Subnormal

Empar Moliner
08/03/2016
2 min

Repaso los insultos "oficiales" al diputado de ERC Gabriel Rufián (los extraoficiales, como siempre, los encontramos en el bosque espeso de David el Gnomo). Refresquémoslos. "Subnormal", por parte de un jefe de informativos. "Parecía drogado como los del Estado Islámico a punto de cortar el cuello de un rehén", por parte de un escritor de artículos (que también lo llamó Goebbels y Mussolini). O "iba vestido como para un entierro gitano" por parte de una periodista, lo que me hace pensar que ella se debe de vestir de colores chillones cuando tiene que sepultar.

Son insultos preconcebidos, preparados en la recámara para cuando toque expulsarlos. Sirven para el enemigo en general. Y el enemigo no podrá hacer o decir nada para evitarlos. Si Rufián se hubiera vestido de blanco habrían dicho que se parecía a Hannibal Lecter. Y lo veo muy claro. Del mismo modo que hay personas que tienen un resorte oculto que hace que, invariablemente, le cojan manía a alguien (en todos los grupos en los que están odian a alguien), hay personas que llevan dentro el racismo. Y lo sacan cuando y como pueden. Ahora no está bien visto odiar (en público) a los negros, los judíos, las mujeres, los gays, los gitanos, los discapacitados. Por eso desplazan las iras hacia otro grupo que no se encuentra entre las especies protegidas. A la señora que habla despectivamente del entierro gitano en el Abc se le ve un poco el plumero con los gitanos. A Urdaci, cuando dice "subnormal", también con los discapacitados. ¿Quién sabe qué dicen en privado? El caso es que ahora no dirán en público qué piensan de los colectivos que los inspiraban en la época clásica. Y han desplazado las ansias de odio, tan balsámicas, hacia los catalanes. Hacia los separatistas. No se atreverían a llamar subnormal a una mujer, a un gay, a un negro, a un gitano, a un discapacitado. Se lo dicen a un catalán porque no pasa nada si lo hacen. No pasa nada si lo hacen. No pasa nada si lo hacen.

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