Cómo puede el deporte ayudar a madurar al adolescente que tienes en casa
La actividad física protege de posibles adicciones, de la baja autoestima y del absentismo escolar, y tiene un efecto socializador
BarcelonaEs habitual que los niños y niñas, cuando son pequeños, practiquen algún tipo de deporte extraescolar, ya sea competitivo o no. Esta práctica, muchas veces, se ve interrumpida o se abandona durante la adolescencia. “Pasa, mayoritariamente, entre los 13 y los 15 años y sobre todo entre las chicas, que dan más importancia a las relaciones sociales que a otros intereses que habían tenido hasta el momento”, explica Isa Hurtado, profesora de educación física en la Escola Roser de Sant Julià de Vilatorta.
En la adolescencia, como fenómeno personal, hay que sumar que los estudios se van haciendo más exigentes y esto, muy a menudo, es una buena excusa para abandonar la práctica deportiva. Pero lo cierto es que “es compatible, y más ahora, que la mayoría de centros tienen horario intensivo por la mañana. Pueden ir a clase durante la mañana y entrenar por la tarde. Además, las escuelas, cada vez más, están predispuestas a ayudar y adaptarse a estos jóvenes”, argumenta Hurtado.
Pero es evidente que mantener esta práctica requiere un esfuerzo que no todos los adolescentes están dispuestos a asumir. Y aquí juegan un papel muy importante la familia y la escuela. “Hay mucho trabajo que hacer desde casa, pasando por las escuelas y las instituciones. Las familias y las escuelas tienen una función clave para educar en valores e inculcar desde muy pequeños la cultura del esfuerzo, la motivación y promover la inversión de tiempo en un mismo, en la salud propia", continúa Hurtado, que insta a escuelas e instituciones a organizar acontecimientos que motiven a los adolescentes, implicándolos y haciéndolos partícipes.
Beneficios para la salud mental
La práctica deportiva es muy positiva en todas las etapas de la vida, pero en la adolescencia tiene un peso relevante, puesto que se trata de una época delicada de la maduración y desarrollo de las personas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda al menos una hora de actividad física para jóvenes y adolescentes. Mireia Clemente, psicóloga y ex deportista profesional, explica que es "un factor protector en el desarrollo tanto cognitivo como motor". La adolescencia es cuando se forma la propia identidad. "La autoestima es un factor clave para una salud mental sana. En diferentes estudios se ha demostrado que la actividad física protege de las posibles adicciones, la baja autoestima y el absentismo escolar. Practicar algún deporte tiene un efecto socializador y hace que el círculo de amistades sea más grande, con unos objetivos claros y pertinencia de grupo”, añade Clemente.
A pesar de que no se puede generalizar, los jóvenes que mantienen su práctica deportiva se convierten en personas más organizadas, disciplinadas, comprometidas y eficientes. Tienen objetivos más claros y una cultura del esfuerzo más acentuada. Núria Macià es madre de un joven que ha dedicado muchas horas a la práctica deportiva y ha practicado diferentes deportes a lo largo de su vida. El deporte, destaca, lo ha ayudado a organizarse: "Ya cuando empezó la ESO me di cuenta de que el hecho de disponer de pocas horas para hacer deberes y estudiar provocó que se planificara las horas del día de forma muy ordenada y eficiente. Cogió unos hábitos que hoy, que está en la universidad y trabaja muchas horas, mantiene”.
- La práctica deportiva habitual promueve el aumento de: Rendimiento académico, confianza, asertividad, estabilidad emocional, funcionamiento intelectual, autocontrol, memoria, imagen corporal positiva, bienestar.
- La práctica deportiva habitual promueve la disminución de: Absentismo escolar, abuso de sustancias, ira, ansiedad, confusión, depresión, hostilidad, fobias, conductas psicóticas, tensión.
Otro aspecto muy importante, y que preocupa a muchos padres durante la adolescencia de sus hijos, son las amistades, los hábitos que adquieren y el entorno en el que se mueven los jóvenes. “También es evidente que el hecho de entrenar y competir hizo que no pudiera destinar tantas horas a la noche. Ni ha fumado ni ha bebido mucho alcohol, ahora sale un poco más, pero sabe hacerlo con medida. En cuanto a la vida social, es evidente que siempre ha estado rodeado de amigos", continúa Núria Macià.
“Aparte de los valores, la práctica del deporte hace segregar endorfines, la famosa hormona de la felicidad. La suma de estos valores, que pueden variar según el deporte practicado, más la segregación de endorfirnas hace que la práctica deportiva sea beneficiosa para el adolescente, puesto que es un factor protector de la salud mental", confirma Mireia Clemente. Sentir que se forma parte de un equipo, levantarse temprano para ir a entrenar y tener que renunciar a algunas actividades sociales también ayuda a la madurez del adolescente. "Y si añadimos la satisfacción personal por el hecho de ir mejorando, parece que todo sea positivo”.