Toda acción de gobierno y liderazgo rigurosa de una organización o país destaca por unas prioridades percibidas y por unos hechos o acciones desarrollados. Al mismo tiempo, se asumen bastantes responsabilidades que son propias del lugar y que se gestionan ordinariamente sin que sean destacables. Sólo con la perspectiva que da sentirse miembro de la Iglesia y sin ninguna voluntad de exhaustividad procuramos modestamente apuntar prioridades y no prioridades del queridamente autollamado Obispo de Roma.
Francisco, sin demasiadas explicaciones, tomó una actitud humilde y austera. El nombre escogido y vivir en la residencia de Santa Marta, en lugar de las estancias papales, han sido un testimonio de sencillez. Presentarse como uno que viene "del extremo del mundo" es una crítica discreta a la centralidad de Occidente, como viajar a los países donde el cristianismo es minoritario. Y de estos lugares ha nombrado a cardenales, favoreciendo siempre mentalidades abiertas en los nuevos máximos responsables eclesiales en tiempos de predominio del conservadurismo en el mundo.
Francisco tenía clara la pluralidad del mundo católico, como se ve con lo que pretendía con el sínodo: reconocer la diversidad y acercar la propuesta del Evangelio a cada cultura, a cada realidad, dejando que el pueblo de Dios interviniera y se expresara con libertad. Ha tratado con esmero y respeto los temas relacionados con los colectivos más minoritarios. Procurando evitar un cisma, percibiendo claramente a quienes tenía frente, ha favorecido que se abrieran debates en cuestiones como el rol de la mujer, a quien ha confiado responsabilidades de gobierno hasta ahora impensables ya quien ha invitado a participar en espacios de diálogo que antes tenía vetados. El hecho mismo del sínodo abría a la Iglesia a prácticas de participación, superando una estructura jerárquica medieval. Ha exhortado a cambiar formas de hacer con diálogo y parlamentos, como el de la felicitación de Navidad 2014 en el Vaticano, titulado Las quince enfermedades más habituales de la curia. Y en el caso del sínodo latinoamericano favoreció que se debatiera la opción de ordenar a hombres casados para facilitar los sacramentos en la región de la Amazonia.
Francisco se implicó con mensajes evangélicos sobre los grandes problemas de la humanidad. Destacan la defensa del medio ambiente –Laudato si, sobre el cuidado de la casa común–; la igualdad de las personas y los pueblos –Fratelli tutti, sobre la fraternidad y la amistad social–; su sensibilidad hacia los emigrantes, con las idas a Lampedusa, y la denuncia del modelo económico neoliberal, que deja al margen a tantas personas, con una comisión de expertos trabajando sobre lo que se llamó "La economía de Francisco".
Hay que tener presentes también hechos y palabras significativos como la actitud radical frente a la pederastia, el nombramiento de obispos que provenían de congregaciones religiosas y la supresión de la prelatura personal del Opus Dei, resituándolo como instituto religioso o secular. Destacaríamos su discreción respecto a la moral de pareja y sobre todo a la sexual. Como el Evangelio, Francisco se ha centrado en el amor y el respeto a todas las personas. Ha llegado a muy estratos distintos de la sociedad, ambientes no identificados explícitamente con el cristianismo pero que luchan por la transformación social, que le han leído y se han hecho suyo el mensaje. En su bula de convocatoria del Jubileo 2025, "La esperanza no defrauda", anima a toda la Iglesia a dejarse guiar por la esperanza que brota del espíritu y que seamos signos de esperanza y contagio del Evangelio más por haber hecho experiencia y por una manera de hacer que por el discurso o la ret.
Seguro que podremos disfrutar de análisis más autorizados y completos que tengan presente la perspectiva histórica en Buenos Aires, con la Compañía de Jesús, y la espiritualidad que hizo posible estos frutos. En cualquier caso, aquel cardenal Bergoglio, desconocido para una mayoría, que salió del cónclave del 2013, ha sembrado unas semillas que si se cuida acercarán más a la Iglesia a la propuesta del Evangelio.