El consultorio

¿Por qué llora por una cosa cuando en realidad es por otra?

Si el llanto no se corresponde con la situación que vive, puede que llevara vivencias acumuladas y las saque de golpe cuando está con una persona de confianza

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BanyolesUn día son los pantalones, al día siguiente el desayuno o la mochila que no va bien... Siempre hay alguna queja que acaba con llanto. Sin embargo, las lágrimas que derrama el niño a menudo no tienen nada que ver con el motivo que, aparentemente, las ha desatado. Lo que le ocurre, en el fondo, es otra cosa: por ejemplo, que no quiere ir a la escuela, que hace rato se le ha dicho que no a lo que quiere y lo manifiesta más tarde aprovechando otra situación, o que se ha enfadado con un amigo y en ese momento no lo ha exteriorizado. La mochila del inconsciente se descarga. Una maraña de emociones que tienen una única respuesta: la maduración neurocognitiva está en proceso.

¿Por qué lo hace?

Los niños no siempre saben el motivo real por el que no están bien. Determinarlo requiere unas aptitudes "demasiado elaboradas", relata la psicopedagoga y terapeuta, Anna Serra Dolcet. Es decir, que “el niño se dé cuenta de que llora por una razón diferente a la que lo hace pide unas capacidades de autoconocimiento y autoconciencia. Unas habilidades superiores que sólo se dan si todas las áreas cerebrales se han desplegado”. El lóbulo frontal, donde se encuentran estos tipos de funciones, es el último en completarse. Por tanto, no será hasta la adolescencia o la edad adulta –a partir de los 20 años– que se manifestará “un mayor dominio de la habilidad de tomar conciencia de lo que le pasa, del control de sí mismo, de la capacidad de gestionarse emocionalmente y de tomar decisiones, entre otros”.

¿Nos engaña?

Si el llanto no se corresponde con la situación que vive ese instante concreto, podría ser que llevara vivencias acumuladas y las saque de repente para cualquier cosa aprovechando que tiene delante a una persona de confianza. Y es que las criaturas no engañan “de manera consciente” con su llanto, sin embargo, pueden utilizarlo como una estrategia para conseguir lo que quieren hacer. Serra Dolcet advierte que hay que tener cuidado porque si los progenitores quedan “agobiados” por las lágrimas y se dejan arrastrar por el deseo no saludable del niño, él se acostumbrará a coger el llanto para conseguir todo lo que quiere.

Llora por saturación?

Según la psicopedagoga, el llanto de las criaturas expresa "cómo están" en el ámbito físico y vital. “¿Quizás está cansado o tiene hambre? ¿Lleva demasiadas horas fuera de casa? ¿Existe un exceso de extraescolares y cuando llega a casa ya no quedan fuerzas para ponerse a hacer nada más?”, se pregunta. Si el nivel de saturación es alto, el niño puede llorar por situaciones que objetivamente parecería que no tienen motivo o que la respuesta es “desmedida”. "El estrés hace disparar los niveles de cortisol y, entonces, la irritabilidad y el mal humor se incrementan", argumenta.

¿Influye dormir poco?

Si el llanto y el malestar ocurren a primera hora de la mañana, uno de los factores a revisar es si ha dormido las horas suficientes. Hay niños que necesitan dormir más que otros. Durante el sueño es cuando se regenera el sistema nervioso. "Hay muchos niños y adolescentes que duermen menos horas de las que necesitan y se levantan con disposición al cansancio, irritabilidad, mal humor...", admite Serra Dolcet. Una problemática invisible –que viene a ser como un empacho del sistema nervioso que acumula estrés por demasiado extraescolares, para acostarse tarde o pantallas, entre otros factores–, que genera este tipo de síntomas, como el llanto, que se manifiestan a través del comportamiento.

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