En riesgo la fábrica de baterías de Mont-roig del Camp

Fabricación de semiconductores, en una imagen de archivo.
18/04/2025
3 min

En mayo de 2022 se anunció, desde Seúl, la inversión industrial más relevante de los últimos veinte años en Cataluña: una fábrica de componentes para baterías en Mont-roig del Camp. Con 600 millones de euros y 500 empleos directos, la empresa coreana ILJIN (ahora LOTTE) pretendía establecer su primera planta en Europa.

Ahora, el proyecto se encuentra en una situación de incertidumbre. Varios recursos contencioso-administrativos contra la modificación urbanística necesaria para hacerlo posible han puesto en riesgo su viabilidad. Se trata de acciones impulsadas por colectivos opositores en el proyecto.

ILJIN, ahora integrada dentro del grupo LOTTE, es una de las pocas empresas del mundo especializadas en elecfoil, una lámina de cobre de alta precisión clave para la fabricación de baterías y semiconductores. Con cientos de patentes y una amplia red de centros de investigación, es proveedora de referencia para gigantes como LG, Samsung, CATL o Volkswagen. La planta prevista en Mont-roig no sólo crearía puestos de trabajo calificados, sino que tendría un impacto positivo en toda la cadena de valor industrial catalana, ya que impulsaría sectores como la automoción, la maquinaria o la química, fortaleciendo el ecosistema de investigación e innovación del país.

La llegada de esa inversión no fue casual. El proceso de atracción se inició en agosto de 2021, en un contexto de fuerte competencia con otras regiones europeas. Durante meses se celebraron cientos de reuniones entre ILJIN y la Generalitat. En diciembre, un equipo técnico de Corea del Sur se instaló en Cataluña durante tres meses para establecer contactos con proveedores locales y tejer alianzas estratégicas. Una de las más destacadas fue el acuerdo con SEAT para presentarse conjuntamente en el PERTE de automoción.

Mont-roig, con una economía muy centrada en turismo y servicios, podría diversificarse con este proyecto industrial de alto valor añadido, altamente tecnificado, con procesos limpios y respetuosos con el entorno. Una inversión estratégica para Cataluña y también para Europa, donde las baterías son clave para la descarbonización y objetivos del Pacto Verde Europeo.

Entre 2021 y 2022 se impulsaron otras inversiones industriales de gran relevancia. Casos como la fábrica de mostradores de madera de Kronospan en Tortosa (400 millones de euros y 200 empleos directos) o la reindustrialización de la planta de Nissan en Zona Franca han marcado el camino hacia un nuevo modelo productivo: una industria limpia, tecnificada y arraigada en el territorio. Un modelo bien distinto al que representan iniciativas como la de Hard Rock, con el mayor casino de Europa, enfocadas al turismo masivo ya la creación de trabajo precario y de poco valor añadido.

El modelo económico del futuro se está decidiendo hoy y este futuro pasa por una industria que actúe como pilar central: una industria limpia, tecnológicamente avanzada y arraigada en el territorio. con generar conocimiento científico; es necesario transformarlo en capacidad tecnológica (saber hacer) y, sobre todo, materializarlo localmente (hacerlo aquí). En un mundo dividido en bloques, la clave ya no es el coste, sino controlar la tecnología de alto valor.

Es necesario promover clústeres de empresas pequeñas y medianas altamente tecnificadas, bien conectadas con grandes industrias, universidades y centros de investigación. Y también hay que hacerlo desde una mirada social, ya que los países demasiado dependientes del turismo o del sector financiero tienden a generar más desigualdades, económicas y territoriales. Sin embargo, una industria avanzada puede ser una gran aliada del bienestar colectivo.

Cataluña debe ser capaz de atraer una industria limpia y de valor añadido, que genere puestos de trabajo dignos, oportunidades reales y permita al talento joven quedarse y desarrollar aquí su proyecto de vida. Este tipo de implantaciones deben hacerse con el máximo rigor y con un profundo respeto por el entorno. riesgo, estos mismos territorios podrían optar de nuevo, y Cataluña perdería una oportunidad estratégica difícil de recuperar.

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