Si quieres la paz, prepara la rendición
Visto que el desgarro de vestiduras del mundo por el aniquilamiento de Gaza y los más de 50.000 muertos ha sido básicamente declarativo (con especial contención en la respuesta de los países árabes) y que Rusia tiene otro trabajo en Ucrania, Israel ha convertido Oriente Próximo en sus autopista de los deseos más codiciados.
¿Israel ha arrastrado a Estados Unidos a la guerra contra Irán? Más bien han sido uno por otro. La coincidencia de Trump y Netanyahu en el poder convertía en cuestión de tiempo un salto de escala en la región y el descaro definitivo de la implícita y atávica ley del más fuerte.
No es lo mismo tener la bomba atómica que no tenerla (por eso la respuesta occidental en Rusia es más tibia de lo que Zelenski quisiera), y Estados Unidos ha ayudado a Israel para que Irán no la tenga, quién sabe para cuántas décadas más. Esta mañana la victoria israelí es incontestable.
En este nuevo mundo, Europa no sabe cómo moverse. Tenemos algunas cartas, pero no sabemos jugar a este juego brutal, y de hecho el hasta ahora nuestro gran aliado estadounidense sólo espera de nosotros que le compramos más armas si queremos sentarnos a la mesa con él.
Hemos entrado, definitivamente, en un nuevo capítulo de la historia universal en el que la diplomacia y el derecho internacional son presentados como un estorbo de pusilánimes y han quedado sustituidos por la superioridad letal militar y la ausencia de escrúpulos de utilizarla. Conceptos como el poder blando, el poder inteligente e incluso la retórica del bien contra el mal ya no hacen falta. Ahora todo es más crudo, limpio y pelado: si quieres la paz, prepara la rendición.