"Estamos muy cansados del tema": El Ventorro oculta que es El Ventorro

ValenciaDejado en el suelo y en un rincón de la entrada. Tal vez, en espera de tiempos mejores. Así es como está el brillante rótulo del restaurante El Ventorrode Valencia después de que el propietario del establecimiento, el empresario Alfredo Romero, lo haya descolgado para intentar apaciguar la afluencia de curiosos que cada día se detienen frente al restaurante para fotografiarlo. "Es un lugar histórico", se justifica Vicente, un vecino del municipio de Alginet que ha aprovechado la visita a la ciudad para acercarse al restaurante y disponer de una anécdota a comentar con su familia y amigos. La chismorrea de este extrabajador de la fábrica Ford de Almussafes es compartida por muchos ciudadanos desde que el pasado 29 de octubre el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, almorzase en el restaurante con la periodista Maribel Vilaplana en una comida que, según las últimas, undadas a causa de la DANA.

La retirada del rótulo ha coincidido con el éxito de asistencia a la sexta manifestación convocada para pedir la dimisión de Mazón, una marcha que en todas las ocasiones ha transcurrido a escasos metros del céntrico restaurante. Muchos ciudadanos han aprovechado esta circunstancia para depositar alguna pegatina reclamando la imputación del político conservador.

Más curiosos que manifestantes indignados parecen Paco y Ramón, dos de los ciudadanos que se han llegado al restaurante esta mañana primaveral. El primero es vecino del barrio de la Creu Coberta de Valencia, y el segundo, de la localidad de Algemesí. Ambos se encuentran en el centro realizando gestiones y explican que han buscado la ubicación del establecimiento y han ido expresamente. Pese a que pueda parecerlo tras la gran cobertura informativa sobre la triste comida y su emplazamiento, no todo el mundo tiene claro dónde está El Ventorro. Es el caso de Blanca, que explica que ella pensaba que el restaurante estaba en Chiva, una de las localidades más afectadas por la catástrofe.

Mientras se producen las conversaciones con los ciudadanos que se detienen ante el establecimiento, los trabajadores observan. "Estamos muy cansados ​​del tema. Habría que fijarse más en cómo están municipios como Paiporta", reclama uno de ellos. Preguntado sobre cómo les ha impactado la difusión del nombre del restaurante, resume que "mal". La opinión del empleado coincide con la que hace unos meses dio al ARA el propietario, Alfredo Romero, quien explicó que intentan "sobrevivir" a la polémica. No es extraño si se tiene en cuenta que uno de los atractivos de El Ventorro es –o era– su tranquilidad. Situado cerca del Palacio de la Generalitat y las Corts Valencianes, y en pleno distrito financiero, ha perdido ahora la intimidad que buscan algunos de sus clientes.

A las 13.30 h llegan los tres primeros comensales del día, dos mujeres y un hombre que buscan un sitio para comer. El siguiente grupo se adecua más al estereotipo del establecimiento: tres hombres con traje y corbata. A los pocos segundos, uno de ellos sale fuera para hablar por teléfono. No es ninguna sorpresa, dada la famosa poca cobertura del restaurante. Sin duda, un mal sitio para almorzar durante una catástrofe si alguien tiene la responsabilidad de encabezar un dispositivo de emergencia o, como mínimo, de estar informado.

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