Tecnología

La rápida caducidad de Comercomer.com, el 'food delivery' fallido de los 2000

La empresa se adelantó en un mercado que no estaba suficientemente maduro

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BarcelonaSi abres un navegador de internet y tecleas el dominio Comercomer.com, podrás comprarlo por algo más de 3.300 dólares. Hoy carece de propietario, pero a principios de la década del 2000 había alojado una de las primeras páginas web de España que permitía encargar comida a domicilio a través del ordenador. Sencillamente, el portal ponía en contacto a usuarios hambrientos con restaurantes que ofrecían la posibilidad de llevarles la comida a casa o de prepararla para que la recogieran en el local. Detrás de esta plataforma estaba Diego Ballesteros, un joven emprendedor madrileño de tan sólo 22 años que había visto en el mundo digital un mar enorme de posibilidades de negocio. En 1997 ya había creado Ocioteca.com, un directorio de empresas y actividades vinculadas al mundo del ocio y el entretenimiento, y unos años más tarde se había decidido a probar suerte con Comercomer.com, dedicado exclusivamente al mundo de la restauración.

Eran momentos de cambios. "Cada día son más los portales especializados en gastronomía que ponen sabor a internet, como la página Comercomer.com, a través de la cual se puede encargar comida en 650 restaurantes", anunciaba un artículo deEl Mundo, el verano de 2001, que hablaba del delivery como una innovación asombrosa. En la plataforma, el usuario encontraba la ficha del establecimiento, el menú y el espacio para pedir qué platos quería. El usuario tenía la sensación de estar haciendo todo digital, pero detrás había un sistema más tradicional. Los datos llegaban al personal de Comercomer.com, que trasladaba el pedido por teléfono a los establecimientos."El desarrollo tecnológico de la época todavía era muy limitado –contextualiza Josep Maria Espinet, profesor del área de comercialización de la Universidad de Girona– . Aún no era habitual tener internet en casa y los teléfonos móviles no tenían demasiadas funcionalidades", continúa.

Pese a este contexto, Comercomer.com supo abrir un pequeño resquicio. En tan sólo dos meses se registraron 2.000 personas, y cuando llovía o había partido de fútbol las visitas al directorio crecían exponencialmente. Algunos meses llegaron a gestionar 500 encargos. Ahora bien, la empresa expresaba en la prensa un punto de preocupación. "Los usuarios encuentran cómodo pedir comida a domicilio, pero les cuesta entrar en internet", puntualizaba Luis Enrique Parra, director de calidad del portal. A los pocos meses, la plataforma dejó de estar operativa. "El volumen de usuarios que tenían internet en casa todavía era muy reducido y, por tanto, el crecimiento potencial de la plataforma también era bajo", analiza Espinet. Este hecho, junto con el estallido mundial de la burbuja de las puntcom, acabó de desmoronar el proyecto. "La idea de negocio era buena y ha acabado teniendo éxito, pero el mercado todavía no estaba suficientemente maduro", opina el experto.

Pese a tener que cerrar Comercomer.com, Ballesteros reanudó la idea casi diez años después. Junto a Evaristo Babé fundó SinDelantal, una plataforma defood deliveryque echó raíces tanto en España como en México y que acabaron vendiendo al gigante JustEat.

La lección

"A veces la idea de negocio puede ser buena pero que el momento no sea el más oportuno para materializarla –apunta Josep Maria Espinet, profesor de la UdG–. Antes de lanzarse a la aventura es necesario realizar un análisis de mercado precisa, estudiar el comportamiento de los consumidores y cuantificar detalladamente el potencial de crecimiento".

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