El negocio de la guerra

Pieter Wezeman: "La pandemia puede aumentar la demanda de armas"

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Pietr Wezeman

Pieter D. Wezeman (Holanda, 1977) es investigador sobre exportaciones de armas y gasto militar del Instituto Internacional de Investigación por la Paz de Estocolmo (Sipri), una de las referencias internacionales en materia de análisis del comercio de armas en el mundo.

España es el séptimo exportador mundial de armas. ¿Cómo ha conseguido esta posición, lejos de su peso económico y geopolítico en el mundo?

— España se ha convertido en un importante exportador de armas, puesto que ha participado mucho en programas de cooperación con otros países para la producción del avión de transporte Airbus A-400 y el avión cisterna A-330. Estos aviones están acabados en líneas de producción en España y en los últimos cinco años se han suministrado a Turquía, Singapur y Corea del Sur y, en los cinco años anteriores, a los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita. Además, la venta de tres fragatas en Australia y muchos C-295, un avión de transporte más pequeño, a varios países han sido importantes en el auge de la exportación de armas españolas. En los últimos años, España también ha empezado a exportar cada vez más vehículos blindados y parece que la industria española ha conseguido desarrollar productos en varios nichos de tecnología militar que han convencido a posibles compradores.

¿Qué implica que un país como España tenga peso en el comercio global de armas?

— El crecimiento de España y otros países como Corea del Sur como proveedores de armas demuestra cómo la tecnología militar se está extendiendo y hay más competencia en el comercio de armas. Esto plantea dudas sobre la posibilidad de controlar efectivamente el comercio de armas para evitar que alimente guerras o que se utilicen en la represión.

 ¿Cómo han reaccionado otros gobiernos europeos ante las acusaciones contra Arabia Saudita por violaciones de los derechos humanos?

— Dentro de la UE, algunos países como Alemania, Suecia y los Países Bajos han decidido restringir las exportaciones de armas a Arabia Saudita y también a los Emiratos Árabes, por las dudas sobre la intervención militar de Yemen y las vulneraciones de derechos humanos. Sin embargo, Francia, el Reino Unido, Italia, España y varios países más pequeños han impuesto en el mejor de los casos algunas restricciones menores a sus exportaciones de armas, y se mantienen acuerdos muy importantes. El acuerdo de cinco fragatas Avante firmado en 2018 entre España y Arabia Saudita, que ahora están en producción, es un buen ejemplo de esto.

En cuanto al mercado de armas global, ¿esperáis cambios importantes con Biden en la Casa Blanca?

— En general, hay pocas razones para suponer que Biden cambiará la política de exportación de armas de los Estado Unidos. Al fin y al cabo, tampoco hubo tantas diferencias entre Obama y Trump, más allá de que el republicano estaba todavía más interesado en suministrar armas a Arabia Saudita. Podría ser que la administración Biden parara la venta ya pactada por Trump de aviones F-35 avanzados a los Emiratos Árabes Unidos, pero esto no impedirá que los Estados Unidos continúen siendo el principal exportador de armas del mundo.

¿Y cómo evolucionan las otras potencias, China y Rusia?

— China se ha estancado en la venta de armas, después de unos años aumentando las exportaciones. Esto no nos tiene que sorprender, puesto que muchos países no están interesados en comprar armas en China, que perciben como una amenaza directa o un rival, incluidos importadores tan grandes como India, Japón y Australia. En el Oriente Próximo puede hacerse un lugar todavía. En cuanto a Rusia, ha tenido que afrontar una competencia más grande en su principal mercado de exportaciones de armas, India, donde Francia, Israel y los EE.UU. han sido capaces de convencer al gobierno de diversificar su política de compra de armas. A la vez, Rusia ha tenido éxito en otros mercados, aunque más pequeños, como Egipto y Argelia.

Habéis notado que en 2020 las transferencias de armas se estabilizaron, después de años creciendo. ¿Creéis que la pandemia puede ayudar a disminuir el gasto militar?

— No, las percepciones de amenaza en muchas partes del mundo han empeorado e, incluso a pesar de los efectos económicos de la pandemia, hemos visto firmar numerosos grandes acuerdos de importación de armas en 2020. En cierto modo, la pandemia puede incluso aumentar la demanda de armas a medida que los países han descubierto la vulnerabilidad de las líneas de comunicaciones y ha incrementado las suspicacias entre los estados.

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