Encuentran pintura rupestre del paleolítico en el Vallès Occidental
Los 'Homo sapiens' de la cueva Simanya utilizaban el mismo lenguaje simbólico que sus contemporáneos de Francia y Cantabria
La cueva Simanya, situada en el Parque Natural de Sant Llorenç del Munt y L'Obac (Vallès Occidental), no deja de dar sorpresas. Allí se encontraron las restos neandertales más importantes que se han localizado hasta ahora en Cataluña: 54 fragmentos óseos de una mujer, un individuo joven de 11 o 12 años y un niño de 7 u 8 años, que vivieron hace más de 50.000 años. Los tres estaban enterrados cerca, en un pequeño ramal, estrecho y oscuro, a unos 70 metros de la entrada de la cueva, que tiene unos 300 metros de recorrido. Los restos se extrajeron de la cueva de forma clandestina en los años 70, y no se supo que pertenecían a neandertales hasta el 2020. Ese mismo año se comprobó que en la misma cueva hay una serie de grabados y restos de pigmento en las paredes de la galería oeste. Ahora se ha confirmado que se trata de arte paleolítico. Sus autores o autoras serían Homo sapiens que vivieron durante el paleolítico superior, hace entre 12.000 y 14.000 años. Son pinturas que coinciden, por época, con las de la cueva de Altamira, en Cantabria.
Una de las representaciones que se han encontrado en Simanya está formada por 14 puntos de menos de un centímetro de diámetro, pintados en pigmento rojo y formando dos líneas paralelas. La segunda representa cuatro trazos discontinuos más o menos rectos que se cruzan entre sí y grabados a dos metros y medio del suelo actual. La tercera muestra varias líneas paralelas y próximas entre sí, coronadas por un semicírculo en la esquina superior izquierda. Esta última figura grabada encaja con los signos claviformes típicos del arte paleolítico europeo. "Son importantes no por la espectacularidad, sino por todo lo que nos cuentan. En Catalunya hay un gran vacío de arte paleolítico, tenemos muchos yacimientos, pero no se han conservado prácticamente manifestaciones simbólicas", explica Juan Ignacio Morales, del IPHES-BÚSQUEDA, que ha realizado la investigación junto con Míriam Salas Altès, Marcos García Díez, Josep Maria Vergès, Artur Cebrià y María Soto.
"Es importante por la simbología, muy similar a la que se ha encontrado en la cornisa cantábrica o en el sur de Francia. Nos dice que las personas que hicieron estas pinturas en Simanya se expresaban con el mismo lenguaje. Hay muchas más similitudes con los Pirineos y con Cantabria que con otros lugares del Mediterráneo", explica Morales. "No sabemos cómo eran los contactos, pero seguro que los hubo porque compartían una misma tradición cultural", añade.
La primera exploración espeleológica con carácter científico en la cueva Simanya se realizó en 1911, y también fue excavada arqueológicamente en 1930 por el Centro Excursionista de Terrassa. Es, seguramente –o lo era antes de que se encontraran todos estos vestigios y, por tanto, que no se pudiera acceder a ellos–, una de las más visitadas de Catalunya. Pertenece al Parque Natural de Sant Llorenç, destino de muchísimas salidas y excursiones, y es bastante accesible. "Es curioso que en un lugar tan pisado y tan visitado, se hayan encontrado restos tan excepcionales y nadie se hubiera fijado hasta ahora", destaca Morales. La investigación se ha publicado en la revista Journal of Archaeological Science Reports.