El jueves por la noche me pasé dos horas viendo tu Twitch con Gerard Piqué. De tantas veces que repetiste que tú no eras periodista, me hiciste pensar en los líderes de los nuevos movimientos políticos, que lo primero que hacen es proclamar que ellos no son políticos. La casta somos los otros.
Para quien esté tan despistado como lo estaba yo hasta hace un par de semanas, déjame que explique que Twitch es una plataforma propiedad de Amazon que permite que, desde casa, puedas emitir contenidos de televisión en directo, solo con una cámara y un ordenador. Que nadie se imagine que lo que hacéis son programas de contenido y duración convencionales. Por menos de un par de horas no os ponéis. No importa tanto el ritmo como la compañía. Seguir emisiones en Twitch recuerda a esas tardes de adolescencia con los amigos: había momentos divertidos, pero otros muchos en los que no pasaba nada y te aburrías. Y, en cambio, no se te ocurría irte, porque esa era tu gente y no la familia que te esperaba en casa.
Sabiendo que eras uno de los streamers más populares en Twitch, decidí ver tu encuentro con Gerard Piqué. Decir qué me pareció es un ejercicio difícil, porque yo -por edad y por años en el oficio- debo de formar parte de la casta del periodismo. Apenas estamos en P3 de Twitch y proyectamos una mirada desde la fascinación deslumbrante por una novedad que irrumpe en un mundo comunicativamente complejo. Dentro de un tiempo ya podremos aplicar el mismo nivel de análisis crítico que tenemos con otros medios.
Seguía tu conversación con Gerard Piqué y era como si estuviera admirando ese famoso cuadro de Magritte en el que hay una pipa dibujada y un texto que dice: Ceci n'est pas une pipe (esto no es una pipa). Yo veía una entrevista, mientras tú afirmabas que eso no era una entrevista. Informal, desordenada, pero una entrevista, al fin y al cabo. Tú hacías preguntas y él te contestaba. Salieron los grandes temas alrededor de la figura de Piqué y él -listo como es, sabiendo que los medios tradicionales vivirían unas horas de la conversación contigo- estuvo muy divertido y cercano en el tono, pero no soltó ningún titular que no pudiera sostener en un programa de radio o de televisión.
Al mismo tiempo que con Gerard Piqué entras en el juego de la gran liga comunicativa, pides que no te consideren parte del sistema. Es el dilema que todavía persigue a Ada Colau: ¿activista o alcaldesa? Tan absurdo es afirmar que lo que tú hiciste el jueves no es periodismo como decir que, a partir de ahora, todo el periodismo tendrá que cambiar porque el futuro pasa únicamente por Twitch.
P.D. La familiaridad que proyecta una emisión de Twitch no la puede replicar la televisión convencional. No ves a empresas periodísticas ni intermediarios ni intereses oscuros. Solo una persona que está en su casa con un ordenador. Como tú. Una persona que podría ser tu primo de Twitch.