Cabaret Pop

¿Quién es Sophie Ellis-Bextor, la diva pop que ha resucitado gracias a 'Saltburn'?

Casada y con cinco hijos, esta cantante que empezó hace veinte años haciendo de modelo triunfa ahora cantando desde la cocina de casa y con un 'podcast' sobre maternidad

Sophie Ellis-Bextor
5 min

BarcelonaLos premios Bafta de este año no contaron con uno de sus mayores atractivos: Kate Middleton. Mientras la futura reina británica sigue en casa recuperándose de su misteriosa operación abdominal, el príncipe Guillermo de Gales acudió solo a la entrega de premios del cine británico. A diferencia de ella, Guillermo para poco nos sirvió. De su paso por los Bafta solo quedará la conversación que mantuvo con Elaine Bedell, la CEO del Southbank Centre, a la que le dijo que, dado el año complicado que estaba teniendo, no había tenido tiempo de gozar de muchos de los filmes que esa noche optaban a ser reconocidos con una de las míticas máscaras de la British Academy of Film and Television Arts. "Todas las películas que veo, ella las ve conmigo. Las vemos juntos. Este año he visto menos que nunca. He tenido muchas cosas en la cabeza. Espero que pronto podamos ponernos al día", dijo el futuro rey después de pedir disculpas por la ausencia de Catalina.

Afortunadamente, el drama que vivimos por no contar con Middleton pudimos compensarlo con la nunca decepcionante presencia escénica de la cantante Sophie Ellis-Bextor, una mujer que me ha dicho en la cara que ya tengo una edad lo suficientemente avanzada como para haber visto triunfar la misma canción dos veces. La artista interpretó en la gala el hit más importante de su carrera, Murder on the dancefloor, una joya de la música dance más bailable y relajada de los early 2000's. El tema ha alcanzado una gran popularidad últimamente gracias a la película de Amazon Prime Video Saltburn, una comedia negra a las puertas del thriller psicológico que ha gustado a grandes y pequeños porque combina temas oscuros y una magistral actuación de Barry Keoghan. También aparece Jacob Elordi interpretando escenas bastante menores pero más guapo que en un anuncio de Ralph Lauren.

Al final del filme, cuando el personaje de Keoghan ya ha conseguido todo lo que quería, se marca un baile épico desnudo por dentro de una mansión preciosa de época del countryside inglés mientras suena en primer plano Murder on the dancefloor. Con el loco baile de Keoghan por esta mansión del año 1300 de la familia Stopford-Sackville –que no sabían dónde se metían cuando decidieron alquilarla para el filme, ya los que ya se les ha acabado la tranquilidad durante años ...–, quien más ha triunfado no ha sido él, que no está nominado ni al Oscar. La gran triunfadora ha sido Ellis-Bextor, quien si aprovecha este nuevo impulso, como seguramente hará, acabará muy bien posicionada. Al menos en el banco.

Realmente, su nueva puesta de largo durante la actuación de los Bafta para algunos old gays supuso un momento de reafirmación en el que pensamos sin pronunciarlo que se estaba haciendo justicia con una diva en mayúsculas a la que nunca se había enaltecido lo suficiente por ser demasiado cercana, como demuestra en las entrevistas que concede. Para los más jóvenes y para sus amigas, en cambio, Ellis-Bextor se ha convertido en todo un descubrimiento que, en sí mismo, hace que ya haya valido la pena que exista Saltburn.

El videoclip original de 'Murder on the danceflloor'

Retorno glorioso

La artista, que cumplirá 45 en abril, ha reaparecido en nuestras vidas tal y como la dejamos. Es como si hubiera estado crionizada durante todo este tiempo. Y eso que tiene cinco hijos. Ellis-Bextor, que demostró en los Bafta que no ha perdido ni gota de su chic natural, comenzó su carrera en el show business trabajando como modelo pero decidida a dedicarse a la música, que siempre había sido su gran pasión. Hija de un realizador y de una presentadora de programas infantiles de la BBC, el primer proyecto de la cantante fue formar parte de la banda The Audience, que se disolvió en 1999 después de su primer álbum, cuando Mercury Records les dijo que no habría un segundo. Ella no se rindió y, después de hacer una colaboración con Manic Street Preachers y otra con Spiller –la deliciosa Groovejet (If this ain't love), ¡que ojalá volviera mañana mismo a todas las pistas!–, lanzó el año 2001 Read my lips, un álbum redondo que contenía todo tipo de atractivos pop entre las que se encuentra el ahora nuevamente aclamado Murder on the dancefloor pero también hits imperdibles como Music gets the best of me o Take me home, que reversiona con mucha decencia un clásico inapelable de Cher.

El primer gran éxito de Ellis-Bextor como solista

Con ese debut, la británica se posicionó muy arriba de las listas de ventas, donde ahora ha regresado gracias a la película de Emerald Fennell. Antes de lanzar ese disco de debut, Ellis-Bextor ya había conocido el éxito. Con la canción con Spiller ya había pasado por delante incluso de Victoria Beckham, que acababa de sacar su primer single en solitario ya como ex Spice Girl. Read my lips tuvo éxito en todo el mundo, desde Sudamérica hasta Australia, pasando por Europa y también por Asia. Con un doble platino en Reino Unido, Take me home y Murder on the dancefloor fueron sus singles más exitosos –logrando números 4 en la lista británica– y propiciaron que ese álbum lleno de referencias musicales de la música disco de los años setenta se reeditara varias veces. Cada nueva reedición contenía algunas novedades. Pero lo que nunca contuvo son las canciones que Ellis-Bextor grabó con Moby, que quería coproducir su disco pero que finalmente se vio eclipsado por otros productores musicales como Gregg Alexander, que muchos recordarán como solista de los New Radicals y/o por la canción You get what you give.

La icónica portada de 'Read my lips'

La cantante siguió sirviendo cara, maquillajes de colores y posados exquisitos en unas portadas de álbum que recordaban desacomplejadamente a editoriales de moda. Aunque cosechó nuevos éxitos, ninguno fue tan notorio como el de ese primer álbum, con el que había logrado mantenerse en el número dos de la lista británica de ventas durante semanas. Después de siete discos de estudio, su último proyecto musical fue un álbum recopilatorio de sus grandes logros que lanzó en 2019 y que tenía el atractivo añadido de que los había regrabado con orquesta. Del disco, llamado The song diaries, resulta especialmente bonita la versión resultante del ya precioso tema Not giving up on love.

Ellis-Bextor junto a su marido, el también músico Richard Jones

Fuera de la música, Ellis-Bextor también ha tenido éxito como comunicadora, puesto que actualmente lidera un podcast llamado Spinning plates en el que habla con todo tipo de personajes sobre las desventuras y fortunas que acompañan a la maternidad. Además, también ha escrito un libro de memorias en el que repasa todo tipo de aspectos de su vida más allá de la música. Sin embargo, el más curioso de sus últimos proyectos fue Live Kitchen Disco, unas sesiones improvisadas en la cocina de su casa donde cantaba éxitos propios y ajenos durante el confinamiento del covid y que acabaron convirtiéndose en un programa en la BBC, un disco y una gira por Reino Unido con parada nada menos que en Glastonbury.

Dos décadas después de empezar a pasear por el espinoso mercado de la música, parece que a la artista no se le acaban las ideas de negocio para seguir reinventándose en un panorama que es cada vez más exigente con los artistas. Por ahora, parece que ella y su marido, Richard Jones, que también es su bajista, tardarán en ver regularmente a sus cinco hijos. Contrariamente a lo que dice la canción, en la pista de baile de Saltburn no ha habido ningún asesinato, sinó una maravillosa resurrección.

El 'trailer' de 'Saltburn' con la canción de Ellis-Bextor
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