Finanzas personales

La freidora de aire gana en consumo y tiempo

El electrodoméstico más viral del año permite cocinar porciones pequeñas de manera más rápida que un horno

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Una persona cocinando unens patatas con una fregidora de aire

BarcelonaSi otros años por Navidad el regalo de electrónica más repetido en muchos hogares había sido el robot aspirador o las pulseras wearables para contar los pasos de todo un día, este año muchos consumidores catalanes han abierto paquetes con un nuevo electrodoméstico cada vez más popular: la freidora de aire. Pero, ¿cómo funciona este aparato y qué ventajas tiene respecto a otros más convencionales como el horno o el microondas? ¿Nos conviene comprarlo o quedará aparcado en un cajón con el paso del tiempo? ¿Consume menos energía que otras maneras de preparar alimentos?

La freidora de aire es, en la práctica, el mismo electrodoméstico (con algunas mejoras) que un horno de convección pequeño. Es decir, que en lugar de generar calor a través de las resistencias eléctricas o de gas, lo hace a base de mover aire caliente de manera uniforme a mucha velocidad con un sistema de ventilación.

Aunque esta tecnología existía desde principios del siglo XX, fue la multinacional holandesa Philips la que decidió crear una versión mini en 2010. Su primera air fryer permitía cocinar los alimentos de manera similar a cómo quedarían friéndolos (al menos con la costra más crujiente habitual en este tipo de preparación) usando poco o nada de aceite. Como el tamaño era mucho más pequeño que el de un horno, la cocción también era mucho más rápida. Por ejemplo, solo hacen falta unos 15 minutos para preparar una versión algo más saludable de las patatas fritas.

Si miramos tres de los modelos más populares de freidoras de aire que hay ahora en el mercado –de las marcas Cecotec, Ufesa y Taurus–, la potencia máxima de estos aparatos se sitúa alrededor de los 1.500 W. Aunque no hay una cifra unánime, hay un cierto consenso en el sector en que el consumo usual de una air fryer se sitúa alrededor de los 0,7 kW/h.

La potencia de los hornos, evidentemente, llega mucho más lejos que estos electrodomésticos, y su consumo también es algo más elevado. Echando un vistazo a tres modelos estándar de las firmas Balay, Bosch y Fagor, de media la potencia de un horno puede llegar hasta los 3.500 W y utilizando la función de ventilador el consumo de energía se sitúa alrededor de los 0,8 kW/h. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que la factura final dependerá de cuánto rato está encendido el dispositivo, que generalmente será menos tiempo en el caso de la freidora de aire. Además, como es más grande, el horno también necesita más minutos para calentar el interior antes de poner la comida adentro.

En cuanto a los precios, el rango es bastante amplio. Los modelos más low cost de las freidoras de aire pueden costar alrededor de 45 euros y normalmente tienen una capacidad alrededor de los dos litros. En el otro extremo, los modelos más premium se pueden disparar por encima de los 200 euros, aunque el precio medio se acerca más bien hacia los 100 o 150 euros. Si hacemos la comparativa con el coste de un horno, estos electrodomésticos también tienen un abanico muy amplio, que puede ir desde unos 200 euros hasta más de 500 dependiendo de las prestaciones.

Capacidad y tipo de cocción

Para cocinar alimentos que ocupan más espacio –por ejemplo, una bandeja de verduras para escalivada o un pescado– la capacidad de la freidora de aire es demasiado limitada, aunque el consumo energético es inferior. Además, el horno permite cocer varias preparaciones a la vez y poner a la práctica la teoría del batch cooking, para organizar las comidas de toda la semana.

Para porciones pequeñas, sin embargo, el fenómeno de la freidora de aire cumple y también permite freír de manera más saludable productos congelados precocinados que antes se habrían hecho en una sartén o una freidora convencional con aceite abundante (que ha aumentado de precio el último año a consecuencia de la guerra en Ucrania). Por otro lado, este nuevo electrodoméstico también presume de ser más cómodo a la hora de limpiarlo, puesto que se puede sacar la bandeja donde se ponen los alimentos. No obstante, los modelos de horno más nuevos incorporan funciones pirolíticas que desintegran la suciedad con el calor.

Si añadimos el microondas en esta comparativa, no consigue los mismos resultados que la freidora de aire en cuanto al crujiente de los alimentos, pero nuevamente tiene más capacidad y es más útil para calentar otros recipientes. Elegir entre un aparato u otro dependerá, pues, de la función que nos haga falta en cada momento y del presupuesto y el espacio disponibles en nuestra cocina.

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