La nueva superproducción Disney, un monstruo de Frankenstein del Hollywood actual

Esta nueva explotación cinematográfica de una atracción ubicada en algunos parques de Disney parece provenir de un lugar sin tiempo donde las épocas se mezclan. Como comedia de sustos para todos los públicos, el film puede remitir a referentes retro cómo Abbott y Costello contra los fantasmas y Scooby Doo. Al mismo tiempo, es un blockbuster digital que encuentra su sentido dramático en cierto cine de terror reciente que explora el luto. La construcción de una nueva familia es la forma de superarlo, pero los responsables de la nueva Mansión encantada escenifican que los vínculos ya no están tan marcados por la sangre y el matrimonio: tres personas adultas (y los hijos de una de ellas) pueden crear una nueva familia a partir de un encuentro casual.

El resultado puede despertar simpatía. Pese a una banda sonora invasiva que subraya dinamismos y emociones, los responsables de Mansión encantada no se abandonan a la lógica del blockbuster como experiencia sostenidamente (y, a veces, agotadoramente) trepidante. Y el equipo actoral tiene algo de tiempo para aportar hebras de humanidad a un conjunto limitado. Este monstruo de Frankenstein del audiovisual corporativo hace equilibrios entre la construcción de humor y el cultivo del drama, entre el no dar miedo y darlo un poco (los malos de la película intimidan más que sus homólogos de la versión de 2003), entre hacer disfrutar a los niños y cuidar a los adultos. Y, como aquella criatura hecha de recortes, camina de forma inestable sin caer del todo.