El primer secretario del PSC, Salvador Illa, inverviene en el Consejo Nacional del partido
15/07/2024
2 min

En lo más parecido a un canto de sirena que hemos oído estos días del PSC en Esquerra, el candidato a la investidura Salvador Illa ha dicho que los socialistas priorizan "un buen acuerdo para hacer avanzar a Catalunya, no un acuerdo para desmontar nada" sino para “construir sobre lo que ya se ha construido”. La metáfora es demasiado ambigua para que pueda pasar como tranquilizadora.

En primer lugar, porque la diferencia entre las necesidades del país de los ocho millones y los recursos para atenderlos es enorme. Lo mucho que pagamos en impuestos no revierte en unas mejores condiciones de vida de los catalanes. El sistema de financiación del régimen común impide que Cataluña avance. Para hacerla avanzar de verdad sería necesaria hoy una ambición de poder político y económico para la Generalitat (y de buen gobierno, también) que supera de mucho lo posible en los estrechos límites del marco autonómico vigente y en la concepción de Catalunya que tiene el socialismo español. La prueba es que ayer ya vimos que PSOE y PP se pusieron de acuerdo en rechazar la fórmula de la financiación singular para Catalunya.

Y, en segundo lugar, porque buena parte de los catalanes han abandonado la fase autonómica, cargados de razones por entender que no es posible defender los intereses de Catalunya sin afectar a los equilibrios de poder en España. Hacer avanzar a Cataluña cuando la lengua catalana retrocede en uso social pide para el catalán el mismo estatus de obligación que tiene el castellano. Ahora ya no se trata de un simple relevo de presidente y partidos, ahora se trata de poder. Lo que tenemos no da para más, si de lo que se trata es de avanzar a Catalunya.

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