Inmigración

¿Cuál es el discurso de la izquierda sobre la inmigración?

Las formaciones catalanas abordan el debate desde un prisma humanista y rehuyen el vínculo con la seguridad

Inmigración en Santa Coloma de Gramanet
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BarcelonaA medida que la extrema derecha intensificó su discurso antiinmigración, los partidos de la derecha fueron endureciendo sus propuestas. La izquierda se ha desmarcado y ha tachado sus medidas de racistas. El presidente español, Pedro Sánchez, aseguraba el miércoles que la inmigración "contribuye al progreso" y el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, ha defendido en varias ocasiones la premisa de que "Catalunya es tierra de acogida". Pero su relato no acaba de cuajar entre la ciudadanía y la prueba es que la extrema derecha no deja de crecer en las encuestas. ¿Qué proponen los partidos de izquierdas en Cataluña y por qué su discurso no hace agujero?

Históricamente, estas formaciones han enfocado la cuestión desde una vertiente ética y de dignidad humana. Rehuyen, en este sentido, el prisma de la seguridad de la derecha y la extrema derecha, que utilizan mensajes simples que cuajan también entre las clases más bajas. ¿Por qué? El politólogo Toni Rodon lo atribuye a la teoría de la propiedad de un cierto tema, es decir, al hecho de que cuando un partido empieza a hablar de una cuestión determinada, cuando la gente piensa en ella, le viene a la cabeza directamente el partido que lo ha introducido. "El tema termina siendo propiedad del partido", concluye. Con todo, la socióloga Marina Subirats añade que "la izquierda debe hacer el esfuerzo de ver cómo lo todavía y ordenar todo el proceso migratorio".

El PSC, ERC, Comuns y la CUP apuestan por medidas que se basan en la acogida de las personas migrantes y de garantizar sus derechos una vez llegan a Catalunya. "Defendemos políticas públicas que hagan referencia a la acogida ya la integración digna y real de las personas que vienen a vivir ya trabajar en Catalunya", apunta la portavoz del PSC, Elena Díaz, en una conversación con el ARA. Desde ERC y Comuns hablan "de inclusión", mientras que la CUP utiliza el término "arraigo". Unos matices cuyo trasfondo de base se concreta defendiendo que la entrada de migrantes sea percibida como un aspecto positivo. "La movilidad global es una realidad existente" y, en consecuencia, es necesario "garantizar vías legales y seguras de acceso", apunta el diputado de Comunes Andrés García Berrio.

En la misma línea, la CUP ve la cuestión migratoria como algo que debe abordarse "de forma estructural", y todavía va un poco más allá al defender que "acabar con el capitalismo y el imperialismo" hará que "nadie se vea obligado a tener que migrar", defiende la portavoz del partido, Su Moreno. Para Esquerra, toda política migratoria debe garantizar la "cohesión social y la pertenencia nacional" a Catalunya, según defiende el vicesecretario de estrategia de los republicanos, Joan Plana.

Las medidas de la izquierda

"La izquierda no puede rehuir el problema. Responder solo diciendo que [las personas migrantes] tienen derechos es ignorar un problema real que viene de que crecen las desigualdades en el mundo. Por eso las clases bajas y medias se están empobreciendo, y cuando la gente se empobrece se vuelve muy conservadora, porque si ayer estaba mejor que hoy, me quedo con ayer". ¿Cuáles son las medidas que proponen las formaciones de izquierda?

Los socialistas se focalizan en desarrollar políticas públicas que refuercen los servicios públicos, además de políticas para hacer frente a los discursos racistas. En este último caso, Díaz destaca el Consejo Asesor de Derechos Humanos que ha creado el Gobierno para combatir los discursos de odio y quieren que vaya coordinado con la comisión de estudio sobre el fascismo, el racismo y los discursos de odio creada en el Parlamento. Unas medidas que comparten el resto de fuerzas de izquierdas. Sin embargo, en Esquerra también focalizan su discurso en que Catalunya tenga todas las competencias en inmigración para regularla "desde la perspectiva de los derechos humanos". En este sentido, proponen crear un "marco legal de extranjería y de protección internacional" propio que permita la "simplificación y agilización de los procedimientos de extranjería". En el programa electoral de los últimos comicios catalanes, Esquerra también proponía "garantizar el empadronamiento" de las personas migrantes en todos los municipios, "sea cual sea su situación administrativa".

Los republicanos, al igual que Comuns y la CUP, también defienden la derogación de la ley de extranjería y el cierre de los CIE. El partido que lidera Jéssica Albiach en el Parlament considera prioritaria la "regularización de las personas migrantes en situación administrativa irregular". Una cuestión que ya se está tramitando en el Congreso con la ILP que propone regularizar a medio millón de inmigrantes. Una política que también defienden a los cuperos, que, en su programa electoral para las elecciones catalanas del año pasado, también apostaban por "la regularización laboral y los permisos de residencia de los inmigrantes para poder acceder a todos los servicios en igualdad de condiciones". "Hay que impulsar políticas de justicia social, implementar políticas de acogida y garantizar el acceso al padrón", apunta Moreno.

¿Una izquierda antiinmigración?

Ninguna de las formaciones de izquierdas catalanas defienden limitar la entrada de inmigrantes, pero ésta es una cuestión que han defendido partidos de izquierdas de algunos países europeos. Ha ocurrido en Alemania, donde en las últimas elecciones se presentó Alianza, un partido de izquierdas que tenía un discurso antiinmigración que no acabó de cuajar porque su representante, Sahra Wagenknecht, se quedó fuera del Parlamento alemán. "Cuando los partidos de izquierdas o socialdemócratas intentan imitarlos [a la derecha oa la extrema derecha], pierden votos", añade el politólogo Toni Rodon.

Pero el discurso de Wagenknecht no sólo ha llegado a Alemania, sino que está bastante presente en los países escandinavos. La primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, es socialista, pero ha avalado el discurso de la primera ministra italiana de extrema derecha, Giorgia Meloni, quien defiende la deportación de las personas que viven de forma irregular en la Unión Europea. En la misma línea se ha posicionado al laborista británico Keir Starmer, primer ministro en Reino Unido. Las tesis antiinmigración de momento no han llegado a las fuerzas de izquierdas catalanas y Rodon ve difícil que se calen a corto plazo. "El hecho de que la extrema derecha monopolice estas posiciones lo hace más difícil", afirma el politólogo, que lo relaciona con que, en Europa, la extrema derecha hace más años que tiene un peso importante. Coincide Subirats, aunque avisa: "En un momento en que Aliança Catalana sube a Catalunya, puede que la izquierda también coja una deriva con matices antiinmigratorios".

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