El Post 23-J

El cementerio de elefantes: el PSOE reubica a sus expresidentes autonómicos en el Senado

Lambán, Vara, Puig y Andreu dan el paso a la cámara territorial

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Imagen del hemiciclo del Senado  durante una sesión reciente.

BarcelonaEl líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, hizo del Senado un instrumento para hacer oposición a Pedro Sánchez en la anterior legislatura. En esta cámara situó su núcleo duro y se erigió en la alternativa contra lo que él mismo definía como el sanchismo. Pero después del 23-J el Senado ha recuperado su antigua función de cementerio de elefantes y ha sumado a varios expresidentes autonómicos del PSOE. Numerosos varones socialistas que el 28-M quedaron destronados del gobierno de sus autonomías han desembarcado en él. Entre ellos se encuentra el expresidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, que ha hecho ninguno después de anunciar que se desvincula de la política en su territorio. También Javier Lambán, todavía presidente de Aragón en funciones y una de las voces internas más críticas con Sánchez, y el expresidente del País Valencià, Ximo Puig; así como la expresidenta riojana, Concha Andreu, y el líder del PSOE en Andalucía, Juan Espadas, que no ha logrado devolver el feudo histórico socialista a manos de su partido.

Comparten trayectoria con otros expresidentes y exdirigentes tanto del PP como del PSOE, que también recalaron allí tras perder el gobierno. La hemeroteca da testimonio de figuras destacadas. Entre los socialistas, las del expresidente de la Generalitat, José Montilla, los expresidentes de la Junta de Andalucía José Antonio Griñán (aunque tuvo que dejar el escaño al ser imputado por el caso de los ERE) y Susana Díaz, Marcelino Iglesias (Aragón), Francesc Antich (Balears) y Joan Lerma (País Valenciano); mientras que entre los conservadores se encuentran ejemplos como José Ramón Bauzá (Balears), Luisa Fernanda Rudi (Aragón), Alberto Fabra (País Valencià) o Juan José Lucas (La Rioja).

Lo mismo ocurre con los alcaldes: el socialista derrotado en las elecciones de mayo Antonio Muñoz (Sevilla) se añadirá a la lista de senadores. Por el Senado había pasado una vez destronada la exalcaldesa de Valencia Rita Barberà, fallecida en el 2016. Mientras dirigentes socialistas, como el secretario general del partido en la Comunidad de Madrid, Juan Lobato, también formarán parte de la cámara alta, como lo hicieron en el pasado Óscar López o Tomás Gómez y los conservadores Javier Arenas o Alicia Sánchez-Camacho. El PSC también ha propuesto a la alcaldesa de L'Hospitalet, Núria Marín, para ir al Senado por designación autonómica tras apartarla de la Diputación de Barcelona.

Armengol, en el Congreso

Solo hay una expresidenta del PSOE que, tras perder el gobierno, haya fichado por el Congreso y no por el Senado: Francina Armengol (Illes Balears), que fue cabeza de lista por su circunscripción. Una figura cercana a Sánchez que podría tener mayor protagonismo si el líder del PSOE logra revalidar el mandato en la Moncloa. El exalcalde de Valladolid Óscar Puente será también diputado. Sea como fuere, todos los expresidentes del PSOE excepto Vara siguen siendo secretarios generales del partido en sus respectivos territorios y, por tanto, ejerciendo poder como varones, aunque debilitados por los resultados electorales adversos.

Los partidos justifican estas incorporaciones por su conocimiento de la política local y regional, ya que el Senado es una cámara territorial. Sin embargo, estos movimientos no han estado exentos de críticas cruzadas y vistos, en ocasiones, como una herramienta para apartar a algunos dirigentes. Ejemplo de ello es el líder del PP en Catalunya, Alejandro Fernández, cuestionado internamente, que antes del 23-J se negó a dar el paso al Congreso como cabeza de lista por Tarragona. Los cambios en la dirección del PP a menudo han situado en el Senado figuras influyentes del pasado, a las que se busca acomodar en puestos de menor responsabilidad. En la etapa de Pablo Casado ya pasó con destacados dirigentes del gobierno de Mariano Rajoy, como el exsecretario de Organización Carlos Floriano o el exsecretario general Fernando Martínez-Maíllo.

El Senado se ha considerado el cementerio de elefantes del bipartidismo porque tienen más representantes, mientras que otros partidos como Sumar o Vox tienen menos acceso a los asientos de la cámara alta. El pasado 23-J, el Senado registró el doble de votos nulos que el Congreso: 559.603 frente a 262.078. Una muestra más de que los ciudadanos están más distanciados de ese órgano. Durante el movimiento del 15-M se promovía el voto nulo como protesta por la escasa utilidad del Senado como cámara territorial y su rol como mero instrumento de doble lectura de lo que ocurre en el Congreso: en las generales del 2015 se van llegar a contabilizar más de 800.000 votos no válidos en el Senado.

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