El partido no estuvo mal pero no pasará a la historia por el resultado, sino porque asistimos, una vez más, al blanqueamiento de una dictadura sanguinaria. No es algo nuevo del siglo XXI esto de blanquear dictaduras con el fútbol. Viene de lejos. El 21 de noviembre del 73, dos meses después del golpe de Pinochet contra el gobierno democrático de Allende, Chile debía enfrentarse a la Unión Soviética en un partido de clasificación para el mundial del 74. Tenían que jugar en el Estadio Nacional de Santiago de Chile. La federación soviética envió una carta a la FIFA diciendo que "por consideraciones morales, los deportistas soviéticos no pueden en este momento jugar en el estadio de Santiago, salpicado con la sangre de los patriotas chilenos". La FIFA, en su línea democrática tradicional, dijo a la URSS que o jugaban en el escenario del crimen o perdían el partido. No jugaron y los puntos fueron para Chile. Pero la victoria moral soviética humilló a muchas supuestas democracias, empezando por los EEUU que facilitaron a la derecha chilena su golpe contra Allende y los asesinatos de demócratas chilenos. Eran otros tiempos; la guerra fría era horrible pero daba oxígeno a cierta decencia política. Hoy sabemos que sin eso no habría habido Estado del bienestar en Europa occidental. En Argentina 78, el dictador Videla trató de lavar la imagen de su régimen con el mundial. Ganó la albiceleste. Mientras Daniel Passarella levantaba la copa de campeones, millares de presos políticos eran torturados o arrojados al mar desde aviones.
No dispongo de caracteres suficientes en este artículo para seguir poniendo ejemplos, pero ya les aseguro que no se acaban.
Y así hasta hoy. Ahora toca no hablar mal de Arabia Saudí que allí hay pasta. Les vendemos armas y hacemos negocios. Y además son amigos de Juan Carlos I. Para hablar mal de una dictadura e imponerle sanciones ya tenemos a Venezuela. Al fin y al cabo allí la pasta la siguen teniendo los opositores. No digo yo que en Venezuela no haya problemas económicos graves, ni que los jefes del oficialismo sean inocentes almas cándidas, pero allí se vota, a veces gana la oposición y la derecha sigue controlando los medios de comunicación privados más importantes, buena parte del poder económico e incluso nombra por su cuenta presidentes y embajadores fantasma que reconocen otros países. Pero ¿se imaginan al Barça jugando allí contra el Madrid? Mucha pasta tendrían que poner en Venezuela para que eso fuera posible y que la prensa de aquí lo blanqueara. Aunque es verdad que es solo cuestión de pasta.
A lo mejor estoy exagerando y es verdad que los grandes medios sí cuentan que Arabia Saudí es una dictadura y dicen de Venezuela que es una democracia de muy baja calidad y llena de problemas, pero una democracia. Les propongo que usen la herramienta "verba" que ha desarrollado la fundación Civio. Es un buscador que te dice cuántas veces se han mencionado determinadas palabras en los telediarios ¿Saben cuántas veces se ha mencionado "Venezuela" en el telediario de TVE1 desde 2014 hasta hoy? 3755 veces ¿Y saben cuántas veces se ha mencionado "Arabia Saudí"? 1079, la cuarta parte. Y eso que Arabia Saudí es un país a priori más vinculado a España por volumen de negocio: allí está el AVE a la Meca y les vendemos mucho material militar. ¿Saben cuántas veces se ha mencionado "dictadura Venezuela" en el telediario de TVE1 en ese mismo lapso temporal? 23 veces ¿Y saben cuántas veces se ha mencionado "dictadura Arabia Saudí"? 0 (patatero). Así son las cosas. ¿Saben qué les digo? Que del partido me quedo solo con el gol de Ansu Fati que hoy es una estrella gracias a muchas cosas, entre ellas gracias a la gente decente de Marinaleda y a su histórico alcalde comunista. Para evitar las arcadas, hace falta recordar que sigue habiendo gente decente en el mundo.