El director de 'Leyendas de pasión' revela las dificultades para rodar con Brad Pitt: "Era muy volátil"

BarcelonaHace tiempo que Brad Pitt dejó de ser el ideal de hombre que ha representado gran parte de su vida. Después de las complicaciones del divorcio de Angelina Jolie –que aún no ha llegado a ningún puerto– y de que su compañero de piso de juventud malhablara de su comportamiento poco higiénico cuando vivían juntos, ahora otro detalle poco favorecedor de su personalidad a nivel laboral ha salido a la luz. El director de cine Edward Zwick publicará el 13 de febrero un libro de memorias en el que, aparte de hablar de su larga trayectoria profesional, detalla cómo fue el rodaje de Leyendas de pasión, uno de los filmes que catapultaron a Pitt a la popularidad.

La película, rodada en 1994, sirvió para que Pitt ganara protagonismo en Hollywood, pero treinta años después el recuerdo de Leyendas de pasión le está jugando una mala pasada al actor. En sus memorias, tituladas Hits, floops, and other illusions: my fortysomething years in Hollywood [Éxitos, fracasos y otras ilusiones: mis más de cuarenta años en Hollywood], Zwick explica que Brad Pitt no era la primera opción para interpretar el papel de Tristan Ludlow, sino que el personaje estaba pensado para que lo representara Tom Cruise. Pero Cruise rechazó el papel por "diferencias de ética con el personaje", un problema que Brad Pitt no tuvo. Es más, el actor de Érase una vez en Hollywood expresó su "pasión por el guión y la fuerte atracción que sentía por el personaje", recuerda Zwick.

La alegría por haber encontrado al actor principal de la película se transformó en un quebradero de cabeza. Los problemas llegaron cuando se hizo la primera lectura del guión. En ese mismo momento, el actor que después protagonizaría Mr. and Mrs. Smith quiso renunciar al papel. "Al principio parece tranquilo, pero puede llegar a ser muy volátil cuando se enfada", describe el director. Este solo fue el primero de los muchos obstáculos que tuvieron que superarse para rodar la que fue una de las películas más taquilleras del momento. Había varias cosas que ponían de mal humor a Pitt, como por ejemplo la lluvia o "las escenas que requerían una profunda emoción", lo que generaba continuas peleas que interrumpían el ritmo de grabación del equipo y agotaban al personal.

"Empecé a darle instrucciones en voz alta ante todo el equipo y Brad respondió, también en voz alta, que parara. No sé quién gritó primero, quién insultó o quién tiró la primera silla. Yo, ¿quizás? Pero cuando levantamos la cabeza, el equipo ya se había marchado". Zwick acaba reconociendo –después de la serie de reproches, recuerdos amargos e incomprensión por el comportamiento del actor– que siempre se acababan reconciliando "porque no era nada personal".