Aquellos jóvenes tan simpáticos con cócteles Molotov

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BarcelonaEl ataque con un cóctel molotov en la sede de Podemos en Cartagena supone un paso más en la escalada de polarización política en España. Pero ninguno de los cuatro diarios de obediencia estatal considera que el incidente merezca un lugar en portada. De acuerdo, el ataque fue por la noche, con las dependencias vacías y apenas se han causado daños materiales de no mucho consideración. Pero sorprende (o no) esta discreción por parte de rotativos que no dudan en colocar en primera página cuatro pintadas, si el partido guarnido es de los suyos. Y que saben dónde encontrar aquel contenedor quemado con el que denigrar una manifestación de centenares de miles de personas eminentemente pacífica. 

Hace unos días, en el programa de Ana Rosa Quintana, su titular se entregaba al enésimo blanqueamiento del fascismo. Pablo Iglesias había sido recibido con increpaciones y saludos nazis, pero un letrero en el programa lo calificaba de “jarabe democrático”. Era su manera de alimentar una falsa equivalencia entre Vox y Podemos. Los dos partidos quizás estarán en los dos extremos del espectro, pero su relación con el discurso (y las obras) del odio no tiene nada a ver. En todo caso, negligir la existencia del neofascismo (o como lo quieran llamar) desde un medio tan potente como la televisión de más audiencia en España resulta de una irresponsabilidad supina. 

La triple derecha ha condenado de aquella manera el ataque de Cartagena: diciendo que sí, que muy mal, pero que se lo han buscado. Y los diarios que han alimentado el clima de hostilidad contra los lilas no se dan por aludidos y más bien se detecta una cierta sorna en las portadas. Los editorialistas iracundos no trabajaban, esta semana: deben de haber salido en procesión, abriéndose entre simpáticos jóvenes que llevan bidones de gasolina, a ver si enganchan algún peludo con un peligrosísimo espray de pintura. 

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