Un malentendido con el ordenador

2 min
Vida y literatura

Un día de esta semana me senté delante del ordenador y la pantalla me ofrecía una imagen terrorífica: sobre un fondo totalmente negro estaba escrita una frase que decía “algo ha ido mal” y algo más que ya no leí o entender, presa del pánico.

El informático de guardia me informó de que, muy probablemente, la máquina había actualizado alguna aplicación y, al producirse algún problema, ahora trataba de volver atrás y deshacer el buñuelo.

Aunque el problema se acabó resolviendo con bastante facilidad, la inquietud ya se me había instalado dentro: reconozco que el mundo informático me desasosiega con cierta facilidad. No me gusta que el ordenador “decidiera” actualizar una aplicación sin consultármelo y, menos aún, que él solo optara por tratar de rectificar cuando la cosa había ido mal. Nada más imaginar un futuro robotizado tiemblo de miedo.

Creo que lo que me intranquiliza es que, como parece, la inteligencia artificial nos acabe imitando tan bien que acabe por sustituirnos. Porque, a ver: ¿qué hacemos los humanos cuando lo pifiamos y nos vemos inmersos en un problema que nosotros mismos hemos generado? Pues tratamos de dar marcha atrás y autocorregirnos. Desenredar la madeja. Como mi ordenador.

Pero lo que puede pasar –de hecho, ocurre a menudo– es que lo de rectificar no es tan fácil. A veces, cuando nos hemos metido de pies en el cubo y, por ejemplo, hemos herido a alguien que amamos, no vale con un mea culpa: el mal ya está hecho.

En definitiva: quizá lo que me puso de mal humor es constatar que el ordenador tuvo suficiente con un “salir y volver a entrar”, mientras que nosotros, cuando nos equivocamos, no solemos tener esa posibilidad y entramos en un mundo de reproches, arrepentimientos y autoflagelación.

No estoy diciendo que sería mejor no tener emociones y sentimientos, claro. Pero me resulta difícil negar que las emociones y los sentimientos, a veces, lo complican todo mucho.

He leído estos días una perla de Irène Némirovsky titulada El malentendido (El círculo de Viena). En el fondo habla de todo esto: de cómo las personas podemos actuar con buena intención y conducidas por el amor, para terminar cometiendo equivocaciones terribles. Amar es más difícil de lo que parece.

La joven y enamorada protagonista deEl malentendido se deja llevar por una pasión extrema, que le impide la comprensión y la empatía y, cuando se da cuenta de que ha dado un paso en falso, ya no está a tiempo de corregirlo. No puede salir y volver a entrar. El enamoramiento es una burbuja que, cuando estalla, desaparece.

stats