La oferta pública de adquisición (OPA) que el BBVA ha lanzado sobre el Banco Sabadell no es solo una operación financiera más: puede tener un impacto relevante en la configuración del sistema bancario en Catalunya y en España. El presidente del gobierno español ha anunciado la apertura de una consulta pública inédita para recoger la opinión de ciudadanos, entidades y organizaciones sobre si esta operación responde al interés general. Es una oportunidad para que una decisión de esa trascendencia se tome con una visión estratégica, teniendo en cuenta su impacto económico y territorial.
Expongo a continuación cinco razones por las que esta operación conlleva riesgos importantes en materia de competencia, acceso al crédito, empleo, estabilidad sistémica y capacidad para afrontar los retos de futuro:
1. Catalunya ya sufre una elevada concentración bancaria, y la opa la agravaría. El índice Herfindahl-Hirschman (HHI), que mide la concentración de mercado, se sitúa actualmente en Catalunya en torno a los 2.300 puntos. A partir de los 2.000, los estándares internacionales ya indican un nivel de concentración significativo. Con la fusión, este índice subiría hasta los 2.888 puntos, situando a Catalunya entre las regiones con mayor concentración bancaria de Europa. Para comparar, Alemania presenta un HHI de solo 330 puntos, muestra de un sistema mucho más diversificado y competitivo. El 74% de las oficinas bancarias quedarían en manos de tan solo dos entidades: CaixaBank y la nueva BBVA-Sabadell. Una concentración que, en muchos países, encendería las alarmas reguladoras.
2. El epicentro del riesgo: menos crédito y en condiciones menos favorables. Los modelos econométricos muestran que menos competencia bancaria tiende a generar márgenes de intermediación más altos y tipos de interés más elevados. Menos actores en el mercado supone menos opciones y, por lo tanto, menos capacidad de negociación para empresas y particulares. Según Pimec, esta fusión podría acarrear una reducción del 8% en la disponibilidad de crédito, el equivalente a más de 54.000 millones de euros. Esto afectaría especialmente a las pymes y a aquellos sectores o territorios con menos alternativas de financiación.
3. Sinergias de coste = cierre de oficinas y ajustes de plantilla. Cuando se habla de "sinergias", a menudo se hace referencia a la eliminación de duplicidades: oficinas, sistemas, equipos humanos… Las fusiones bancarias en España han supuesto, en algunos casos, recortes de hasta el 50% en las estructuras de gestión. En este caso, Pimec estima que podrían llegar a cerrarse hasta 883 oficinas y perder más de 10.500 empleos. Estas afectaciones tendrían especial impacto en zonas rurales y en colectivos con menor acceso a los servicios digitales.
4. El valor de la proximidad y el conocimiento del territorio. El Sabadell ha sido históricamente un banco clave en la financiación de pequeñas y medianas empresas, especialmente en Catalunya y en el País Valenciano. Conoce el territorio, el tejido productivo y las necesidades de las pymes, lo que le permite adaptar mejor sus criterios de crédito. Su integración dentro del BBVA –con sede y estructura decisoria fuera de Catalunya– podría limitar esa capacidad. La homogeneización de políticas y criterios podría suponer una pérdida de adaptabilidad, reduciendo las opciones de financiación para proyectos con márgenes ajustados u horizontes más largos.
5. El riesgo sistémico aumenta. Las grandes fusiones bancarias elevan el riesgo de que ciertas entidades se conviertan en "demasiado grandes para caer" (too big to fail). Esto puede generar un efecto moral negativo: entidades que pueden asumir excesivos riesgos con la confianza de que, si hay problemas, serán rescatadas para evitar una crisis sistémica. Un sistema financiero sólido no solo tiene que ser robusto, sino también diverso, equilibrado y bien regulado. Una concentración excesiva puede disminuir su resiliencia a largo plazo.
Conclusión: la competencia es clave para la reindustrialización y transformación económica. Nos encontramos en un momento decisivo para la reindustrialización y transición hacia un modelo económico más sostenible y digital. Este proceso requiere un sistema financiero plural, con capacidad de ofrecer soluciones adaptadas, especializadas y arraigadas al territorio. En un entorno altamente concentrado, las opciones se reducen, las condiciones empeoran y la capacidad de respuesta se ve comprometida.
La opa del BBVA sobre el Sabadell no es solo una operación entre dos entidades: es una decisión que puede condicionar el futuro del tejido productivo, del sistema bancario y del modelo económico que queremos preservar como sociedad. Todavía hay partido. Y hay que jugarlo pensando en el interés general.