmemoriales, y es esta conexión la que estimuló el interés de los científicos para determinar si podía jugar un papel en la prevención y la lucha contra el cáncer. La respuesta es afirmativa, sobre todo en el caso del té verde. Numerosos estudios afirman que los poderosos antioxidantes presentes en el té verde estimulan las enzimas que frenan la enfermedad. Además de tener muchos antioxidantes, lo que lo convierte en una poderosa arma para luchar contra los radicales libres y proteger las células, el té también es útil para proteger de determinadas radiaciones.

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10. Cereales integrales

Los cereales integrales también parecen jugar un papel importante en la prevención y la lucha contra el cáncer, sobre todo el intestinal y el colorrectal. El motivo es que son ricos en antioxidantes y fibra. Además de incorporar a la dieta cereales como la avena, la espelta o la cebada, hay que comer de forma regular pan, arroz y pasta. Siempre, eso sí, integrales, aunque paradójicamente hay un problema: los pesticidas se acumulan más en los granos integrales, por lo que es mejor consumirlos de producción ecológica.

pa integral

¿Y las proteínas?

De este listado se desprende que la fruta y la verdura tienen que constituir el grueso de una dieta sana y eficaz en la lucha contra el cáncer.

¿Qué hay que hacer, pues, con las proteínas? Hace años que la carne se sitúa en el centro de la polémica, pero el informe de la OMS disparó aún más las dudas y las alarmas. La respuesta, según los expertos, es que la proteína que ingerimos tiene que proceder principalmente del pescado, los huevos y las legumbres. En cuanto a la carne, y en contra de lo que mucha gente cree, no sólo es tolerable sino también necesaria, ya que aporta nutrientes imprescindibles, hierro, zinc, vitaminas... Sencillamente hay que comerla con moderación, porque muchos estudios confirman que cuanta más carne se ingiere más crece el riesgo de padecer cáncer, sobre todo intestinal. Para estar seguros, lo mejor es ser ‘antiguos': en tu plato tiene que haber un 20% de proteína animal y un 80% de verduras y legumbres. Como en los viejos tiempos.

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