Homenotes y danzas

El padre del Hospital de Sant Pau

La familia de Pau Gil Serra fundó el actual Naturgy y él dejó en su testamento que se destinara la mitad de su herencia a la construcción del centro hospitalario

David Valero Carreras
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Pau Gil Serra (1816-1896). Empresario

Hoy en día la conocemos como Naturgy, hace unos años como Gas Natural Fenosa, antes como Gas Natural y en un principio como Catalana de Gas. A pesar de los cambios de nombre, sigue siendo la compañía que en 1843 fundó la familia Gil en el barrio de la Barceloneta de la capital catalana. Lo que hasta ahora se había dedicado al comercio internacional, Pere Gil Babot, decidió diversificar sus negocios apostando por una innovación que llevaba bajo el brazo el francés Charles Lebon, consistente en iluminar los espacios públicos con gas.

El negocio fue tan bien que casi ciento ochenta años después sigue generando dividendos... aunque significativamente transmutado, pero siempre con el gas detrás de todo. Por cierto, hoy en día la sede efectiva de Naturgy se encuentra en un edificio muy aparente de los arquitectos Miralles-Tagliabue ubicado en los mismos terrenos donde nació la compañía.

El fundador de tan exitosa estirpe, Pere Gil, tuvo once hijos, y ocupa el tercer puesto nuestro protagonista. Éste es el cómodo entorno familiar en el que Pau Gil Serra vino al mundo. Un hombre que mantuvo sus actividades familiares y las amplió aún más con el negocio financiero, a través de la Banca Gil, que su hermano había fundado en París.

Pero también tuvo tiempo para las relaciones sociales y para la filantropía. La mayor parte de su vida la pasó instalado en París, desde donde gestionaba el negocio bancario y el resto de inversiones. No siempre fue una vida plácida, porque entre septiembre de 1870 y enero de 1871 la capital francesa sufrió el asedio de las tropas prusianas con la consiguiente incertidumbre sobre la vida de todos los que habitaban en ella.

Entre los intereses familiares estaba el ferrocarril (diseñaron el de la compañía de carbones de Siero y Langreo), la minería, el comercio marítimo (que dirigía el propio Pau Gil) o la canalización de aguas (Real Compañía de Canalización del Ebro), además de las finanzas (el hermano mayor de Pau Gil fundó el citado banco y también la Caja de Ahorros de Barcelona).

En el ámbito de las relaciones sociales, cabe destacar su amistad con la reina Isabel II y con Eugenia de Montijo, aristócrata española casada con Napoleón III. Pero, sin duda, la principal huella de Pau Gil en la sociedad la dejó después de su muerte. En 1902 se puso la primera piedra del Hospital de Sant Pau y la Santa Cruz, una iniciativa íntegramente su voluntad, ya que en el testamento indicó cómo repartir su ingente fortuna para poder construir lo que llamó “hospital civil” sobre la base del histórico Hospital de la Santa Cruz.

Hay que decir que Pau Gil nunca se casó y no tuvo descendencia y es por este motivo que buena parte de su abundante herencia pudo dedicarse a fines benéficos. En concreto, sus planes testamentarios van estos: liquidar el banco familiar y los beneficios resultantes dividirlos en dos partes, una para los sobrinos y otra para destinarla a este proyecto de hospital. La finca que los albaceas (entre ellos, el célebre empresario Josep Ferrer Vidal) adquirieron en el Eixample –la misma que hoy todavía ocupa el Hospital de Sant Pau– era utilizada entre otros por el Fútbol Club Barcelona, ​​que en esos momentos jugaba los partidos en el llamado campo del Hotel Casanovas y que, en consecuencia, fue obligado a hacer las maletas y buscar una nueva ubicación.

El volumen de recursos de la herencia levantó las suspicacias de parte de la prensa, que sospechaba que entre la liquidación del banco y la compra de los terrenos, se habían escolarizado algunos duros hacia manos inapropiadas. El caso es que el hospital pudo construirse y casi un siglo más tarde sería declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco gracias al trabajo genial de su arquitecto principal, Lluís Domènech i Montaner

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