Sánchez da un paso más con Puigdemont

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Puigdemont hablando junto a Sánchez en el parlamento europeo

Había mucha expectación por un posible encuentro o fotografía entre Pedro Sánchez y Carles Puigdemont este miércoles en Estrasburgo, pero quizá lo ocurrido sea más importante que una simple imagen, ya que de alguna manera los dos líderes se han visto las caras y han podido dirigirse mensajes ante la mirada de los europarlamentarios. En su turno, Puigdemont hizo hincapié en la importancia de la confianza para poder avanzar, y aprovechó para subrayar la injusticia que supone no poder expresarse en catalán en ese escenario y para lanzar una leve advertencia sobre las "consecuencias desagradables" que puede tener "no aprovechar las oportunidades". En general, su tono ha resultado conciliador.

La sorpresa ha venido cuando Sánchez ha recogido el guante en la réplica y ha animado a Puigdemont, nombrándolo por su nombre, a continuar el camino del diálogo. De alguna manera, el presidente español daba un paso más y reconocía, en el mejor escenario posible, la legitimidad de Puigdemont y su partido, Junts, como interlocutor político y como fuerza clave en la legislatura que apenas comienza. Puede parecer una obviedad, porque Junts ya había votado la investidura de Sánchez, pero no deja de ser un gesto que refuerza el bloque plurinacional del Congreso. Por cierto, que hoy también se ha producido un avance en la misma línea cuando se ha anunciado una moción de censura en Pamplona para desbancar a la alcaldesa de UPN para que lo sea la candidata de Bildu con el apoyo del partido socialista.

Es de justicia remarcar que Puigdemont no ha sido el único que ha reivindicado el uso de la lengua catalana en las instituciones europeas. Lo ha hecho también en el pleno anterior Clara Ponsatí, y después los eurodiputados de ERC Jordi Solé y Diana Riba. También es importante que la sesión de hoy haya mostrado un apoyo sin fisuras de toda la izquierda europea en la amnistía a los procesados por el Proceso y en general en la política de Pedro Sánchez con Catalunya. En cambio, eso sí, se ha visto claramente que el PPE, sea por intereses tácticos o por convicción, presentará batalla. Aunque Manfred Weber este miércoles ha bajado el tono respecto al anterior debate sobre la amnistía.

En realidad, aunque el PPE insiste en decir que "Europa está preocupada" por la amnistía, nadie en Bruselas. se cree el discurso de que España camina hacia una dictadura o que Sánchez es un imitador de Orbán. La Unión Europea, al igual que ocurrió en el 2017, sigue pensando que el conflicto catalán es un asunto interno español y no quiere salir salpicada, por lo que en privado muchos reconocen que la amnistía es una buena solución porque desinflama la situación y aporta estabilidad política, que es la gran prioridad. Europa, en general, tiene una aproximación muy práctica sobre las cosas, y frente a los problemas lo que reclama son soluciones. Y de momento, la que les ofrece Pedro Sánchez les parece más razonable que la voluntad de la derecha de volver a exacerbar el conflicto con mayor represión judicial y política. Incluso alguien tan pragmático como Weber debería saber verlo.

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