Doble prisión permanente revisable por el asesinato de una pareja de ancianos a la que también estafó

La Audiencia de Barcelona ha condenado a prisión permanente revisable al hombre que asesinó a una pareja de ancianos en el barrio de Sants de la capital catalana en el 2019. De hecho, se trata de una doble pena, una por cada crimen cometido. El procesado, un comercial que había vendido productos sanitarios a los dos ancianos y se había ganado su confianza por robarles dinero, deberá cumplir al menos 22 años de cárcel para poder acceder al tercer grado oa la semilibertad, según estipula la sentencia.

Con esta resolución, el tribunal aplica el veredicto unánime del jurado que juzgó el caso y que en octubre declaró culpable al hombre de haber matado a Piedad y Manuel cuando éstos descubrieron que les había estafado durante meses. De hecho, la justicia le aplica la pena de prisión permanente revisable porque cometió los crímenes por encubrir otro delito, el de estafa. También se ha tenido en cuenta que ambas víctimas eran especialmente vulnerables por su edad. Además, la mujer tenía problemas de movilidad y ninguno de los dos tenía a nadie cerca a quien pedir auxilio.

Una vez salga de la cárcel (en caso de que lo haga), el hombre tendrá que pasar cinco años bajo libertad vigilada y cumplir con una orden de alejamiento de los familiares de la víctima que continuará vigente hasta 10 años después de cumplir la pena de prisión. A los familiares también les tendrá que pagar indemnizaciones que suman un total de 250.000 euros.

Trazó "un plan" para matarlos

El veredicto del jurado en el que se basa la sentencia publicada este jueves concluye que el hombre asesinó al matrimonio cuando éste descubrió que les había estafado durante un tiempo. Entonces, el ahora condenado "desarrolló un plan" para matarlos y evitar que descubrieran que les había robado dinero transfiriéndolos a su cuenta.

Durante el juicio, el procesado se intentó eludir responsabilidades y aseguró que se enteró del asesinato de los ancianos por las noticias de la televisión. El hombre evadió muchísimas preguntas diciendo que no recordaba los hechos que le pedían, e incluso intentó utilizar su expareja como coartada. Según dijo, la mujer "fue testigo" del impacto que le causó conocer la muerte de los abuelos cuando la vio en televisión. Pero ella, que fue testigo en el juicio, relató una reacción fría y definió al procesado como un manipulador que estaba "desesperado por el dinero" y acumulaba varias deudas.

El hombre también había intentado comprar burundanga, una droga que se utiliza para anular la voluntad de las víctimas y que también afecta a la memoria, y la autopsia reveló que apuñaló a los dos abuelos varias veces hasta la muerte. Una vez muertos en el comedor de casa, el procesado volvió a intentar sacar dinero de sus cuentas. "Lo que hizo eso es un monstruo. No es un acto impulsivo de matar, es un comportamiento criminal planificado", llegó a decir el fiscal Félix Martín durante la primera sesión del juicio.

Una de las dificultades de la investigación fue situar la fecha de la muerte, porque los cadáveres se encontraron más de una semana más tarde. Finalmente, se logró situar la fecha del crimen el 16 de agosto, y los cuerpos se descubrieron el día 24. En el piso de los abuelos, donde los asesinaron, no se hallaron huellas ni ADN del acusado, tampoco el arma del crimen, pero se situó al procesado en casa de las víctimas el día del doble crimen.

El día que el forense calculó que se había producido la muerte de los ancianos, a finales de agosto del 2019, el móvil del procesado estaba en unos repetidores cercanos al piso de la pareja. Y eso que él no vivía en Barcelona, ​​sino en Sant Antoni de Vilamajor (Vallès Oriental), donde el 16 de febrero del 2021, año y medio después del crimen, los Mossos le detuvieron. Durante el arresto, el hombre se intentó quitar la vida.