Conservación

Una plaga está matando a los erizos de mar en todo el mundo

Identifican un protozoo que está afectando a varias especies de este animal marino

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Garoines, erizos de mar o erizos de mar.

BarcelonaUna de las actividades que resultan más placenteras en verano es refrescarse con un buen baño en el mar. No sólo tiene efectos psicológicos positivos, sino que también activa la musculatura, especialmente cuando nadamos, y las sales disueltas en el agua pueden ser beneficiosas para la piel y el sistema respiratorio. Sin embargo, en el Mediterráneo hay que estar alerta no sólo a efectos de los rayos solares, el estado del mar y de cómo es nuestra condición física para evitar accidentes, sino también de la presencia de medusas, que pueden ser urticantes, y de no pincharse con los erizos de mar, especialmente en zonas rocosas.

Estos últimos son unos animales peculiares. Se mueven muy lentamente gracias a un sistema vascular único que transporta agua a través de una serie de canales que alimentan pequeñas proyecciones tubulares, los pies ambulacrales, que cubren la superficie del erizo de mar. Esto hace que se puedan extender y contraer gracias a la presión hidráulica generada por este sistema vascular acuoso. Sin embargo, posiblemente su característica más conocida es que tienen el dorso cubierto de espinas muy puntiagudas. Hay especies con glándulas venenosas, incluso. Y, además, sobre la superficie suele haber bacterias que también contribuyen a que las heridas que nos podamos hacer se inflamen y se infecten.

A pesar de esta aparente peligrosidad, los erizos de mar son elementos clave en los ecosistemas marinos. Son animales herbívoros que se alimentan principalmente de algas. Su voracidad permite controlar el crecimiento de estas plantas marinas, lo que evita que acaben cubriendo todo el sustrato rocoso marino, lo que eliminaría a muchas de las especies animales que viven en ellas. Este hecho es especialmente importante en los arrecifes coralinos: cuando las algas cubren completamente uno, que son los ecosistemas más ricos y diversos de toda la Tierra, éste muere.

En abril de 2023, el zoólogo Omri Bronstein, de la Universidad de Tel-Aviv, y sus colaboradores, de diversas universidades y centros de investigación israelíes, jordanos, alemanes, de Yibuti y de las islas Reunión, empezaron en estudiar los erizos que viven alrededor de Áqaba, en Jordania, al observar que estaban muriendo en masa. Según han publicado en Current Biology, han identificado un protozoo que afecta a varias especies de erizo. Han visto que se está extendiendo rápidamente por todos los mares y océanos del mundo como una plaga, y que puede afectar a los ecosistemas marinos de forma grave, especialmente –pero no únicamente– a los arrecifes coralinos.

Cuando empezaron a realizar el seguimiento de la plaga en Áqaba, a principios del 2023, vieron que a finales del año anterior ya estaba causando estragos entre los erizos del Caribe. De hecho, en julio del 2022 ya se habían registrado los primeros casos en la costa griega, en el Mediterráneo. Con muy poco tiempo el agente causante de la plaga, que entonces esos investigadores aún desconocían, había viajado miles de kilómetros. En abril del 2023 empezó a afectar a los erizos que hay en las costas de la península del Sinaí, y en julio de ese mismo año se detectaron en los erizos en la isla de La Reunión, en el océano Índico. Su rápida progresión hace temer que puedan acabar afectando a los erizos que viven en los arrecifes coralinos de la Gran Barrera Australiana, crucial para la biodiversidad marina global, donde viven más de 1.500 especies de peces, 411 tipos de corales y diversas especies de tortugas marinas, muchas de las cuales están en peligro de extinción. Además, actúa como barrera natural que protege a las costas australianas de los efectos de las tormentas, además de ser un motor económico importante para la pesca sostenible y el turismo.

Para identificar al agente causante de la plaga, y viendo la rápida expansión que está teniendo, se centraron primero en los virus y las bacterias, pero todos los resultados fueron negativos. Entonces vieron que todos los erizos afectados presentaban cantidades muy elevadas de un protozoo llamado scuticolociliado, un organismo unicelular que se desplaza utilizando cilios. Son unas estructuras en forma de pelo que se encuentran en su superficie y que actúan como medio de movimiento y captación de las partículas con las que se alimentan. Cuando un erizo se infecta pierde la movilidad de sus pies ambulacrales y se convierte en una presa fácil para los peces que se alimentan.

Nunca hasta ahora se habían encontrado estos protozoos en erizos, pero se sabía que podían causar enfermedades en algunos peces. Esto abre la puerta a la posibilidad de que sea una enfermedad zoonótica, es decir, que puede transmitirse entre especies diferentes de animales. En el Mediterráneo, por ahora está afectando sobre todo a erizos de la especie Diadema setosum, que es una especie invasora que desplaza a las autóctonas. Pero existe el riesgo evidente de que también acabe afectando a algunas de las aproximadamente veinte especies autóctonas, lo que estropearía aún más el ecosistema mediterráneo. En cualquier caso, todavía queda el interrogante de cómo un protozoo ciliado se puede estar esparciendo tan rápidamente por todos los mares y océanos, y hasta qué punto acabará perjudicando a los ecosistemas marinos a escala local y, también, global.

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