Xavier Claveria: “En Londres se ha cerrado un barrio entero y aquí todavía nos dan miedo las supermanzanas”

Consejero delegado y fundador de Santafixie Group, 'e-commerce' especializado en bicicletas y ciclismo urbano

Marc Amat
2 min
Xavier Claveria: “En Londres se ha cerrado un barrio entero y aquí todavía nos dan miedo las supermanzanas”

La idea de crear Santafixie nació en un piso de estudiantes en Londres.

Exacto. Siempre había tenido muchas ganas de emprender, pero después de cursar un máster en dirección financiera en Barcelona no encontré buena idea para lanzarme. Fue entonces cuando decidí coger la maleta y marcharme fuera a aprender inglés. En Londres fui a parar a un piso compartido donde todo el mundo se movía siempre en bicicleta. Realmente me sorprendió: a pesar del clima y de su orografía, este medio de transporte se había hecho muy popular entre los londinenses. De hecho, había visitado la ciudad cinco años antes y el panorama había cambiado radicalmente: en el 2010 las bicicletas ya habían ganado mucho terreno. Fue entonces cuando me fijé en un modelo concreto, llamado fixie, que se había hecho muy popular. Se trataba de una bicicleta muy económica -alrededor de unos 300 euros- y con una estética muy cuidada: podías personalizar los distintos elementos con el color que prefieras. Me gustaron tanto que se me encendió la bombilla. ¿Por qué no empezar a importarlas en Barcelona?

Y, a partir de ahí, la historia de Santafixie continúa en un garaje en Cataluña.

Sí. Contacté con varios proveedores, hice un primer pedido de 30 unidades y los almacené en un garaje que tenían mis padres. Para poder comercializarlas, me hice autónomo y opté por la vía más sencilla: abrir una tienda online. Tardé tres semanas en vender la primera y, cuando lo hice, el cliente me dijo que no se acababa de fiar de mí. Realmente, en la página web no especificaba ni las condiciones de compra ni dónde podían encontrarme. Era el 2011. Ahora, sin embargo, ya vendemos a través de tres plataformas online, facturamos 2,5 millones de euros y tenemos 15 trabajadores bastante jóvenes. De hecho, las start-ups deberían dar trabajo especialmente al talento más joven recién salido de la universidad. También merecen una oportunidad. También vendemos a Holanda, Francia y Reino Unido.

Sin embargo, arrancaron el negocio desde Barcelona, ​​una ciudad donde el uso de la bicicleta es aún menor que en estos países. ¿Por qué cree que esto es así?

Si este medio de transporte ha triunfado en Londres, ¿por qué no puede hacerlo en la capital catalana? Como en todas las sociedades, en Barcelona tenemos instalada la cultura del no en el cambio. Debemos darnos cuenta de que utilizar el coche dentro de la ciudad es más un quebradero de cabeza que otra cosa. Y, además de disminuir la contaminación atmosférica y acústica que generan los vehículos, crear zonas restringidas hace subir los alquileres y atrae, por tanto, a personas con mayor poder adquisitivo. En Londres se ha cerrado un barrio entero en la circulación y nada ha pasado; aquí todavía nos dan miedo las supermanzanas.

Santafixie acaba de levantar 500.000 euros en una ronda de financiación. ¿A qué tienen pensado destinarlos?

La mayor parte de los recursos queremos invertirlos en mejorar la experiencia de usuario de nuestras plataformas. Tenemos un portal específico para bicicletas fixie, otro que lleva por nombre Vola Velo especializado en bicicletas más comerciales, y New Born Riders, con bicicletas infantiles. Aparte de eso, queremos dar un paso muy importante: lanzar nuestra propia marca. Después de los seis años, conocemos muy bien al cliente y sabemos qué busca.

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