ERC renueva la apuesta por el diálogo pese a la incertidumbre con la mesa

Aragonés reivindica la estrategia pragmática de su partido: "Un país no avanza con proclamas vacías"

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El presidente y coordinador nacional de ERC, Pere Aragonès, este sábado.

L'Hospitalet de LlobregatEsquerra aprobará este domingo su hoja de ruta para los próximos dos años y lo hará en la conferencia nacional que celebra desde este sábado en l'Hospitalet de Llobregat, un cónclave enfocado a actualizar la estrategia del partido. Fiel a su última década de paz interna -una estabilidad inusual en sus 80 años de historia anteriores- lo hará con pocas sorpresas en el horizonte. La ponencia política que se aprobará el domingo mantiene que el destino final es la independencia y que la carta de navegación tiene que seguir priorizando el diálogo con el Estado, a pesar de la parálisis que vive la mesa de negociación entre la Generalitat y el Gobierno español. Consciente de que la apuesta por el diálogo no genera consenso dentro del independentismo, el president de la Generalitat y coordinador nacional del partido, Pere Aragonès, ha dedicado su discurso de este sábado a reivindicar la estrategia pragmática de su formación. "Un país no avanza con proclamas vacías, consignas, pancartas o frases ingeniosas", ha proclamado.

Solo él sabe si esta frase era un dardo hacia el independentismo que todavía cree en la vía unilateral, pero que lo sí que ha quedado claro es que Esquerra mantiene la confianza inalterable en el diálogo a pesar del desprecio que a menudo tiene que sufrir del PSOE hacia la mesa de negociación que pactaron crear. La idea de fondo de Esquerra es que se tiene que aplicar un "principio de realidad" tanto en la gestión del Procés como en la del día a día de la Generalitat que, entre otros virtudes, tendrá la de "sumar y ampliar apoyos" a la causa independentista. En definitiva, ERC refuerza la estrategia de ampliar la base de independentistas, con la que insiste a menudo. "Somos los que barremos el camino y a menudo el que barre tiene rasguños", ha resuelto Aragonès.

Ya hace tiempo que, con la autoridad que confiere el exilio, ERC hace que su secretaria general, Marta Rovira, sea la encargada de dar las noticias que no gusta tanto escuchar. Este sábado, de nuevo por videoconferencia desde Suiza y emocionada en algunos pasajes de su discurso, Rovira ha advertido que el 1-O, a pesar de ser motivo de "orgullo", también forma parte de las "lecciones aprendidas de lo que tenemos que mejorar de lo que no hicimos bien". No es una enmienda al referéndum, sino un nuevo intento de hacer examen de conciencia de aquello que no salió bien en otoño de 2017 y aprender en "positivo" para mejorar de cara al siguiente embate, para el cual no quieren poner fecha. Como ya advertía este viernes en una entrevista con el ARA el coordinador de esta nueva hoja de ruta del partido, Raül Romeva, "ningún proceso de liberación nacional del mundo ha sido rápido, ni fácil ni indoloro". En definitiva, paciencia porque tampoco lo será el catalán.

Mesa de diálogo

Como tampoco resulta fácil defender la mesa de diálogo ante la parálisis actual, también ha sido Rovira quien ha asumido el papel de reivindicar la vigencia de este instrumento de negociación a pesar de que al otro lado esté sentado un "Estado demofóbico". Así, ha pedido a los militantes que defiendan la mesa "sin complejos" y con "absoluta convicción" porque "negociar, hablar y confrontar democráticamente no quiere decir renunciar a nada".

Las coordenadas que han expuesto este sábado tanto Aragonès como Rovira quedarán reflejadas sobre el papel en la ponencia política que el domingo los militantes validarán con sus votos. "La mejor confrontación democrática es la mesa de negociación", se puede leer en el texto. Finalmente, la hoja de ruta definitiva incluirá algunos matices que no salían en la versión original y que ha aportado la militancia en forma de enmiendas. El cambio más relevante es el que reclama que se dote a la mesa de una "metodología clara" y "un calendario acordado de reuniones que se pueda cumplir". En resumen, ERC persigue dar a la mesa un conjunto de garantías que ahora no tiene para intentar conseguir que el Gobierno español no pueda ir posponiendo sine die sus reuniones y los potenciales adelantos en sus trabajos.

Esta vez no han habido grandes conflictos sobre si la ponencia tenía que incluir o no referencias en la unilateralidad: el texto final resuelve que no se descarta "ninguna vía democrática y pacífica" hacia la independencia si no hay "avances tangibles" en la negociación con el Estado. Los militantes han tumbado la enmienda en la totalidad contra la ponencia que había presentado el Col·lectiu Primer d'Octubre, crítico con el rumbo del partido.

Municipales en el horizonte

Al margen de las vicisitudes que implica el Procés y también el hecho de llevar el mando de la Generalitat por primera vez desde la restauración de la democracia, Aragonès ha escenificado que su partido ya piensa en las elecciones municipales de mayo del año próximo. Unos comicios que, entre otros lecturas, supondrán el primer examen sobre los dos primeros años del Govern liderado por ERC. El presidente ha hecho un llamamiento a "replicar" a la mayoría independentista del 14-F y llevarla ahora a los ayuntamientos del país. Incluso ha bendecido que Ernest Maragall sea el candidato de Esquerra por Barcelona, una opción que todavía no ha sido formalmente validada.

Han pasado cuatro años desde la última conferencia nacional, celebrada en el mismo lugar, y que se convirtió en el primer gran punto inflexión del partido en favor del diálogo y la constatación de que se enfriaba la vía unilateral. Entonces hacía ya unos meses que había presos políticos, ahora fuera de la prisión, y que hoy se han llevado una ovación del público. La conferencia acabará este domingo con la votación final de la nueva hoja de ruta y con una intervención del presidente del partido, Oriol Junqueras, ausente este sábado porque se recupera de una operación a la rodilla.

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