Leemos en el ARA un artículo, del todo sorprendente, de The Economist que lleva por título "¿Por qué cada vez más las familias prefieren tener niñas que niños?". Caram, tú. Y explica casos de parejas que lloran cuando les dicen que es "un niño" y que las redes van llenas de una patología (no es nueva, pero se le ha puesto nombre) que se llama "decepción por el género" y muestran "la tristeza de no tener a una niña pequeña". Iba a decir que merecemos la extinción pero no es necesario. La tenemos cerca.
Como al parecer y por primera vez en la historia se "prefieren" a las niñas (en épocas y civilizaciones en las que se preferían los niños era por cuestiones económicas), lo explicamos sin mucho escándalo y de forma banal. Si fueran los niños los preferidos como hasta ahora diríamos que es sexismo. El artículo no muestra escándalo; constata, sólo.
¿Es apto, está bien de la cabeza un padre o una madre que llora porque resulta que tendrá un niño y no una niña? ¿Es apto, está bien de la cabeza un padre o una madre que llora porque resulta que tendrá un niño y no una niña y lo cuelga en Instagram? ¿Cómo le educará? ¿Cómo le vestirá? ¿Qué dirá en la reunión de la escuela? ¿Qué le dirá cuando sea mayor y vea el vídeo? Entiendo que a los padres adoptivos se les haga un examen de aptitud y se les revise la casa, para demostrar que serán capaces de cuidar a un bebé, pero diría que a los biológicos debería hacernos pasar por el mismo. Aconsejaría a todos estos padres tarados que en lugar de tener hijos tuvieran mascotas, pero me guardaré como quemarme. Ya les estoy viendo. Son de los que le pintarían las uñas al perro, le vestirían de marca y le pondrían lacitos en el pelo.
