Lola, la abuela de Jéssica Albiach: la mujer nacida por ser artista que nunca dejó de cuidar de los suyos
Nacida en Pinoso, trabajó mucho en Valencia sin perder nunca el buen humor
Barcelona"Si hubiera nacido ahora, sería artista", explica Jéssica Albiach cuando habla de su abuela materna, Lola. La recuerda cantando por casa, llenando de alegría el hogar. "Siempre cantaba. Especialmente canciones de Concha Piquer. Era de esas que, si iban a una boda, se ponía a cantar", recuerda la candidata de Podemos en las elecciones, que guarda un recuerdo dulce de aquella mujer con la que pasó tantas horas. "Mi madre me tuvo muy joven y se separó muy joven. Como trabajaba, yo pasaba muchos ratos en casa de mis abuelos. La abuela Lola y su marido, Antonio, vivían con mi bisabuela en una de esas casas donde había alegría. Lola se hacía con las vecinas, tenía la puerta abierta", rememora sobre la casa de Valencia donde pasó tantos días.
Pero las raíces estaban más al sur. Lola había nacido en Pinoso, un pueblo del Vinalopó Mitjà, en Alicante. Buscando una mejor vida, la familia se marchó a Valencia, donde Lola "trabajó en casas" para ganar dinero. Para salir adelante, limpió, cocinar o cuidar a niños en las casas donde había dinero, cuadros bonitos y muchos cuartos. Las casas en las que tanta gente de pueblo entraba para trabajar. "Nació en 1936. Recordaba la pobreza posterior a la guerra, los años del estraperlo, el hambre, cómo tuvieron que buscarse la vida", recuerda Albiach. En Valencia, Lola se casó con Antonio, de Alcoy. Juntos, levantaron una familia, decididos a tener su propio negocio. "Primero una droguería y después un taller de marcos", explica Albiach. Sudando mucho, pudieron tener su casa, su trabajo y también la "barraca", como llamaban ellos, a una media hora de la ciudad, una casita en el campo para pasar los fines de semana. Una casa de la que Albiach guarda recuerdos como la fotografía que ilustra este artículo. La choza donde, años más tarde, la limpia pasaba ratos aprendiendo de la abuela. Y la abuela, aprendiz de la limpia. "Fue a la escuela hasta los 11 años, cuando se puso a trabajar. Sabía leer y escribir, sumar y restar. Y multiplicar por una cifra, así que yo le enseñaba a multiplicar por más cifras. Siempre quería aprender más ", añade.
Lola murió en el 2011, el año en que Albiach se había ido a vivir a Barcelona para realizar un máster. "Tenía cáncer, cada fin de semana bajaba para verla. El verano que nos dejó pude despedirme de ella. Hasta el final, cuidaba de mí. Me hacía. tuppers. En los últimos meses siempre me ponía kiwis y jamón de York", recuerda Albiach, que asocia el olor del jabón Moussel a la abuela Lola. Y también el gusto de las "patatas con vinagreta, las ensaladas de patata que preparaba". "Su cumpleaños del 2011, el 10 de agosto , las hizo por última vez, como si fuera una despedida", concluye la candidata de los Comunes, que hace poco, en Pinoso, reencontró amigas de la infancia de Lola. La recordaban como una mujer que siempre cantaba y sonreía, por descontado.
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