La otra gran crisis de ERC en la Comunidad Valenciana
Hace un año que la formación la dirige una gestora a raíz de la acusación de acoso sexual contra el expresidente, que quiere recuperar el cargo
ValenciaCasi un año en manos de una comisión gestora, dos congresos extraordinarios suspendidos y sin fecha para celebrar un nuevo cónclave. Esta es la parálisis que sufre Esquerra Republicana del País Valencià (ERPV) desde que el entonces presidente de la formación, Josep Barberà, fue relevado del cargo al ser acusado de un delito contra la libertad sexualpor quien era secretaria general de la formación, Maria Pérez Company, con quien el político de Benicarló (Baix Maestrat) mantenía una relación sentimental.
La denuncia de Pérez provocó la suspensión de militancia de Barberà el 21 de octubre de 2023, la apertura de una investigación interna y la creación de una gestora que pilotara ERPV hasta la celebración de un congreso extraordinario fijar para abril de este año. Sin embargo, la convocatoria saltó por los aires después de que el 14 de marzo el juzgado de violencia sobre la mujer de Alzira (Ribera Alta) admitió una querella de la ex secretaria general por los delitos de acoso de género, contra la libertad sexual y contra el honor, por unos hechos que habrían tenido lugar entre los años 2021 y 2022.
El proceso judicial iniciaba su andadura justo después de que la comisión de ética y de cumplimiento normativo de ERC liquidara la investigación. Según fuentes de la defensa de Pérez –que se dio de baja del partido–, el proceso determinó que la supuesta víctima no había aportado pruebas suficientes para demostrar las acusaciones y que sus testigos habían incurrido en "ambigüedades y contradicciones". La decisión fue confirmada posteriormente por la comisión de garantías, quien consideró que las pruebas no eran "concluyentes" y señaló que la formación no contaba con las herramientas suficientes para evaluarse. En consecuencia, devolvió la condición de militante a Barberà y vinculó la adopción de cualquier medida en contra de él a lo que determine la justicia.
Pese al archivo del expediente, la voluntad de Barberà de recuperar el cargo sin esperar a la decisión de los tribunales ha fracturado ERPV. Tanto es así, que el 6 de julio se suspendió por segunda vez el congreso a causa del enfrentamiento entre las dos candidaturas que aspiran a encabezar el partido. La primera la lidera Barberà y ha sido bautizada con el nombre de Construïm l'Esquerra Valenciana. La segunda es la lista Dignidad Republicana, que comanda el ex secretario de organización Domènec Garcia. La comisión de ética y cumplimiento normativo justificó el aplazamiento por el elevado número de denuncias recibidas por el canal ético, la gran mayoría por acusaciones en redes sociales y artículos de opinión en medios de comunicación. Según el órgano, las críticas y reproches públicos incumplen el código de conducta de los republicanos y suponen "un riesgo importante para la reputación de ERC".
Sin fecha
Pese a que ya ha pasado mes y medio de la suspensión del congreso, la formación aún no tiene fecha para el cónclave. Así lo confirman Barberà y Garcia en conversación con el ARA. "No entiendo cómo quieren alargar esa agonía que está matando al partido", defiende el exsecretario de organización y concejal de Faura (Camp de Túria). Garcia niega que las críticas entre ambas candidaturas fueran motivo suficiente para posponer al cónclave y afirma que Barberà y los suyos acudieron al canal ético porque "querían posponer una votación que tenían perdudísima". No lo ve así el dirigente de Benicarló, que reitera la necesidad de denunciar las "actuaciones sucias" y que recuerda que su candidatura logró 69 avales frente a los 56 de García. "Nosotros sólo recogimos los suficientes para presentarnos. Ganábamos seguros", insiste el ex secretario de organización.
Desde la candidatura Construïm la Esquerra Valenciana reprochan al entorno de García que hayan hecho insinuaciones sobre un supuesto trato de favor en Barberà de las comisiones de ética y garantías y defienden la credibilidad de los órganos. "Estas comisiones van hacer dimitir Alfred Bosch por una acusación similar", enfatizan.
Ante la gravedad de las acusaciones, el político de Faura subraya que la culpabilidad o inocencia de Barberà debe determinarla la justicia, pero defiende que, mientras, el partido no puede tener un líder con "esa hipoteca". "¿Y si es condenado? ¿Cómo queda nuestra reputación? Su negativa a apartarse, como mínimo temporalmente, demuestra que está poniendo por encima sus intereses a los de la organización", concluye Garcia. En lo que sí coinciden ambas candidaturas es que el congreso del 30 de noviembre de 'ERC no debería determinar el calendario.