El curso del mientras tanto

La negociación con el Estado y los debates sectoriales se abren en un periodo sin elecciones a la vista

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Gerard Pruna
4 min
El presidente Pere Aragonès y el resto de consejeros ayer durante la jornada de trabajo que celebraron en el Valle de en Bas.

BarcelonaPor primera vez en muchos años el curso político en Catalunya y en el Estado arranca sin elecciones a la vista ni la amenaza de una cita con las urnas. Solo la hipótesis de un adelanto de los comicios andaluces -previstos para finales de 2022- podría trastocar un horizonte por ahora libre de elecciones. Sin compromisos electorales; con el Procés todavía en fase de desorientación; con un nuevo Govern que acaba de arrancar en Catalunya y un ejecutivo español acabado de renovar, y con la salida de la pandemia como uno de los principales retos en todo el mundo, el protagonismo del curso político girará, sobre todo, hacia la mesa de negociación entre la Generalitat y el Estado, pero también hacia la tantas veces mencionada “gestión del mientras tanto”. El mientras tanto, pues, es ahora.

Aun así, el primer gran acontecimiento del curso -al margen de la Diada- será la reunión de la mesa de diálogo prevista en Barcelona, si nada cambia, para los días 16 o 17 de septiembre. La posible ausencia de Pedro Sánchez -que ayer Laura Borràs criticó en una entrevista en Europa Press- sería un mal presagio para una negociación que nace débil por el escepticismo en ambos lados, pero que ahora mismo es la única herramienta posible para buscar una salida en la carpeta catalana. El presidente español parece decidido a dejar en un segundo término la resolución del conflicto una vez los presos independentistas ya han sido indultados. Así se leyeron muchos de los cambios hechos en su ejecutivo en julio y se ha confirmado en las primeras intervenciones después de las vacaciones, en que casi no ha hecho alusión a Catalunya. El primer reto del independentismo pasará por hacerle entender a Sánchez que el conflicto continúa.

En este sentido será clave la negociación de los presupuestos. Si normalmente ya se trata de la votación más importante del año en el Parlamento, esta vez tanto en el Estado como en Catalunya la aprobación de las cuentas adopta un papel decisivo. En el primer caso porque sin presupuestos es inimaginable poder agotar la legislatura y en el segundo, porque el nuevo gobierno de Aragonès empezaría con muy mal pie si no es capaz de sacar adelante sus primeras cuentas. Por eso antes de las vacaciones el conseller de Economía, Jaume Giró, ya abrió la ronda de contactos con el resto de grupos para intentar acercar posiciones.

El aeropuerto y la luz

En este nuevo escenario, los debates sectoriales empiezan a hacerse agujero y a tomar protagonismo en la política catalana, y por eso todo apunta a que este curso el Parlament recuperará peso. Esto ya se notó ayer en la jornada de trabajo que el Govern celebró en la Vall d'en Bas, y donde debates como el del aeropuerto de El Prat y el incremento del precio de la luz fueron protagonistas. Así, el ejecutivo cerró filas alrededor de la ampliación de El Prat asegurando que rechaza cualquier propuesta que “destroce” La Ricarda, y aseguró que estudiaba medidas legales para combatir la “vergonzosa” escalada del precio de la luz, pero dejó de lado aspectos como qué defender en la mesa de diálogo. Debates como los Juegos Olímpicos de Invierno en los Pirineos también pondrán a prueba la unidad de los consellers y pueden provocar que en el Parlament se vean alianzas perdidas en los últimos años, con el PSC jugando un rol que puede acabar siendo determinante. De hecho, ayer la diputada de la CUP Eulàlia Reguant ya avisó al Govern que los pasos hechos con el aeropuerto alejan a los anticapitalistas de dar su sí a los presupuestos.

Pero, a pesar de que cuatro años después del 1-O el debate soberanista pierde impulso ante las urgencias derivadas de la recuperación de la pandemia y los debates sectoriales, las consecuencias de aquel otoño se continuarán notando en el día a día de la política catalana durante los próximos meses. La espiral de judicialización está muy lejos de cerrarse y próximamente se esperan novedades tanto de la causa del Tribunal de Cuentas contra la acción exterior del Govern -el ICF volverá a ser noticia pronto- como otras causas abiertas en los tribunales, como por ejemplo la del juzgado 13 de Barcelona que afecta a una treintena de altos cargos del Govern de Carles Puigdemont y la que también afecta a la acción exterior en el juzgado 18, el caso Volhov o el Tsunami y los CDR en la Audiencia.

El mismo expresident continúa todavía pendiente de ver cómo acaba el periplo de las euroórdenes, y también numerosos activistas están a la espera de juicios por las diferentes protestas a raíz del 1-O y la sentencia contra los líderes independentistas, que serán una de las otras novedades de este curso ahora que ya están en libertad y pueden participar activamente en el día a día político. Un día a día que, como avisó el exministro José Luis Ábalos antes de ser cesado, todavía hace falta “desempedrar”. Si no, las piedras que restan del impacto del otoño de 2017 pueden hacer cambiar lo que se presenta como el curso del mientras tanto.

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