El análisis de Antoni Bassas: 'La butifarra de Laporta y el "fight!, fight!, fight!" de Trump'
La butifarra de Laporta es el “fight! ¡fight!” de Trump, esa pulsión de ir siempre al ataque, de no conceder nunca la razón, de considerar que se gana incluso cuando se pierde
Pasan cosas graves: la mano derecha de Ayuso dice que el fiscal general será condenado, que irá "p alante", y la connivencia de algunos jueces con la derecha popular madrileña hace pensar que no lo dice por decir.
Pasan cosas graves, como que en el barrio de la Mina, en Sant Adrià de Besòs, ha habido un tiroteo entre familias que se disputan el control del mercado de la droga en el que se dispararon entre 150 y 200 balas. aconsejar a los propietarios de una casa ocupada que se marcharan, porque con la ley en la mano no podían echar a los ocupas.
Y ocurren cosas importantes, como que el presidente Isla personalmente firmó el acuerdo con la OCDE para que este organismo internacional que realiza las pruebas PISA esté cuatro años en Cataluña asesorando para mejorar la educación en nuestro país.
Y después, hoy hace portadasla butifarra de Joan Laporta, que es algo más que un meme. Para empezar, se ha insinuado que como la cautelar que permitirá jugar a Olmo y Víctor la ha concedido el Consejo Superior de Deportes, es decir, el ministerio de Cultura y Deporte, es decir, Pedro Sánchez, Junts había presionado el gobierno español en nombre de Laporta. Pues bien, fuentes de la dirección de Junts nos lo han negado esta mañana, han dicho que esto es una animalada, que de ninguna manera y que ni el Barça ni nadie se lo había pedido. Incluso recuerdan que el artículo del diputado de Junts Jaume Giró en el ARA contra la gestión de Laporta ha hecho que la relación Junts-Barça no sea de luna de miel, precisamente.
Por cierto, hablando de Pedro Sánchez y de Junts, quizás se han preguntado estos días qué se ha hecho con ellos, del acuerdo en inmigración que podía llegar por fiestas o por pasado fiestas. Dicen a Junts que están en el último obstáculo, "clavados esperando una contrapropuesta" porque se ve que en el PSOE no hay unanimidad sobre algunos temas.
Pero, como les decíamos, la resolución favorable del Consejo Superior de Deportes provocó el enfado de la Liga de Fútbol, las críticas del Athletic de Bilbao y desató la euforia de Laporta a la manera Laporta, es decir en forma de butifarra y gritos, tal y como recogía este vídeo de Deportes 3:
Han pasado más de quince años desde el famoso "¡Al loro, que no estamos tan mal!", o más de veinte años desde el "¡Que aprendan!" y Laporta sigue siendo la misma persona temperamental, que no siempre se comporta de acuerdo con el decoro exigible al presidente de un club como el Barça. Pero la diferencia entre el 2003 o el 2008 y ahora es que ese Laporta forma parte de un grupo de gente talentosa, entre ellos Cruyff, Txiki, Guardiola o Soriano, y hoy gobierna el club con opacidad y con más lealtad que excelencia entre sus cargos de confianza.
Pero en estos gestos engordados de Laporta, esa personalidad luchadora hasta la temeridad, que no soporta lo que él considera cobardía, es lo que triunfa ahora en comunicación política. La butifarra de Laporta es el "fight! fight!De Trump, esta pulsión de ir siempre al ataque, de no conceder nunca la razón, de considerar que se gana incluso cuando se pierde, para que el caso de las inscripciones, aunque provisionalmente ahora Olmo y Víctor puedan jugar , el mal en la imagen del Barça ya está hecho. Lo dijo Raphinha: si ahora tuviera que venir al Barça, se lo pensaría. Estos tipos de comportamientos, de gestiones caóticas contra todo y contra todo el mundo, como los de Trump, Milei y la motosierra, tienen premio electoral. La emocionalidad, más aún, la visceralidad, es un valor en la comunicación de hoy, sobre todo la política. y lo domina.
Buenos días.