EDITORIAL

Los jueces italianos devuelven la dignidad a los migrantes

Llegan a Albania los primeros migrantes interceptados en el Mediterráneo por Italia.
18/10/2024
2 min

En países como Italia, los jueces son hoy la primera línea de defensa de la democracia. Y han tenido que ser ellos, en concreto un tribunal de Roma, quienes han tenido que recordar a Giorgia Meloni que los planes para trasladar a migrantes a países terceros como paso previo a ser deportados contraviene la legislación y la jurisprudencia europea. Por tanto, no es que no se pueda aplicar este modelo en Italia, es que no se puede hacer en ninguna parte de la UE. Lo que dicen los tribunales es que sólo se puede deportar a alguien cuyo país sea considerado "seguro para todas las personas", y evidentemente es muy difícil encontrar un país del Tercer Mundo que cumpla este requisito, porque donde no se persiguen minorías nacionales , lingüísticas o religiosas se persigue al colectivo LGTBI o directamente a las mujeres.

En el caso al que hace referencia la sentencia, de los dieciséis migrantes rescatados al mar que quería trasladarse a un centro italiano construido en territorio albanés, hubo cuatro que ya tuvieron que ser devueltos a Italia, dos por ser menores y otros dos por estar en situación de "vulnerabilidad" (ambos casos están excluidos del acuerdo entre Roma y Tirana). Los otros doce, procedentes de Bangladesh y Egipto, tendrán que volver ahora también a Italia porque la justicia considera que sus países de origen no son seguros para toda la población, un criterio fijado por la justicia europea el pasado 4 de octubre . La justicia italiana y europea es, pues, la que ha devuelto la dignidad a los migrantes, recordando a los gobiernos de la UE que las personas humanas tienen derechos inalienables por serlo, y el derecho a pedir asilo y huir de tu país por causa de una persecución es uno de ellos.

Pero no nos engañemos. Lo que hoy es una victoria mañana puede ser una derrota, porque los vientos que soplan en toda Europa ahora mismo son favorables a los experimentos de Meloni y seguro que veremos cambios legislativos para agilizar las deportaciones y llamadas devoluciones en caliente, que son ilegales según el derecho internacional. El gobierno polaco de Donald Tusk, que se presentaba como liberal, ha anunciado ya la suspensión del derecho de asilo. Alemania, con un gobierno de socialdemócratas, verdes y liberales, ha recuperado los controles en las fronteras en el espacio Schengen y ha anunciado que no dará ayudas a aquellos migrantes que se hayan registrado antes en otro país de la UE.

La gestión de la inmigración representa un gran reto porque es una cuestión muy compleja, con muchas aristas. Pero creer que construyendo campos de detención en terceros países se podrá frenar la llegada de personas es iluso. La idea de Meloni es fácil de vender de cara a la galería, pero es muy cara (inasumible si debe aplicarse a gran escala) y, lo que es más grave, va en contra de los principios fundamentales de la UE y hasta y todo de las Naciones Unidas. Por suerte, hay jueces que consideran que cada persona merece ser tratada con respeto como depositaria de unos derechos. Y éste es, justamente, un principio que nunca podemos perder.

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