Cupra Formentor o Toyota GR Yaris tienen un precio superior a los 100.000 euros en Francia. ¿El motivo? El impuesto al CO₂
El ejecutivo francés aplica un recargo de 60.000 euros a todos aquellos vehículos que emitan más de 193 g/km de CO₂
Francia se ha propuesto últimamente estar en el foco de todos los medios en cuanto a sus políticas relacionadas con el automóvil. Si hace unos días explicábamos que el Ayuntamiento de París había decidido triplicar las tarifas de aparcamiento en los SUV y en los coches más pesados, incluso en los eléctricos, ahora el turno es para el gobierno de todo el país y su fiscalidad en lo referente al CO₂. Y es que bajo el nombre de malus CO₂, el ejecutivo francés aplica una tabla progresiva de impuestos que eleva el precio de los vehículos en función de sus emisiones de dióxido de carbono, llegando a cifras realmente elevadas.
Cómo consultar en esta web del gobierno francés, todos los vehículos que emitan menos de 117 g/km de CO₂ están exentos de pagar, pero a partir de esta cifra en adelante se aplica un impuesto cada vez más elevado. Así, los vehículos que emitan 118 g/km pagarán 50 euros, los que emitan 125 g/km pagarán 210 euros, los de 150 g/km 2.205 euros, los de 185 g/km 32.935 euros y los de más de 193 g/km km tendrán que pagar en impuestos 60.000 euros. Todo ello debido al baremo con el que se calcula la subida, que prevé que de 118 a 141 g/km se incrementen 25 euros por cada gramo, pero de 142 a 193 g/km el precio aumente en más de 100 euros por gramo .
Eléctricos e híbridos enchufables no pagan
Si se trata de grabar las emisiones de CO₂, es evidente que los vehículos eléctricos no deben pagar ni un euro por este impuesto, ya que durante su circulación no se generan humos provenientes del escape. Pero el ejecutivo francés ha decidido que los híbridos enchufables tampoco paguen, una decisión algo más controvertida si tenemos en cuenta que existen vehículos PHEV con motores gasolina muy potentes que en condiciones reales de circulación emiten una gran cantidad de CO₂.
El problema en este sentido es que la homologación europea realiza unas pruebas de consumos y emisiones (el popular ciclo WLTP) en unas condiciones en las que estos vehículos resultan muy eficientes, pero en la práctica nada les impide circular con la batería completamente descargada y utilizando el motor de combustión todo el rato. Sea como fuere, un Porsche Cayenne Turbo E-Hybrid de 740 CV que equipa un motor gasolina V8 de 600 CV no debe pagar porque, según la homologación, sólo emite 39 g/km de CO₂.
El Cupra Formentor o el Toyota GR Yaris, por más de 100.000 euros
Hoy en día cada vez más vehículos utilizan algún tipo de electrificación para reducir sus consumos y emisiones, pero todavía resisten algunos vehículos con motor de combustión puro. Suelen ser o bien los más sencillos del mercado o los más pasionales, y estos últimos tienen casi los días contados en Francia. Y es que este nuevo impuesto malus CO₂ provoca que si queremos comprar en Francia un Toyota GR Yaris, deberemos pagar más dinero de impuestos que de vehículo como tal.
El pequeño utilitario deportivo de la marca japonesa equipa un motor gasolina turbo de 1,6 litros y 280 CV que en su versión manual emite 190 g/km de CO₂ y en la versión automática 210 g/km. Así pues, debe pagar 45.990 y 60.000 euros de impuestos, respectivamente. Si tenemos en cuenta que el precio de este modelo en Francia es de 46.300 euros por la primera versión y de 48.800 por la segunda, el resultado final es un precio de 92.290 euros por el GR Yaris manual y de 108.800 por el automático.- _BK_COD_
Algo similar ocurre con el Cupra Formentor VZ de 310 CV, que registra unas emisiones de 192 g/km y, por tanto, ve aumentado su precio de los 53.250 euros que cuesta en el mercado francés hasta los 105.162 euros, una vez aplicados los 51.912 euros de impuestos que debe pagar. Al tratarse de cantidades tan elevadas y en muchos casos impagables, marcas como Toyota han anunciado que su GR Yaris se venderá en Francia como edición limitada a tan sólo 300 unidades. En resumen, no es un buen momento para comprar un coche pasional en Francia... excepto, como ocurre casi siempre, si se tiene mucho dinero.