Delicious, el servicio de marcadores web que perdió el buen gusto
El servicio, que podía convertirse en una red social, no evolucionó y fue perdiendo su atractivo
A principios de 2000, Joshua Schachter llevaba pocos años licenciado en ingeniería eléctrica e informática. “Era la época en que las páginas web estaban dejando de ser simples contenedores de información para convertirse en espacios de interacción y colaboración entre los usuarios”, contextualiza Mia Torner, experta en análisis de empresas de la Universidad Pompeu Fabra . El joven estadounidense, que tenía una gran ambición emprendedora y que se pasaba el día navegando por internet, enseguida se topó con una idea de negocio. Se dio cuenta de que quería conservar enlaces de páginas web interesantes que consultaba pero que no había ningún sistema cómodo y eficaz para ordenarlos y poder compartirlos fácilmente.
De esta necesidad nació Muxway, una sencilla aplicación que permitía guardar los enlaces y organizarlos mediante etiquetas. En un momento en que los blogs y las primeras redes sociales comenzaban a inundar internet, la propuesta creció rápidamente y llevó al ingeniero a diseñar un servicio más completo, que llamó Delicious y que se estrenó en septiembre del 2003.
“Delicious permitía guardar páginas web interesantes para poder consultarlas más tarde desde cualquier dispositivo -detalla Mia Torner-. Concretamente, se podían agrupar y clasificar con etiquetas y brindaba la posibilidad de compartirlas con otros usuarios, además de ver cuántas personas se la habían guardado”, recuerda. De hecho, el servicio fue de los primeros en utilizar el concepto etiqueta en el mundo digital. Enseguida captó la atención de grandes inversores. En abril del 2005 levantó unos dos millones de dólares en una ronda de financiación en la que participó grandes nombres como Amazon y Union Square Ventures, un fondo de capital riesgo que ha invertido en redes como Twitter y Tumblr. "La propuesta era muy atractiva", certifica Torner.
En 2005 el gigante tecnológico Yahoo se fijó en él y el 9 de diciembre de ese año formalizó su compra por un valor que los medios especializados situaron en torno a los 30 millones de dólares. Su fundador siguió vinculado, pero las cosas cambiaron. Si bien a los tres años el servicio ya rozaba los 6 millones de usuarios y los 180 millones de enlaces guardados, Yahoo no había hecho ningún gran cambio. “El potencial que veía la compañía en Delicious era la posibilidad de compartir enlaces y generar interacción, pero la mayoría de los usuarios se limitaban a su uso personal”, explica Andrei Boar, profesor en la Barcelona School of Management de la UPF.
Los expertos apuntan a que podría haberse convertido en una red social como Twitter. Sin embargo, el servicio no evolucionó y fue perdiendo atractivo. “Cuando navegadores como Firefox y Chrome habilitaron la posibilidad de buscar en el historial y de marcar enlaces preferidos, Delicious dejó de tener sentido -apunta-. El mundo avanzó más rápido que ellos”, concluye. En 2008 el fundador se desvinculó del proyecto. En 2009 Yahoo se vendió Delicious, que pasó por varias manos sin que nadie lograra reflotarlo.