La cultura ha entrado en el buzón del Defensor del Lector, y ha entrado cómo se merece esta maravillosa disciplina que nos hace mejores personas.
Gerard Vasco Salas me escribe que "el diario da muy poca importancia a los conciertos de música clásica", y que "hay ciertos eventos que desgraciadamente son desterrado", poniendo como verbigracia el concierto del jueves, 16 de mayo, que le va dar una gran impresión, “un concierto sublime con unos músicos que hicieron disfrutar al público asistente con sus extraordinarias interpretaciones”. Por su parte, Marc Barrio Fernández da ejemplos y referencias y propone una sección semanal de historia “que directamente hable de eventos históricos de todo el mundo”.
El jefe de la sección de Cultura, Xavier Cervantes, responde con datos y argumentos a ambos lectores:
“Nos gustaría abarcar mucho más, no sólo en el ámbito musical, y es cierto que a veces no llegamos a todo lo que quisiéramos. En el caso de la música clásica, aparte de previas y entrevistas, acordamos cada mes con el crítico Jaume Radigales las cinco o seis propuestas imprescindibles. Aquella semana del mes de mayo, además del concierto de Armandine Beyer en el Palau de la Música, que sin duda habría merecido un espacio en el diario, también estaba la culminación de la integral de los cuartetos de Shostakovich a cargo del Quartet Casals en L'Auditori (otro concierto memorable) y la primera función de La cenerentola en el Liceo. Y al cabo de unos días estaban los conciertos de Gustavo Dudamel, el recital de lied de Alexander Grassauer y uno Réquiem de Verdi en un programa con estrenos de Joan Magrané y Raquel García-Tomás, que sí fueron reseñados en el diario. En cualquier caso, gracias por pedir que prestemos más atención a la clásica.
Sobre la posibilidad de abrir una sección sobre acontecimientos históricos, transmitiremos la propuesta a la dirección del diario, pero debería estudiarse bien para que los contenidos tengan también carácter periodístico. En la sección de Cultura publicamos bastantes contenidos de historia, a menudo relacionados con noticias, y gracias al trabajo constante de Silvia Marimon; al fin y al cabo, el ARA es un diario de actualidad”.
El Defensor quiere redundar en la gran competencia profesional del doctor Radigales, con una larga y brillante trayectoria académica, literaria y periodística, y de Silvia Marimon, igualmente con un acreditado currículum de excelencia en el periodismo de historia y memoria, que mantiene el diario a la vanguardia del tema que, en el caso del franquismo y la represión, la derecha extrema y la extrema derecha vuelan declarar en vías de extinción. Está al alcance de los lectores del digital hacer un destello por el gran trabajo de Marimon, por ahora seguro que la periodista que dedica más espacio a la historia en un diario; entre los artículos más recientes, a partir de fuentes siempre competentes, nos ha paseado por las pinturas rupestres del Vallès Occidental y la vida cotidiana en Pompeya, ha explicado el paso de Aníbal por la Cerdanya, ha descubierto esquinas no suficientemente conocidas de las trovadores del siglo XII...
Tanto en un caso como en otro, el ARA contribuye a mantener una notable tradición en ambas manifestaciones culturales traducidas al periodismo. La crítica musical de los conciertos está en desventaja con sus hermanas de otras manifestaciones artísticas, porque suelen ser únicos –no así las óperas– y, en consecuencia, la crítica pierde la prestación utilitaria que tiene recomendar o desaconsejar un libro, una exposición o un filme. Sin embargo, quiero recordar la estirpe de grandes compositores que ejercieron la crítica –Montsalvatge, Guinjoan, Valls Gorina, Taverna Bech...—. Cómo destacar la generación de periodistas que con traza empezaron a deflactar las subordinadas y los hipérbatones de la historia al lenguaje llano de poner más puntos que comas: del maestro Néstor Luján en Montserrat Roig y Josep M. Soria. Finalmente, en el ARA escriben historiadores de prestigio que colaboran en la sección de Debat, como por ejemplo Borja de Riquer, Josep M. Muñoz, Francesc Vilanova... Y siempre Juan B. Culla in memoriam.
Los lectores Vasco y Barrio están en buenas manos.
La enriquecedora diversidad de las quejas y sugerencias
La sección del Defensor del Lector es muy reciente, pero sin embargo recibe muchos correos y mensajes de WhatsApp, quejas y sugerencias que enriquecen un diario que tal y como sale todos los días, cada día debe reciclarse. Los leo y les agradezco, y, en la imposibilidad de atenderlos a todos, hago aquí un breve resumen de algunos comentarios que no he podido tratar, en bien entendido que hablo con redactores y dirección de cuestiones que, a pesar de no ser publicadas, es saludable para el diario tomarlas en consideración. A final de año, publicaré un análisis cualitativo y cuantitativo de todas las comunicaciones.
Fèlix Tarrida plantea un tema que realmente hay que estudiar, como es el de los comentarios de lectores no identificados en la edición digital y “la tendencia a que –bajo el anonimato– se escriban tropelías o insultos”. Le puedo dar fe de que, a cuento de un reciente comentario poco edificante ya raíz de la alerta del lector Josep Miquel Palaudarias, el tema que plantea se toma en consideración y se actúa en proporción. Sin salir del digital, Ramon Isanta considera que la publicidad es excesiva, y concluye: “Entiendo que los medios sobreviven gracias a la publicidad pero no comparto que no puedas leer una noticia o una opinión sin interrupciones”. El aristotélico “μέσον τε καὶ ἄριστον”, más conocido por el latín “in medio virtus”, es más que un aforismo un buen consejo.
Maria Glòria Gou me escribía, con conocimiento de causa, a cuento del artículo “El impuesto de patrimonio favorece a las grandes fortunas en Cataluña”, y me señalaba algunas carencias y dudas de que la pieza periodística no le había podido resolver. Sin salir de la economía, Francesca Secall explicaba “la agradable sorpresa de que en lugar de pagar una pequeña diferencia, como cada año, la Agencia Tributaria me reducía importe de los ingresos –soy pensionista– y debía devolverme dinero” por una “gracia” [las reducciones por pagos a mutualidades] que se podía reclamar a partir de las declaraciones hechas en 2019, y apuntaba la conveniencia de ir recordando, aunque se hubiera publicado, hechos como éste de utilidad pública” para un colectivo que quizás sí necesitamos que nos digan las cosas más de una vez”.
Y más matemáticas. Miquel Tres afirma que demasiado a menudo se publican cifras descabelladas, “Hm cúbicos, millones de millones de euros, miles de millones de años, miles de hectáreas…”. Lo demuestra a partir de un dato concreto que contrasta, y se pregunta: “¿Esto no puede hacerlo el redactor?”. Pues sí, el redactor genérico podía haberlo hecho ya veces vertemos ceros al por mayor sin contrastar ni la verosimilitud con la calculadora que llevamos en el móvil.
El Defensor del Lector presta atención a las dudas, sugerencias, críticas y quejas sobre los contenidos del diario en sus ediciones digital y en papel, y cuida de que el tratamiento de las informaciones sea conforme a los códigos deontológicos.
Por contactar con el Defensor del Lector puede enviar un correo electrónico a eldefensor@ara.cat o grabar un mensaje de no más de un minuto al número de WhatsApp 653784787. En todos los casos, es necesaria identificación con nombre, apellidos y número de DNI.