Un baño de humanidad

Ahora que la eficacia de la inteligencia artificial nos hace sentir tanto vértigo, la fiesta del ARA nos recordó que el periodismo es un humano mirando a los ojos de la realidad. En palabras de la directora, Esther Vera, la opción de este diario es "demostrar que la verdad necesita a alguien humano que escuche, que contraste, dude, rectifique, comprenda, explique". Y en este sentido, la fiesta del ARA fue un baño reconfortante de humanidad.

Theodor Kallifatides explicó la historia del director del diario en el que trabajó de joven, en Atenas, que cada noche bajaba al vestíbulo del edificio a hablar con el portero, porque era "la opinión pública". La Graciela Noguera se nos ha hecho mayor y ha pasado de la falda del doctor Broggi a contar en un escenario que, a veces, sus compañeros de 4º de ESO les dicen a las chicas "Vete a la cocina" o "Ponte a limpiar", pero que ella siempre les replica. Cataluña, 2025. Tiene carácter, la Graciela. Es necesario carácter para tratar con las pasiones más bajas de la humanidad.

Saludar a la hermana de Tatiana Sisquella, o al hermano de Ignasi Pujol, es revivir su inmensa humanidad, y recordar a Carles Capdevila con el premio que lleva su nombre es volver a nuestro manifiesto fundacional, donde dice que "El ARA quiere dirigirse a la parte más comprometidos, a los promotores del asociacionismo, a la gente que hace nuestra cultura, ya los científicos".

Mirando aquel noviembre del 2010, Toni Soler la clava: "Hace 15 años éramos un país con muchas expectativas. Ahora veo muchas expectativas, pero también muchos miedos". Ajenos todavía a los miedos contemporáneos, los hijos más pequeños de los trabajadores del ARA nos recordaron que las hojas del diario son ideales para un suelo recién fregado o para envolver unas castañas tostadas. Sí, un delicioso baño de humanidad.