Inclusión

Mar Galcerán: "Es necesario que la sociedad quiera conocer a las personas con síndrome de Down"

Diputada del PP en las Cortes Valencianas

3 min
La nueva diputada del Partido Popular, Mar Galcerán, en el hemiciclo de las Corts Valencianes.

ValenciaMar Galcerán (Valencia, 1978) no se cansa de abrir caminos. En 2014 se convirtió en la primera persona del Estado con síndrome de Down en presidir una entidad, Asindown Valencia. Ahora ha dado un nuevo paso y desde el jueves es la primera persona con ese trastorno genético que es diputada, en concreto, de las Cortes Valencianas.

Apasionada de la política desde muy joven, Galcerán inició su militancia en el Partido Popular a los 18 años. El primer hito lo logró hace un año al ser designada secretaria del área de atención a personas con capacidades distintas del PP valenciano. En mayo no logró el acta de diputada porque ocupaba el número 20 de la lista por la circunscripción de Valencia. Las renuncias de distintos compañeros por los nombramientos en el nuevo gobierno han hecho posible que obtenga el escaño.

La nueva diputada compatibilizará el cargo con el voluntariado que hace con niños con síndrome de Down. También con sus otras pasiones, puesto que es miembro del club de atletismo Marta Fernández de Castro y ha sido dos veces fallera mayor.

A pesar de sus aficiones, Galcerán siempre ha tenido claro que la prioridad eran los estudios. Cursó EGB y FP como auxiliar de hogar y técnico auxiliar de jardín de infancia. En 2010 aprobó las primeras oposiciones a funcionaria adaptadas para personas con distintas capacidades y desde entonces es subalterna de ordenanza en la consejería de Sanidad de la Generalitat Valenciana.

¿Qué le interesó de la política y qué le ha aportado?

— Me interesó la posibilidad de sumar mi granito de arena para mejorar la sociedad y me ha aportado, sobre todo, autoestima.

¿Ha tenido que superar muchas barreras para llegar?

— Las barreras están en la sociedad, y son sobre todo mentales.

¿Entre ellas está la sobreprotección?

— Sí. Te miran con un cierto infantilismo y te hablan como si siempre fueras una niña pequeña. También existe la condescendencia. O cuando nos describen con expresiones como "somos angelitos de Dios"... Son tópicos a desterrar.

¿Qué más es necesario cambiar?

— Lo que hace falta es que la gente abra la mente y empiece a ver a las personas con diferentes capacidades, sencillamente como personas. Es necesario que nos traten con naturalidad, que traten de conocernos tal y como somos, porque no somos tan diferentes. Somos más iguales que distintos.

Usted ha explicado que lo peor que ha sufrido es la soledad. En concreto, cita los años de adolescencia, en los que ha dicho tener muchas compañeras de estudio pero pocas amigas.

— Fue un momento bastante duro. [Las compañeras] me decían que iban a estudiar cuando se iban de fiesta. No querían que fuera con ellas.

¿Qué nos pasa, tenemos miedo a lo diferente?

— Creo que sí. Debemos aprender a aceptar la diferencia como un valor.

También ha explicado el desprecio de los adultos. Por ejemplo, en restaurantes, cuando los camareros en lugar de dirigirse a usted lo hacían a sus familiares como si fuera una niña pequeña. ¿Ante esto defiende que hay que rebelarse?

— Sí.

Para ello, ha contado con el apoyo de su familia. ¿Qué le han aportado?

— Confianza, seguridad en mí misma, apoyo y libertad para poder equivocarme.

¿Somos una sociedad más justa?

— Lo que está ocurriendo es que las personas con capacidades diferentes ya hemos dado el primer paso, nos estamos acercando a la sociedad, pero falta la otra mitad, que corresponde a la sociedad, que debe querer conocernos. Porque no todo debemos hacerlo nosotros.

Volvemos al inicio de la conversación. Explíquenos una iniciativa que le gustaría impulsar desde Les Corts.

— Por ejemplo, que el certificado de capacidades diferentes se conceda en tres meses y no en dos años, como ocurre actualmente.

La nueva diputada del Partido Popular, Mar Galcerán, en el hemiciclo de las Corts Valencianes.
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