Los jóvenes se pasan cada vez más al castellano: ¿por qué?
Sólo uno de cada cuatro jóvenes habla catalán habitualmente y el 28% de catalanohablantes lo abandona a menudo en la vida cotidiana
BarcelonaDos primos adolescentes que hablan en castellano mientras en la comida familiar todo el mundo habla en catalán. Dos amigas catalanohablantes enviándose tiktoks y whatsapps en español. Un grupo de estudiantes universitarios que preparan en español una práctica de la asignatura de catalán. Son situaciones cotidianas que describen a padres y profesores. "Es un fenómeno lingüístico nuevo y no sé qué etiqueta ponerle: jóvenes catalanohablantes que adoptan el castellano por pura practicidad. No es por presión ideológica, tampoco porque sea la lengua de la mayoría numérica (porque a veces hay dos castellanohablantes de ocho" ); adoptan el castellano por comodidad, porque así tienen una sola lengua para el grupo, como si fuera una lengua franca", afirma Marc Guarro, lingüista y profesor de estándar catalán oral y escrito en los estudios de comunicación de la Universidad Rovira i Virgili .
No es sólo un fenómeno que se pueda advertir en las aulas, calles o bares, es que las encuestas ya lo reflejan. Según la última Encuesta en la Juventud de Cataluña, el uso del catalán como lengua habitual entre los jóvenes de 15 a 34 años ha caído en los últimos 15 años a un ritmo de un punto por año a favor del castellano y otras lenguas (del 43% en 2007 al 25% el 2022). Solo uno de cada cuatro jóvenes se declara catalanohablante. Pero es que, además, el 28% de los jóvenes que en casa hablan catalán adopta usos significativos en castellano, mientras que al revés ocurre mucho menos: sólo el 16,7% de los castellanohablantes iniciales suman el catalán a su rutina.
Una bilingüización desigual
El castellano tiene una capacidad de retención de sus hablantes mayor que el catalán: tres de cada cuatro jóvenes que hablan castellano en casa la mantienen como lengua habitual, mientras que el catalán sólo retiene a dos de cada tres catalanohablantes iniciales. Además, el cambio más relevante de los últimos cinco años es que el catalán tiene una capacidad de atracción cada vez más limitada. ¿Por qué?
En primer lugar, por un factor demolingüístico. Se ha consolidado una mayoría castellanohablante que no existía hace quince años. El 44,5% de jóvenes se declaran castellanohablantes, cifra que sube drásticamente en ciertos entornos urbanos. Se ha pasado de 6 de cada 10 jóvenes que utilizaban el catalán al menos tanto como el castellano a 4 de cada 10.
En segundo lugar, por una bilingüización universal desigual en catalán y castellano: "En general, los catalanohablantes iniciales o bilingües iniciales tienen un nivel de castellano prácticamente nativo, y este proceso de nativización no ocurre con el catalán", explica el sociolingüista y profesor de la UAB Avel·lí Flors Mas, uno de los investigadores del estudio de juventud. Esto provoca la convergencia hacia el castellano. “Los catalanohablantes se encuentran frecuentemente en contextos en los que son minoría y en los que los hablantes de otras lenguas tienen una competencia más limitada en catalán de la que ellos tienen en castellano y, como en general se percibe que mantener el catalán es una posición marcada, se tienden a pasar a la lengua que ahorrará ciertos conflictos”, describe el profesor. “Si dominan más el castellano, porque hacen usos coloquiales, se acabarán identificando más, con la lengua y sus referentes: la música, la cultura, las redes...”, añade Marina Massaguer, también sociolingüista y actualmente asesora del Departamento de Investigación y Universidades.
En tercer lugar, y no menos importante, "cuando una lengua se consolida como la lengua de interacción del grupo, es difícil modificar el comportamiento dentro de este grupo", señala Flors Mas. Los testigos de los jóvenes lo corroboran punto por punto. "En los clubs deportivos, en los patios, en los bares, los jóvenes catalanes tienen el hábito de hablar en castellano con todo el mundo de su edad. Puede ocurrir que los catalanohablantes ya no se reconozcan entre ellos y, por tanto, se conozcan hablando castellano y lo fijen como un hábito", advierte Massaguer. "El gran peligro es que piensen que el catalán es la lengua de casa, pero fuera la lengua normal y la que habla la mayoría es el castellano", añade.
Los bilingües hablan más español
El uso del castellano entre catalanohablantes no es una experiencia nueva, pero sí lo es la escala a la que ocurre, propulsada por la minorización demográfica. Como señala el informe Las dinámicas de catalán entre los jóvenes, hay que tener en cuenta que las familias catalanohablantes iniciales de hoy no se asemejan a las de los años 80, más homogéneas: los hogares catalanohablantes de hoy tienen una presencia significativa de castellano y, por tanto, es una lengua no sólo que dominan , sino también con la que aman.
Así pues, cuando les preguntan "¿cuál es tu lengua?", cada vez hay más jóvenes que se identifican tanto con el catalán como con el castellano: un 34,2% de los jóvenes se definen como bilingües, 7 puntos más que el año anterior, según elEstudio sociolingüístico del alumnado de sexto de primaria, de 2022. La interpretación de este fenómeno siempre había sido positivo porque, en números absolutos, se consideraba que favorecía la atracción hacia el catalán, pero las últimas encuestas muestran que, en estos vasos comunicantes, el catalán pierde fuerza de atracción mientras el castellano sigue arrastrando a catalanohablantes, tanto los que se declaran bilingües como los aloglots (que tienen otras lenguas). Los estudios sociolingüísticos indican que los jóvenes que se declaran bilingües tienen en realidad usos castellanizados: un 40% se colocan en el grupo que habla más castellano y sólo un 8% se colocan en el de hablantes de catalán.
Hacer 'normal' el catalán en espacios (reales y virtuales)
¿Cómo recuperar terreno para el catalán entre los jóvenes? "Tendríamos parte de la partida ganada sólo generalizando contextos en los que el catalán sea la lengua de uso imprescindible o, sencillamente, que percibimos normal en ese contexto, sea un aula o un club deportivo", observa Flors Mas. La idea es que los jóvenes que tienen dominio de catalán (que son la amplia mayoría) tengan que activarlo para que, al final, la normalicen.
La lengua del director de la coral, del profesor o del superior en el trabajo es crucial para instaurar el catalán como lengua de interacción normal, una dinámica a la que los hablantes se van sumando. Según las encuestas, el instituto, la universidad y el trabajo son los lugares donde el catalán tiene más predominio, mientras que la mitad de chicos y chicas hablan con el grupo de amigos y con desconocidos sólo o más en castellano. Tradicionalmente, los esplais, las colles castelleres o los ateneos han funcionado de forma espontánea como espacios de acogida lingüística y adopción del catalán. Así pues, ahora que incluso en estos espacios está retrocediendo el predominio del catalán, los sociolingüistas defienden que se necesitarían acciones más dirigidas de concienciación y de estrategia de usos lingüísticos. "Son importantísimos los referentes en la vida cotidiana, toda la gente que tiene un rol de liderazgo, como monitores de comedor, cabezas de grupos, entrenadores de fútbol... Hay mucho margen de mejora a nivel micro", apunta Massaguer .
Como, encima, los jóvenes hacen más vida virtual (y no miran TV3; miran TikTok o juegan a videojuegos colaborativos), lo mismo debería hacerse en estos entornos. Que haya influencers que tienen éxito en esta lengua puede afectar al imaginario sobre por qué es apto el catalán y su valor. "Se puede acabar trasladando en un pensamiento diglósico; pensar que en catalán no se puede triunfar en YouTube o Instagram. Por eso es importante que el catalán tenga presencia en todos los ámbitos para romper estas ideas limitantes", dice Flors Mas. Se ha visto con el éxito de la escena de comedia en catalán o en las sesiones de rap improvisado en catalán. "Es lo que el catalanismo lingüístico ha estado haciendo desde la Renaixença. Primero conquistamos la poesía lírica, después haremos novelas, después teatro popular, y viene Pitarra y Guimerà. Después tenemos que hacer prensa diaria en catalán, y después tendremos que hacer una administración que funcione, tenemos que hacer educación catalana, tenemos que montar una radio y ahora viene que le hable Alexa. Me gusta la idea de que la revitalización de las lenguas es una batalla que no tiene un final", concluye el experto.