Sociedad

Playa de Aro: la playa, la tienda y la noche de los gerundenses

La vanguardia noctámbula, comercial e inmobiliaria del municipio ha atraído a gente de Girona y cercanías

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La zona comercial de Playa de Aro.

GeronaPlaya de Aro ha sido durante muchos años la playa, la discoteca, la segunda residencia y el centro comercial de los gerundenses. La localidad de la Costa Brava, a partir de los años 60, se convirtió en un símbolo de modernidad nocturna, de innovación comercial, de estatus inmobiliario y, además, con una playa sin aglomeraciones junto a un paseo con decenas de bares y restaurantes. La conexión Girona-Platja d'Aro, con la carretera que pasa por Quart, Cassà de la Selva, Llagostera y Santa Cristina, era un ir y venir de gerundenses, siendo todavía uno de los trayectos más habituales que salen de la capital. A partir del desarrollismo franquista del mal llamado milagro económico españoly de la popularización del 600, tener un apartamento en Platja d'Aro, que se había entregado a la euforia inmobiliaria en sus espacios vírgenes junto a la costa, se convirtió en un símbolo de estatus para la clase media-alta gerundense. Cientos de familias de la ciudad y de los alrededores adquirieron una segunda residencia y empezaron a pasar los fines de semana y las vacaciones de verano; y gracias a ello, los gerundenses se convirtieron en una de las comunidades más numerosas de la ciudad, incluso por encima de los barceloneses.

Una de las firmas de origen gerundense que todavía tienen un gran local en Platja d'Aro.

12.500 empadronados contra 60.000 temporales

De las 24.000 viviendas que existen hoy en Platja d'Aro, sólo 4.000 son de residentes empadronados, que suman poco más de 12.500 habitantes. Las 20.000 viviendas restantes son la segunda residencia de unas 60.000 personas, que acuden por vacaciones y los fines de semana. Según el alcalde, Mauricio Jiménez, alrededor de la mitad de estas segundas residencias son de vecinos de Girona ciudad, de los alrededores o de otros puntos de la demarcación, como Olot y sus alrededores.

Lejos de ser una tendencia ya superada, los gerundenses “siguen comprando segundas residencias en Platja d'Aro y son unos clientes fieles”, según confirma Josep Marcó, responsable de la inmobiliaria Olivé. Marcó explica que desde la pandemia de la covid, la venta de viviendas en el municipio no ha parado de crecer, y actualmente la construcción está viviendo un momento álgido, con nuevas promociones en marcha, entre ellas la de la zona del Parc dels Estanys . A los compradores gerundenses, muchos de los cuales concentran sus segundas residencias en la zona del Pineda, se suman los franceses, los del área de Barcelona y también los ucranianos, un colectivo cada vez más numeroso.

La mayoría de las grandes franquicias de moda tienen tienda en Platja d'Aro.

Abierto todos los días, todo el año

Para el alcalde, Platja d'Aro ha sido y sigue siendo un importante polo de atracción por los gerundenses gracias a su proximidad geográfica –las playas del municipio están a poco más de media hora en coche de la capital gerundense– y por su potente oferta comercial y de ocio. "Playa de Aro es un gran centro comercial abierto los 365 días del año", subraya el alcalde. “Abrir todo el año, a excepción de días muy contados, como Navidad, Fin de Año y Reyes, supone un sacrificio, pero es una apuesta de la población y de los comerciantes por desestacionalizar el turismo y mantener viva la actividad económica en largo del año”, añade Mauricio Jiménez.

Hoy tiendas de emprendedores locales se mezclan con las franquicias de moda que se encuentran en todas partes, y también con establecimientos gerundenses que han decidido abrir una segunda tienda en Platja d'Aro, como Blonda o Peacock, para poder mantener a la población costera los clientes gerundenses que veranean o acuden asiduamente los fines de semana. También hay casos de tiendas establecidas en Platja d'Aro que decidieron abrir un punto de venta en Girona, como Doble d! "Abrimos en 1999 en Platja d'Aro con marcas de moda estadounidenses de prestigio, como Ralph Lauren, Donna Karan y Marc Jacobs, que en ese momento no se encontraban en las comarcas gerundenses. La tienda tuvo mucho éxito y al cabo de dos años decidimos abrir también en Girona con el mismo concepto. Actualmente, y después de 25 años, continuamos con el mismo proyecto de tiendas de moda con marcas de referencia internacional como Stone Island, Isabel Marant y Ulla Johnson", explican Elena Cortés y Lluís Bayé, propietarios y fundadores de las tiendas Doble d!

De los establecimientos históricos de Platja d'Aro que habían sido referentes para los compradores gerundenses, estaban los Almacenes Vall, en los que se podían adquirían especialmente juguetes. Este gran establecimiento cerró el 2015, y también acabó cerrando Discos Coll, también con tienda en Gerona.

La terraza de un bar de la avenida s'Agaró de Platja d'Aro, en 1974. Al fondo, el edificio de los famosos Almacenes Vall.

No caben más tiendas

Según Manel Canadell, presidente de la Asociación de Empresarios de Castell d'Aro, Platja d'Aro y s'Agaró, entidad que agrupa a un centenar de empresas del comercio, la hostelería y la restauración, el atractivo comercial de Playa de Aro para los gerundenses y para el resto de visitantes no deja de crecer, hasta el punto de que la población no puede dar respuesta a la gran demanda de locales. “No tenemos más tiendas porque no hay más metros cuadrados que ofrecer”, dice Canadell. Mucha de la reciente demanda de locales es de empresarios de la restauración. "En los últimos años se han abierto muchos restaurantes para dar respuesta a la demanda de los visitantes que venían de compras, pero echaban de menos más oferta gastronómica", dice el alcalde. En este sector también existe la simbiosis Playa de Aro-Girona. Grupos de restauración de las comarcas gerundenses, como König o Txots, tienen establecimiento tanto en la capital gerundense como en la población costera.

El alcalde admite que la ciudad de Girona y toda la demarcación son las destinatarias principales de las campañas de promoción que hace el Ayuntamiento. "Es un visitante con el que siempre contamos, que está fidelizado y que siempre vuelve", asegura Martínez.

La revolución del ocio nocturno

El ocio nocturno ha sido otro de los elementos tractores de Platja d'Aro. "Algunos locales, por su larga trayectoria, se convirtieron en todo un referente para varias generaciones. Nombres como Tiffany's, Paladium, Flamingo, Maddox o Pachá siguen vivos en la memoria de mucha gente", explica el periodista cultural Xavier Castillón en el libro Noche de Aro, en el que repasa la trayectoria de la vanguardista actividad nocturna del municipio. "Los locales nocturnos y su gente han ayudado a asociar, en el imaginario colectivo, el nombre de Platja d'Aro con un lugar forjado de modernidad, nuevas tendencias y cosmopolitismo", explica quien fue alcalde de Castell-Platja de Aro, y que ahora sigue siendo concejal, Joan Giraut.

Joan Bosch, decorador, recuerda que cuando acudió por primera vez a Tiffany's, con 18 años, quedó impresionado. “A esa época ya empezaba a agradarme el mundo del interiorismo, pero al ver aquello decidí que me dedicaría: aquel juego de estalactitas y estalagmitas y de luces, la calidad del sonido, con un sistema de estereofonía y alta fidelidad único al Estado, la forma en que los discjockeys escalaban los discos… Todo era adelantísimo, extraordinario. Aquí nunca lo habíamos visto”. La familia de Bosch, originaria de Girona, no tenía segunda residencia en Platja d'Aro, pero iban a la playa ya comprar. Cuando Joan Bosch cumplió los 18 años y ya disponía de vehículo, se desplazaba con sus amigos a disfrutar del ocio nocturno. "Girona entonces todavía era una ciudad gris y, aunque ya había locales de ocio, las discotecas de Platja d'Aro eran la "modernidad" para los jóvenes de la ciudad de Girona y del resto de demarcación", explica .

Inauguración de la discoteca Maddox de Platja d'Aro, impulsada por Oriol Regàs, en 1967.

De Tiffany's en Maddox

Después de Tiffany's se abrieron mayores discotecas que competían con la primera con modernidad y extravagancia. Entre ellas, Maddox, creada por Oriol Regàs y de la que Joan Bosch destaca la particular decoración firmada por Carmenati Vincenzo, o Paladium, que se abrió en la antigua masía Casa Vella, donde el activista cultural gerundense Josep Tarrés había creado un restaurante que era a la vez un club nocturno y un centro de cultura, arte, espectáculos musicales y poesía. Acerca de Maddox, el diario Los Sitios afirmaba: “No es uno night club más de los instalados en nuestro ambiente turístico. Maddox deslumbra y sorprende por su originalidad y grandeza de medios utilizados en tan soberbia obra”. Bosch recuerda: “A las discotecas de Platja d'Aro fuimos a ver a artistas que entonces era impensable que vinieran a Girona, como la musa francesa Juliette Gréco, Charles Aznavour, o incluso Julio Iglesias”. Pachá, Kamel, Marius, Flamingo, Malibú, Carroll's y otros seguirían la estela de las primeras discotecas. Hoy Platja d'Aro sigue siendo un polo de atracción de ocio nocturno, a pesar del descenso del fenómeno de las discotecas. Zsa Zsa, Papillon o Be Out son algunas de las discotecas de Platja d'Aro que hoy mantienen a la población como uno de los principales polos de atracción del ocio nocturno para los jóvenes.

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