PP y Vox: los rivales en las urnas que ya tienen la pista de aterrizaje para que la derecha gobierne Europa

El plebiscito a Pedro Sánchez sólo lo defienden los populares mientras los de Santiago Abascal se centran en cargar contra la inmigración ilegal y el pacto verde

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Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal, ayer en la reunión.

BarcelonaLa batalla europea ha empezado, pero a la derecha de Pedro Sánchez existen estrategias antagónicas para afrontarla. Mientras el PP plantea los comicios como un nuevo plebiscito al presidente español y hace un todo o nada contra la amnistía, Vox no recoge el guante y critica a la tradicional gran coalición de populares y socialistas en Bruselas: la agenda contra la inmigración , el islam y el pacto verde europeo son las prioridades de la extrema derecha.

El pistoletazo de salida de la candidatura liderada por Jorge Buxadé ya ha dejado claro que será el PP más que el PSOE la diana de sus dardos. El primer spot electoral recuerda una intervención del eurodiputado y número cuatro de la candidatura del PP, Esteban González Pons, en la que defiende los pactos entre socialistas y populares en Europa. Vox pretende situar a los populares como cómplices del PSOE y de Sánchez en las instituciones comunitarias que han "empobrecido" a los ciudadanos europeos y recurre al ataque directo, huyendo de cualquier interpretación de las elecciones en clave española. El PP es socio de los socialistas en Bruselas (Vox no deja de repetir que han votado lo mismo en un 90% de las ocasiones) y, además, no es suficientemente contundente contra la amnistía, asegura la extrema derecha. El propio Santiago Abascal ha criticado que, pese a manifestarse el pasado sábado contra la ley, los populares no hayan impedido que vuelva al Congreso para ser definitivamente aprobada, obviando que no tenían herramientas legales para ello.

El PP ha puesto el foco sobre Sánchez, pero se defiende de los ataques de Vox. Alberto Núñez Feijóo ha criticado a los de Abascal por no ser "europeístas" y también por esquivar el plebiscito estatal. De hecho, para Feijóo las europeas son claves para forzar a Sánchez a dimitir y avanzar las elecciones generales. Pero esta estrategia también tiene otra lectura: los populares han diseñado un plan para crecer por el centro (y no tanto por la derecha), convencidos de que en las recientes elecciones catalanas ya cambiaron de idea a numerosos exvotantes socialistas (unos 12.000 según los modelos estadísticos, aunque el crecimiento del PP se basó sobre todo en la desaparición de Cs y en la captación de exvotantes de Vox).

Lo que demostró el 12-M, sin embargo, es que Vox y el PP pueden crecer a la vez porque, pese a que tengan un porcentaje elevado de votante fronterizo, pueden apelar a diferentes capas de la sociedad: Vox, por ejemplo , se ha especializado en captar al votante de los barrios más pobres, y, con la excepción de Cataluña, esto también incluye una parte del mundo rural. La extrema derecha acude a las elecciones europeas a cargar contra la agenda del 2030 y contra el "globalismo" –aunque representa precisamente un movimiento globalizado– y propugna una Europa "de las patrias soberanas" en la que se priorice "el campo" y "la cruz" en oposición de "la media luna", en referencia al islam.

Crecimiento diferenciado

La candidata del PP a las europeas, Dolores Montserrat, aspira, pues, a ensanchar los votos por el "centrederecha", en contraposición a un PSOE "vendido a los independentistas" por la amnistía. El combate contra la amnistía, de hecho, hace tiempo que el PP le está jugando también en Europa. Una lógica que Vox rechaza porque la UE no evitó "el golpe de 2017" ni que Carles Puigdemont fuera eurodiputado.

Los populares confían en ganar las elecciones y poner distancia respecto al PSOE –las encuestas así lo apuntan–, y Vox también tiene viento a favor y podría superar el 10% de los votos en los comicios europeos, doblando o casi triplicando a sus tres eurodiputados. Y eso que se ha encontrado a un inesperado rival electoral en el agitador Alvise Pérez, un influenciador en la órbita del partido que podría obtener un representante. Con la previsión de la caída de Cs también hay un pastel por repartir en el flaco derecho: sobre todo el PP se ha nutrido de sus eurodiputados, como Adrián Vázquez, pero Vox no renuncia a estos votos y ha situado a Juan Carlos Girauta como número tres.

Punto de unión PP-Vox

No coinciden en el carácter plebiscitario de los comicios y tampoco en un grosor de las prioridades de Europa, pero están condenados a entenderse. Y ya tienen pista libre para hacerlo en la primera ministra italiana, Giorgia Meloni. Feijóo le ha alabado en campaña diciendo que "defiende el estado de derecho, es proeuropea, votó a favor del pacto migratorio" y "no es homologable a Orbán [presidente húngaro]" ni tampoco a Vox: "No son lo mismo ", dijo desde los micrófonos de Onda Cero.

Ahora bien, Meloni es un referente de la extrema derecha (pro-OTAN y anti-Putin, es cierto), e incluso asistió alaquel organizado hace unos días por Vox en Madrid, donde también participó el presidente argentino, Javier Milei. Incluso Vox forma parte del Grupo de Conservadores y Reformistas de Meloni en el Parlamento Europeo.

Donde también se encuentran Vox y el PP es en la defensa de una reforma de las euroórdenes de detención para "agilizar su cumplimiento y "evitar que prófugos de la justicia campen a sus anchas", en alusión a la 'expresidente Carles Puigdemont. Las elecciones europeas serán decisivas para definir el potencial de esta alianza que el PP europeo está dispuesto a explorar a partir del próximo 10 de junio.

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