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El fugitivo inglés que cambió el cricket por la costura: así se fundó El Corte Inglés

Ramon Areces compró en 1935 la pequeña sastrería fundada por John Roberts

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Ilustración

BarcelonaEn 1890, en el centro de Madrid, unos operarios apretaban un cartel en una de las esquinas más concurridas de la ciudad. Lo hacían por encargo de John Roberts, un joven inglés que había aterrizado en la capital hacía tan sólo unas semanas. En el rótulo se podía leer: El Corte Inglés. Acompañado de su esposa y las seis hijas del matrimonio, Roberts había decidido quedarse a vivir en Madrid y abrir su propia sastrería. Para hacerla realidad, había escogido un lugar privilegiado: un local comercial situado en la calle Rompelanzas, entre las míticas vías comerciales Preciados y Carmen. El día que entraron los primeros clientes, quedaron maravillados por la destreza del sastre y la propagaron a los cuatro vientos. La berrea llegó hasta las orejas del rey Alfonso XIII, que convirtió a Roberts en uno de sus profesionales de confianza a la hora de elaborar los trajes de gala. La historia podría terminar aquí, pero el relato tiene un giro inesperado: John Roberts nunca existió.

En realidad, el sastre se llamaba Sam Richardson, era jugador de cricket y había llegado a España huyendo de la justicia británica. Nacido en la ciudad de Derby el 24 de mayo de 1844, compaginaba las agujas y los patrones de la sastrería familiar con el cricket, luciendo la camiseta del Derbyshire County Cricket Club. En 1880, sin haber firmado ninguna carrera deportiva brillante, saltó a los despachos del club. Durante diez años, fue su tesorero, hasta que una auditoría interna detectó que los números no cuadraban, según el historiador deportivo Petter Seddon y los datos recogidos por el periodista Carles Vila en Mundo Deportivo. Richardson admitió que había estado desviando pequeñas cantidades para satisfacer gastos personales. Para sortear los tribunales, él y su familia huyeron a España, cambiaron de nombre e invirtieron el dinero en fundar El Corte Inglés.

Aquel negocio no se parecía nada a El Corte Inglés actual. De hecho, tan sólo fue el origen del nombre. La historia de la cadena de grandes almacenes arranca en 1935. "Aquel año, Ramón Areces Rodríguez, avalado por su tío, compró una sastrería fundada en 1890 en Madrid", comienza el relato oficial que hoy cuenta El Corte Inglés. Roberts, con más de 90 años a sus espaldas, ya no podía despachar y había optado por traspasar el negocio. Ramón Areces, que había hecho fortuna en Cuba, se había enamorado del modelo de negocio de la tienda El Encanto de La Habana y quería replicarle en Madrid. Empezó comprando la sastrería de Roberts y en 1939 la amplió con un nuevo local en la calle Preciados. Al año, con una plantilla de siete trabajadores, constituyó la sociedad y se convirtió en el primer presidente de la historia de El Corte Inglés.

La expansión continuó en 1945, con la reforma integral del edificio de Preciados, que tenía varias plantas y que se reflejaba con los grandes almacenes que causaban furor en Reino Unido. "Después de la Guerra Civil, los centros comerciales estallaron como un espacio donde la clientela iba a comprar, pero también a distraerse", contextualiza Josep Maria Espinet, profesor del área de comercialización de la Universidad de Girona (UdG). En 1960, el equipo creativo del negocio se arrancó el esloganYa es primavera en El Corte Inglés, que todavía hoy sigue vivo. Era el pistoletazo de salida de una década dorada para los grandes almacenes. Dos años después, puso los pies en Barcelona –con el establecimiento de plaza Catalunya–, Sevilla y Bilbao.

En 1969 comenzó un proceso de diversificación que le llevó a crear su propia agencia de viajes, una óptica, una cadena de hipermercados, una de supermercados, una correduría de seguros, una empresa de informática, una de bricolaje, una de moda y complementos... "El Corte Inglés es un ejemplo de visión y adaptación a las necesidades de los consumidores, con una buena estrategia de control financiero y un buen uso del marketing", analiza Espinet. Para el experto, "pese a haber pasado por varias etapas de dificultades económicas, tiene una estrategia financiera sólida que le ha permitido trasladar una imagen de credibilidad y confianza a los consumidores", termina. En 2022, El Corte Inglés cerró un año de récord: movió 15.327 millones de euros y ganó 870. En total, tiene más de 80.000 trabajadores en cerca de 1.550 puntos de venta.

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