Rutas y escapadas por Cataluña

La salud y el bienestar, otro reclamo para visitar Cataluña

Visitar alguno de los 20 balnearios con aguas mineromedicinales con los que cuenta nuestro país, así como las villas termales y entornos donde se ubican es una práctica cada vez más extendida, tanto por parte de los catalanes como de los visitantes internacionales.

Caldes de Montbui.
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Benifallet, Caldes de Estrac, Caldes de Malavella, Caldes de Montbui, El Vendrell, La Garriga, San Clemente Sescebes, San Hilari Sacalm o Santa Coloma de Farners son tan sólo algunas villas termales con las que contamos en nuestra casa. Todas cuentan en su seno con algún balneario con aguas mineromedicinales declaradas de utilidad pública, donde quienes lo deseen pueden disfrutar de tratamientos para enfermedades respiratorias o del aparato locomotor, rehabilitarse después de alguna lesión o intervención quirúrgica o, simplemente, liberar estrés. Se trata de centros que, con el paso del tiempo y la progresiva popularización de estas estancias, han adaptado sus instalaciones a las nuevas tendencias y, hoy en día, ofrecen unas estancias y servicios de gran calidad. Una estancia que se puede completar recorriendo el entorno de estos equipamientos, ubicados en localidades, como decíamos, con una gran riqueza cultural, gastronómica y paisajística, lo que también se aplica en aquellos centros de wellness, lúdicos y termales, como el Balneario Caldes de Montbui o el Termes Baronia de Les, y de talasoterapia.

Els balnearis catalans, al detall
El riachuelo de Coma-ruga, en El Vendrell, salida al mar de las aguas del estanque termal.
El riachuelo de Coma-ruga, en El Vendrell, salida al mar de las aguas del estanque termal.

Herencia de los romanos

La tradición balnearia catalana se remonta a la época de los romanos. Tal y como apunta el presidente de la Asociación Balnearia de Catalunya, Joan Anglí, "aunque parezca mentira", muchas de las técnicas que hoy en día se emplean con las aguas mineromedicinales vienen directamente de la época de los romanos. Anglí cita ejemplos "como las termas romanas, que actualmente serían las piscinas termales, o los vaporarios, que hoy en día serían las saunas". Cierto, puntualiza, que hay técnicas que, con el uso de tecnologías como las bombas de presión, ahora permiten modificar la temperatura de las aguas, "pero la esencia, que es el uso del agua termal para quitar el dolor y sentirse mejor, es heredada de los romanos".

Dependiendo del tipo de mineralización, estas aguas mineromedicinales pueden utilizarse para afecciones del aparato locomotor, como el reuma, la artritis y la artrosis; la recuperación en caso de roturas de huesos o ligamentos, así como para enfermedades del aparato respiratorio. "Normalmente, son aguas neurosedantes, por lo que ayudan a descansar y dormir, ya todo tipo de tratamiento antiestrés", añade Anglí. Al frente de estos servicios siempre existe un equipo médico y auxiliar, y es que, tal y como subraya el presidente de la Asociación Balnearia, "los balnearios somos centros de salud". Hace un mes se publicó el estudio promovido por la asociación de Villas Termales sobre cómo la balneoterapia puede aliviar síntomas como el dolor músculo-esquelético y la fatiga en pacientes con cóvido persistente y, actualmente, avanza Anglí, están inmersos en un estudio sobre los efectos de la balneoterapia en mamas en pacientes. "Uno de los objetivos que tenemos en la asociación es que los balnearios entren dentro del circuito de tratamientos del departamento de Salut", señala.

La alberca de Caldes de Montbui que todavía utilizan los habitantes para lavar la ropa.

Lugares en los que se respira paz

"Los balnearios no elegimos nuestra localización, sino que ésta viene dada por las surgencias de aguas", afirma Anglí. Suelen ubicarse, sin embargo, en espacios tranquilos, poblaciones pequeñas y zonas poco turísticas; lugares donde normalmente se respira paz y donde hay muchas posibilidades de realizar actividades en la naturaleza, como senderismo y ciclismo. "Además —apunta Anglí—, en torno a las villas termales se han desarrollado actividades de ocio, gastronomía, etc."

Una de las villas termales que mejor ejemplifica la afirmación es Caldes de Montbui, en la comarca del Vallés Oriental a tan sólo 35 kilómetros de Barcelona. Allí se ubica el RV Hotels Broquetas Spa Termal, que cuenta con piscina climatizada interior y exterior, jardines y zonas exteriores y el restaurante Orígens, en el que se puede degustar una propuesta gastronómica basada en un concepto de cocina sana y de proximidad, elaborada con creatividad y productos de temporada. Todo ello, como decíamos, en el marco de una población de más de 16.000 habitantes repartida entre el núcleo urbano y diversas urbanizaciones, entre ellas El Farell, que fue construida en una colina a más de 800 metros de altitud.

Restos romanos en Caldes de Malavella.

Aguas a más de 74 °C

El nombre de Caldes proviene de la palabra cálida o caliente, en clara alusión a las aguas que brotan del interior de la tierra a una temperatura de 74 °C, lo que hace que la de esta población se convierta en una de las fuentes más calientes de Europa. Un municipio donde se puede descubrir la famosa fuente del León, construida en 1581 en la plaza de la Vila, donde también se ubican las termas romanas —declaradas Bien Cultural de Interés Nacional—, el ayuntamiento, el Brochetas Spa Termal y el Museo de Manolo Hugué, dedicado al pintor homónimo del siglo XX. Caldes de Montbui también alberga la Torre Roja, un yacimiento arqueológico de amplio espectro cronológico que va del siglo V a. C. hasta prácticamente la actualidad; los lavaderos de agua termal de la Portalera y de la Canaleta; el puente románico; la torre de la Cárcel —declarado Bien Cultural de Interés Nacional—; el molino del Esclop; la ermita del Remei y la iglesia de Santa Maria, entre otros lugares de interés.

Los amantes del senderismo que quieran explorar el entorno del municipio podrán hacerlo a través de rutas como el sendero de la Torre Roja, el de la riera de Caldes o el del pico del Vent, o rutas como la del Remei, la de las Fonts, la del Turó Gros y la de los Ermitaños, entre otros.

El visitante internacional, cada vez más interesado

Si bien es cierto que el principal cliente de los balnearios catalanes es de proximidad, bien sea la persona que realiza una escapada de fin de semana o la más tradicional, que realiza estancias de recuperación de más de una semana, Joan Anglí, presidente de la Asociación Balnearia de Cataluña, apunta que en los últimos años el cliente extranjero ha adquirido notoriedad. "Se trata de un cliente en cuya cultura el disfrute de las aguas termales juega un papel importante y que, en este caso, busca lugares tranquilos donde fijar su campo base y, desde ahí, organizar sus vacaciones y conocer, en este caso, a Catalunya".

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