Ficción

La serie de moda (en Filmin) tiene más de 30 años

'Doctor en Alaska', estrenada en los años 90, es la ficción más vista en la plataforma

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Los protagonistas de la serie

BarcelonaHay un pueblo perdido de Alaska que en las últimas semanas ha experimentado un crecimiento inesperado de población. Se trata de Cicely, o lo que es lo mismo, el escenario de Doctor en Alaska, la serie más vista en Filmin actualmente. Después de muchos años siendo imposible de encontrar en ningún servicio de streaming, la plataforma catalana la reestrenó a principios de febrero y ha dado en el clavo. Jaume Ripoll, fundador de Filmin, explica que ahora mismo es la serie más consumida en el servicio de lo que llevamos de año.

Hacía meses que Filmin iba detrás de la incorporación de Doctor en Alaska a su catálogo, un hito que ha sido posible después de llegar a un acuerdo con Universal. La serie se estrenó originalmente en 1990 y estuvo en emisión seis temporadas, durante las cuales ganó siete premios Emmy. Coincidió brevemente en el tiempo con Twin Peaks, una serie con la cual tenía algunas conexiones, a pesar de ser de estilos diametralmente opuestos: las dos se ambientan en un entorno rural al norte de Estados Unidos –se rodaron en la misma zona– y están llenas de personajes curiosos. En el caso de Doctor en Alaska el tono es decididamente más costumbrista y positivo: el doctor Joel Fleischman llega a Cicely a regañadientes, pero se acaba enamorando de sus nuevos vecinos, todos ellos bastante singulares.

Joel se traslada a Cicely por obligación.

Su condición de lugar feliz es una de las razones por las cuales muchos espectadores han vuelto, argumenta Ripoll. "Es una serie que te hace sentir bien, casi te abriga. Además, a diferencia de lo que pasa ahora, tiene muchos episodios y esto hace que el vínculo afectivo sea más grande. No es fácil encontrar una serie que te acompañe", explica. El fundador de Filmin detalla que Doctor en Alaska tiene tres tipos de espectadores: los que la vieron fragmentada cuando se emitía en abierto en La 2 (en un horario imposible), los que eran fans devotos y los que habían oído a hablar y se han acercado ahora para descubrirla. Remarca que han detectado que de un episodio al siguiente no hay caída de espectadores y que la fidelidad es una demostración de que la serie sigue funcionando aunque haga más de 30 años desde que se estrenó. El hecho de que la versión que ofrecen sea remasterizada hace que visualmente no se vea antigua, añade.

Entre las espectadoras de Doctor en Alaska están Gemma Medina y Ester Crispeta. La primera no la había visto, pero la ha querido ver ahora después de años de escuchar a gente alabándola; mientras que la segunda solo había mirado algunos episodios debido a los horarios de La 2. Gemma asegura que uno de los elementos que más le gustan de la serie es que "retrata una época en la que la gente se relacionaba más de tú a tú sin pantallas". Su carácter positivo también es mencionado como uno de sus grandes valores.

Una serie que marca

Mientras que para algunas personas la serie está siendo un descubrimiento, para otros es una vieja y apreciada conocida. "Hubo un momento en el que me interesaba mucho más lo que pasaba en Doctor en Alaska que en mi vida", confiesa la periodista Montse Virgili, directora del programa Les dones i els dies de Catalunya Ràdio. Explica que, ahora que Filmin la ha incorporado en su catálogo, ha aprovechado para volver a ver la que es su serie preferida. Su relación con Doctor en Alaska se inició cuando era una adolescente: la emitían los viernes y siempre la ponía a grabar en VHS porque era el día que salía de fiesta. Aun así, no podía soportar estar en la calle y saber que estaban emitiéndola y volvía a casa para verla y después la volvía a ver en VHS. Además, los lunes un programa de Radio 3 emitía fragmentos de la serie y ella lo escuchaba fervorosamente. "No llevo tatuajes, pero si me hiciera uno seguramente sería algo relacionado con Doctor en Alaska", bromea.

La revisión de la serie no le está decepcionando, más bien al contrario. "Me gusta aún más que antes, porque entonces no me daba cuenta de su dimensión. Es mucho más abierta y cañera que cosas que se hacen ahora. También tiene más perspectiva de género y defensa de los derechos LGTBI que series actuales", argumenta. Para Virgili una de las grandes cualidades de la serie es su capacidad de crear un ecosistema propio, con un punto romántico, del cual te hace sentir parte. La periodista también destaca todo el poso cultural: desde la belleza visual hasta los juegos con los iconos del underground norteamericano, las referencias cinematográficas y el amor a la radio.

Si Montse Virgili vio la serie cuando era una adolescente, Charas Vega la recuerda como una presencia constante de su infancia. "La vi por primera vez cuando tenía 9 o 10 años porque es la serie preferida de mi madre. No me flipaba, pero era algo que estaba como de fondo y me entretenía", recuerda. La curiosidad por ver si aquello que marcó sus primeros años de vida sigue en buena forma ha sido esencial para que decidiera volver a verla. "Mi percepción de la serie ha cambiado porque ahora aprecio más los detalles de los personajes y de algunas tramas. Capítulos que antes me gustaban más simplemente porque me hacían gracia ahora me interesan menos y prefiero otros como los que se centran en las crisis filosóficas de Chris [el locutor de la radio del pueblo]", dice. Para Vega, los personajes tienen aquello que ella denomina "efecto La princesa prometida": "Todos son carismáticos a su manera".  

Ainhoa Marzol llegó a Doctor en Alaska mucho antes de que aterrizara en Filmin –se compró las dos primeras temporadas de segunda mano– en la busca de una serie que fuera reconfortante y que tuviera una historia de amor que se cociera a fuego lento (lo que en argot se conoce como un slow burn romance). "Lo que más me llama la atención es el uso de un realismo mágico y un mundo un poco de ensueño que puedes vincular a David Lynch, pero que está adaptado a una paleta mucho más agradable. Mantiene toda la inteligencia y todas las posibilidades y lo hace accesible a todo el mundo", remarca. Marzol asegura que posteriormente se han intentado hacer cosas similares, pero todas se han quedado en la superficie. "Después de ella no hay continuación, no hay ninguna que sea tan profunda o tan poética", afirma. No está sola en esta percepción; Virgili la secunda y añade: "Doctor en Alaska no es una serie, es un viaje. Se te mete dentro y te acompaña toda la vida".

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