Cómo evitar que el coronavirus se escabulla de la vacunación

Investigadores del MIT desarrollan un método que predice las zonas del virus que menos mutan

Toni Pou
3 min
Com evitar que el coronavirus s’escapoleixi de la vacunació

Los virus son grandes escapistas. Gracias a una elevada capacidad de mutación, en poco tiempo pueden aparecer variantes que ofrezcan alguna ventaja, siempre según las presiones selectivas que imponga el entorno. Esto quiere decir que si un virus está sometido a un medicamento que no es eficaz al 100%, las partículas virales supervivientes pueden mutar, y si, por azar, se produce alguna mutación que otorga resistencia al medicamento, lo más probable es que esta resistencia acabe siendo predominante. Esto es lo que se llama escape viral. Se trata del mismo proceso por el que existen las bacterias superresistentes: después de décadas de hacer un mal uso de los antibióticos, han surgido cepas que no responden a ningún tratamiento conocido.

Planteado así, el escape viral parece inexorable, un problema sin solución. En realidad, sin embargo, hay muy pocos problemas que no se puedan resolver, al menos de manera aproximada. Un equipo de investigadores del Massachusetts Institute of Technology (MIT) ha desarrollado un modelo que permite predecir qué partes de la superficie de los virus tienen más probabilidades de mutar y facilitar así el escape de tratamientos y vacunas, y cuáles tienen más probabilidades de permanecer estables, lo que las convierte en posibles dianas para tratamientos y vacunas.

Tal y como publica la revista Science, el modelo se ha probado en virus como el de la gripe y el VIH, que son los verdaderos Houdinis del mundo de los virus, para los que no hay ni tratamientos ni vacunas universales. “El escape viral es el responsable de que no haya ninguna vacuna ni para el VIH ni para la gripe universal, unas enfermedades que causan centenares de miles de muertos cada año”, ha confirmado en un comunicado Bonnie Berger, directora del grupo de computación y biología del MIT.

En el caso del virus de la gripe, el modelo identificó el tallo de la proteína HA como la parte más estable del virus, un resultado que casa con lo que se sabe, puesto que la mayoría de la gente infectada o vacunada no desarrolla anticuerpos contra esta zona de la proteína y, por lo tanto, no es capaz de montar una respuesta inmunitaria eficaz y permanente. En cuanto al VIH, el modelo ha identificado zonas con posibles mutaciones que facilitarían el escape, que también coinciden con lo que se sabe de este virus.

El punto débil del coronavirus

Además de probar el modelo en estos virus, ya conocidos pero todavía problemáticos, los investigadores lo han puesto a trabajar con el nuevo coronavirus. Y el modelo ha dado una solución: una parte de la proteína S que el virus utiliza para infectar las células, la llamada subunidad S2, es la que tiene menos probabilidades de mutar y escaparse de los medicamentos. A pesar de que las vacunas aprobadas actualmente se basan en toda la proteína S, hay otras que solo trabajan con partes de esta proteína que pueden cambiar más rápidamente. Este conocimiento, por lo tanto, puede contribuir a optimizar las vacunas existentes y a diseñar nuevas que sean más eficaces durante más tiempo.

Una parte curiosa de esta herramienta es que se ha desarrollado a partir de un modelo que se había construido para analizar el lenguaje, en un proyecto de investigación que tenía por objetivo ayudar los ordenadores a interpretar correctamente los mensajes emitidos por personas. Esto pone de manifiesto una vez más la importancia de la salud de un sistema de investigación científica a la hora de encontrar soluciones en un nuevo problema como la pandemia. En este caso, el modelo original analizaba la estructura de las frases y los cambios que se pueden producir. Por ejemplo, si en la frase “Maria quiere un perro” se producen cambios aleatorios que la transforman en “Maria quiere un perrk”, se mantiene la estructura pero se pierde el significado. Por el contrario, si el cambio es “Maria quiere un vaso”, se mantiene la estructura pero se adquiere un nuevo significado. Esto sería lo que pasa con una mutación que permite el escape viral: se mantiene la estructura general del virus, pero una parte cambia y le confiere la propiedad que los anticuerpos no lo detecten.

Una vez hecho esto, los investigadores trabajan ahora con este modelo para identificar posibles dianas para vacunas contra el cáncer que estimulen el sistema inmunitario para destruir tumores.

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