Músculo gerundense

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Operarios del Ayuntamiento de Girona repintando de rojo el Pont de les Peixateries Velles, también conocido como Pont de Ferro o Pont Eiffel.

Ayer celebramos el décimo aniversario del Comarcas Gerundenses. El balance de estos diez años de información y opinión no puede ser más espléndido, gracias a la calidad de los profesionales que están detrás y al músculo informativo del territorio. La ciudad de Girona y las comarcas que van de la frontera al Tordera generan una actualidad intensiva. Girona ha experimentado una transformación espectacular por sostenida que ahora ya no termina en las páginas de turismo o de gastronomía sino que abre secciones como la de Deportes, y este fenómeno multiplica el valor de la marca y crea nuevas ya veces contradictorias realidades.

No he podido evitar recordar que hace diez años, en el acto de presentación, el periodista que conducía el acto formuló al entonces alcalde de Girona una última pregunta: si no creía que el optimismo de la voluntad le estaba haciendo olvidar que "el Estado tiene el Estado". Carles Puigdemont le contestó recordando que los nuevos estados son frutos de la voluntad de la gente y que “más tarde o más temprano, el Estado sabe que tendrá que sentarse en una mesa a negociar”.

Desde entonces ha pasado agua bajo el Puente de Hierro (no toda la que haría falta, por desgracia), y todo lo que ahora tenemos de cierto es una proposición de ley de amnistía y un acuerdo para una mesa de negociación con mediadores internacionales, después de un ciclo de empoderamiento, represión, desunión y desorientación. El Estado sigue teniendo al Estado y empresarios como Juan Roig, quien con una mano reclama el corredor ferroviario que el Estado lleva décadas debiendo construir y con la otra dice que la amnistía crea una inestabilidad antinegocios. Y el independentismo, ¿con qué cuenta?

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