Entrevista

Josep Maria Ginès: "Estar contra la robótica es inútil: nos llevará productos mejores y más baratos"

Director general de Spin Group, empresa catalana dedicada a la automatización de procesos

Josep Maria Ginès: "Estar contra la robótica es inútil: nos llevará productos mejores y más baratos"
Marc Amat
19/02/2017
2 min

Spin nació hace 35 años.

Exacto, y fue toda una aventura. A principios de los años 80 la empresa en la que trabajaba tuvo que cerrar y me tocó buscarme la vida. Junto a dos compañeros de trabajo decidimos que, en vez de ir a llamar puertas, nos aventuraríamos a crear nuestra propia compañía. Lo hicimos y nos fue bien. En 1981 constituyemos Spin, empresa dedicada inicialmente a la creación de bancos de pruebas automatizados para la industria de la automoción.

Entonces el mundo de la automatización era todavía muy incipiente.

Totalmente. De hecho, formé parte de la primera promoción de ingenieros industriales de la UPC que realizaba una asignatura de microelectrónica. Pero hacia los años 90 la automatización era ya un concepto que estaba en boca de todos. Poco a poco nos fuimos diversificando y ahora también nos dedicamos a la automatización de procesos de producción de plantas industriales, así como de edificios corporativos. Por poner algún ejemplo: construimos desde los bancos de pruebas para evaluar los motores de Aston Martin o Bentley hasta la automatización de líneas de producción de cacao en polvo, gelatina o incluso medicamentos. Diseñamos los circuitos, compramos los chips, los programamos y los instalamos.

Deunidó. ¿En cuántos sectores trabajan?

En muchísimos. Hemos automatizado procesos en empresas de mundos tan diferentes como el papelero, el náutico o el metalúrgico, pasando por proyectos en plantas desaladoras y de depuración de aguas. Ahora, además, hemos abierto una nueva empresa, llamada Spin Controls, para irrumpir también en el mundo de la domótica. Hoy en día, es raro encontrar un edificio corporativo que no tenga centralizados los sistemas electrónicos: convivimos con la domótica más funcional. En cambio, todavía tenemos que madurar con el tema de las tecnologías relacionadas con las smart cities.

Automatizan tareas para reducir al mínimo la intervención humana. Mucha gente puede verlo como una amenaza.

Es legítimo estar en contra de los robots, pero por otra parte es inevitable. Remar contra ella es inútil. La gente quiere comprar cosas buenas, bonitas y baratas; y las empresas buscan reducir los costes, mantener la calidad y poder fijar precios competitivos. La única solución para conseguirlo es apostar por los robots. Pero eso sí: debe ser un cambio intergeneracional. Poco a poco las personas debemos dedicarnos sólo a realizar tareas de valor y dejar los movimientos repetitivos para los robots. Además, las máquinas aportan datos muy útiles para mejorar su productividad.

¿Cuánto facturan?

El año 2016 cerramos con una facturación global de más de ocho millones de euros, medio millón más que el año anterior. De éstos, casi 4,5millones provinieron de la rama del grupo que tenemos en Barcelona. De hecho, nosotros hemos logrado esquivar esta última crisis económica gracias a la internacionalización: tenemos filiales en Inglaterra, Australia y Malasia. En 1999 abrimos en Inglaterra gracias a un acuerdo que firmamos con Ford, del que somos proveedores mundiales de bancos de pruebas. En 2008 una multinacional de electrodos de grafito nos propuso un proyecto en Malasia y ya nos quedamos en el país. Y en Australia nos instalamos a raíz de un encargo para automatizar una gran desaladora.

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