El modelo económico catalán tiene un pilar indiscutible desde hace dos siglos en su fuerza industrial y comercial, que en medio de vaivenes políticos y sociales se ha mantenido y evolucionado. El sector servicios, con el turismo a la cabeza, ha ido ganando peso, pero la capacidad productiva y de valor añadido sigue siendo muy relevante y variada. Las figuras ahora desaparecidas de los empresarios Isak Andic y Joan Uriach son modelo y ejemplo en los campos de la moda y la industria farmacéutica. Son, además, dos nombres que representan la entrada de savia nueva (Andic, un inmigrante self made man venido de Turquía) y la continuidad familiar autóctona (Uriach, una empresa fundada en 1838): Cataluña como tierra de oportunidades y de acogida, y como tierra de tradición emprendedora. Ambos dejaron un legado empresarial fabuloso, dos firmas gigantes e internacionales. Uno y otro, por su capacidad de liderazgo, entroncan además con la era de los grandes capitanes de industria del XIX descritos por el historiador Jaume Vicens Vives. Gracias a personalidades como las suyas, dotadas de visión y ambición global, concentradas en la creación de riqueza, y con capacidad de sumar voluntades y conseguir el diálogo y la concertación laboral, el modelo económico productivo y comercial catalán puede seguir exhibiendo músculo y asegurando el su futuro como garantía de progreso colectivo.
A pesar de los altibajos del país durante estos siglos de industrialización, Cataluña ha sabido reinventarse una y otra vez para seguir produciendo con sello propio, creando productos y puestos de trabajo, exportando, innovando. Ahora mismo es un apreciado polo europeo. de start-ups y de vanguardia tecnológica. El último éxito en este terreno es la aprobación de tres proyectosestratégicos de producción de chips para catapultar la soberanía tecnológica de la Unión Europea. Una apuesta que ha sido posible gracias al ecosistema de centros de investigación ya la almohada productiva existente.
A diferencia de otros territorios como Madrid, que tiene en el mercado financiero su gran activo, el caso catalán mantiene su fortaleza como modelo productivo diversificado, un terreno en el que, por supuesto, sigue existiendo un amplio margen de mejora a la hora de aumentar la productividad con trabajos calificados. Son necesarios, pues, muchos empresarios como los desaparecidos Andic y Uriach que quieran invertir, que se arriesguen, que sigan subiendo el nivel de exigencia y que encuentren en el sector público un aliado para el crecimiento. Si se quiere atraer mano de obra calificada, seguir creando puestos de trabajo cualificados.
Joan Uriach, responsable del impulso de la firma familiar durante la segunda mitad del siglo XX, creó el primer departamento de investigación que hubo en el sector farmacéutico catalán. Andic, llegado a Barcelona a los 14 años, empezó vendiendo en tenderetes ropa que llevaba él mismo en camión desde Turquía, y abrió su primera tienda en 1984. Hoy Mango factura más de 3.000 millones y tiene más de 2.000 tiendas por todo el mundo. Uriach y Andic, dos grandes empresarios catalanes, comprometidos con la creación de puestos de trabajo, discretos como figuras públicas, abocados al trabajo bien hecho.